Política

"Es indeseable que no se saque una enseñanza de una tragedia"

El Capitán de Fragata, Fernando C. Morales confirmó que el informe final respaldaría la teoría de que se trató de un error humano.

El 15 de noviembre de 2017 el submarino ARA San Juan toma contacto por última vez con el continente reportando que tenía una avería en el sistema de baterías. Un día después comienza a conocerse la noticia en los medios acerca de su desaparición con 44 tripulantes a bordo.

El Capitán de Fragata, Fernando C. Morales, 59 años, veterano de la Guerra de Malvinas, Maquinista Naval superior, licenciado en administración naviera y perito naval, fue en aquel momento una de las dos caras visibles que intentó brindar explicaciones del inédito acontecimiento que conmovió a la sociedad argentina y al mundo. La otra fue el vocero de la Armada, el Capitán Enrique Balbi.

Como una evidencia de la tensión que se vivió en aquel momento, Balbi debió ser internado por un cuadro de cálculos y Morales, pocos meses después del desastre, fue intervenido y le debieron colocar cinco stent.

A poco de cumplirse el primer aniversario de la desaparición del submarino, el capitán Morales dialogó con La Prensa sobre los posibles motivos de la tragedia que enlutó a la Argentina, las responsabilidades y las enseñanzas que debería dejar el triste acontecimiento, que para los familiares continúa siendo hoy una herida y un capítulo abierto.

- ¿La formación que recibe el marino los prepara para morir incluso en época de paz?

- Todo marino sea de la Armada, de la Marina Mercante o de la Prefectura, tiene un barniz común, que es estar en un medio hostil. El mar no nos quiere a nosotros, estamos implantados ahí. El marino enfrenta diferentes tipos de riesgos: Las contingencias climáticas, las fallas técnicas, y al margen de la guerra, el peor enemigo es el mar. Ante un enemigo, luego de luchar, uno se puede rendir, pero ante el mar uno no se puede rendir, tiene que seguir peleando. Cualquier zarpada de un buque, desde tiempo inmemorial, se la denomina "La aventura marítima", porque se sabe cuando zarpa, pero no se sabe a ciencia cierta cuando vuelve.

- ¿A qué se debe la reacción de los familiares de los tripulantes desaparecidos?

- Uno puede llegar a formatear la mente del marino, pero otra cosa es la familia. Además el caso del San Juan es singular. Tras el hundimiento del crucero General Belgrano durante la Guerra de Malvinas en 1982 -la anterior tragedia más grande que habíamos tenido- no se ha visto un peregrinar ni un penar de las familias porque se supo exactamente lo que pasó. En cambio en el caso del San Juan, el Estado argentino no puede decirles, lamentablemente, a estas familias el motivo de la desaparición de sus seres queridos, en que circunstancia ocurrió y dónde están.

- ¿Pudo existir además algún error por parte de la Armada en la comunicación de los hechos?

- La Armada, en parte por error de la conducción anterior -hay una bisagra muy grande entre la anterior y la actual- no fue todo lo prolija que debería haber sido. Sin decir que mintió, tengo elementos para decir que trató de minimizar la gravedad del siniestro en las primeras horas. Lo contrario de lo que se debe hacer: siempre hay que pensar lo más grave para después dar un mensaje de alivio. Pero no se puede decir "Ya van a aparecer". En ese sentido se jugó mucho, no por maldad sino quizás por inexperiencia, frente al siniestro más grave que tuvo nuestra Armada en tiempos de paz.

- ¿Cuál es su opinión sobre las causas de la tragedia?

- Yo soy de los que sostienen, por los partes que leí, que no estaba en condiciones de zarpar el submarino. Sin embargo, ese hecho no implica que haya desaparecido por algunas de las fallas que uno pudo haber leído que el submarino tenía. Uno puede tener un auto con las luces delanteras que no funcionan pero lo chocan de atrás. O sea, las luces delanteras no fueron la culpa pero cuando hacen las pericias descubren que las luces no andaban.

- Hoy, a un año de la desaparición del San Juan, ¿cuál es la hipótesis oficial que se maneja?

- La conclusión que van a sacar los tres oficiales de la Armada Argentina convocados por el Ministerio de Defensa para tal misión, es un informe cuyas conclusiones son posibles y son técnicamente aceptables. Pero mi opinión como perito es que no podés emitir un dictamen contundente si no está el submarino.

Este informe, más o menos, va a decir que se pudo haber tratado de un error humano al operar una válvula que en determinadas condiciones no se puede operar, que es la famosa ECO-19, porque eso puede llevar a que ingrese agua a distintos lugares del buque.

- Y según esta teoría, ¿cómo se habrían desarrollado los acontecimientos?

- El submarino se encontraba con muchos problemas para renovar su atmósfera que había sido contaminada con gases, producto de un cortocircuito anterior (como informó el comandante en la última comunicación), con lo cual pudo haber habido llama y humo. Entonces, a pesar de las malas condiciones el comandante navegó a una profundidad tal que le permitía tener el snorkel afuera de la superficie, y habría ordenado abrir la válvula ECO-19, que conecta el exterior con todo el sistema de ventilación del buque. Esa válvula tiene por diseño del submarino una restricción específica de no ser abierta cuando hay posibilidad de que embarque agua. El snorkel, es una especie de tubo que tiene un sistema eléctrico que hace que cuando hay agua dos electrodos activan un circuito eléctrico y se cierra. En esas aperturas y cerradas puede entrar una cantidad de agua tan importante que supere lo que es la capacidad que tiene el sistema del submarino de drenar el agua a una piletas que hay. En este caso, si esa válvula estaba abierta lo que pasó es que esta agua en vez de ir a una pileta de drenaje fue directamente a la sala de baterías, hizo un corto y el hidrógeno acumulado en la sala de baterías habría provocado una explosión.

- ¿Qué tipo de explosión?

- Según dicen los oficiales submarinistas fue de una intensidad tal que alcanzó para dejar fuera de acción a los tripulantes pero no partió al submarino. Su estructura se mantuvo. En esas condiciones el submarino navegó sin nadie que lo conduzca hasta que, por propia decantación al pararse los motores, fue bajando hasta que en un momento la presión hidrostática lo hizo colapsar. Es decir como se abolla una latita de gaseosa cuando uno la apreta. Esa implosión sería lo que lo terminó mandando al fondo.

-¿Se desintegró la nave?

- Yo creo que no, porque cualquier cosa que implique la ruptura estructural, que se haya partido el casco, tenía que haber dejado secuelas: combustible, una mancha de aceite, un colchón, algo. Y lo que estamos en condiciones de decir es que no apareció nada de eso. Alguien tendría que haber visto algo, es una zona llena de pesqueros.

- ¿Y cómo habría sido la muerte de sus tripulantes?

- El submarino ante una situación crítica tiene dos sistemas: Uno que entra aire a presión a los tanques de lastre para desalojar el agua y provocar que el submarino adquiera de vuelta lo que se llama flotabilidad positiva. Y la segunda, son unos lastres mecánicos que se accionan con unas palancas desde adentro que son contrapesos y que hace que el submarino vuelva a flotar. Ahora, el informe final, asegura que si hubiera quedado un tripulante después de la explosión en condiciones de operar algunos de esos mecanismos muy simples -que hasta el cocinero lo sabe hacer- para volver a la superficie, lo habría hecho. Si nadie hizo eso, si nadie pudo activar una señal de emergencia, si nadie pudo hacer nada de lo que el submarino tiene para pedir socorro se supone que es porque no había nadie para hacerlo.

- ¿Todas estas teorías son factibles?

- Todo eso es factible, lo que no es aceptable como una explicación final. No podemos decir "no sabemos dónde está, no sabemos bien lo que pasó", pero sí asegurar que fue culpa de la tripulación, porque si el submarino aparece mañana intacto dichas teorías no cerrarían muy bien. El informe final ya está hecho, pero se viene demorando entre otras cosas esperando que la empresa Ocean Infinity lo pueda encontrar.

- ¿Quedan zonas grises?

- Una de las dudas que surgen es por qué el comandante no buscó aguas menos profundas para navegar tras el desperfecto. Esa es una de las cosas vidriosas que la Armada no ha explicado debidamente. Pero se supone que a la luz del proceso que está realizando la jueza Yáñez, que está trabajando muy bien, van a salir a la luz si le ordenaron mantener el rumbo o si le dieron libertad de maniobra.

- ¿Y en cuanto a su misión?

- Tenía dos tareas distintas: Una era realizar un ejercicio conjunto con la flota de mar que, según dicen, era uno de los más grandes de los últimos años. Y segundo, cumplía con la tarea del patrullaje marítimo. No era un ejercicio secreto. Hay mucha fantasía al respecto.

- ¿Descarta la posibilidad de un ataque?

- Mi postura es que no hubo ninguna posibilidad de que haya sido atacado. Pero no tengo como demostrarlo. ¿Pensar que el submarino era parte de una misión secreta muy sofisticada?....Si empezamos con las teorías conspirativas no hay límites.

- ¿Qué opina del operativo actual de búsqueda?

- Ocean Infinity es la empresa que posee los mejores elementos concentrados en un buque y que tiene gente especializada. Sin embargo, el resultado aún no es exitoso. Tampoco encontraron el avión de Malasia. Siempre digo que tenemos el mejor equipo de cirujanos y el mejor quirófano, y la enfermedad, que es encontrar al submarino, parece ser más complicado de lo que parecía. Si Ocean Infinity no lo encuentra no hay mucho más para hacer. No hay otra tecnología superior, a lo mejor en 5 años aparece otra y lo encontramos. Hay submarinos que se han encontrado después de 30 o 40 años. Todo lo realizado hasta ahora es inobjetable y lo han hecho de manera eficiente.

- ¿Cómo es la situación de los familiares hoy?

- En el mar, sean tripulantes civiles o militares, cuando hay un accidente de este tipo, el estado argentino se toma tres años si el hecho ocurrió en el país y cinco si fue en el exterior, para decretar la presunción de fallecimiento. Pero como el mar es un medio muy especial, la justicia también autoriza a los deudos a partir de los seis meses a pedir ese derecho que no es una obligación. Para la Armada, los 44 tripulantes siguen estando en actividad. De hecho ascendieron a todos los que estaban en condiciones de hacerlo en diciembre del año pasado. El día que los declaren muertos oficialmente es muy probable que les den un ascenso post-mortem por haber fallecido en acto de servicio. Hoy la señora del cabo cobra como si el cabo estaría vivo. Si el submarino aparece la jueza dirá que los cuerpos de los 44 están ahí.

- ¿Cómo serán los actos de conmemoración el jueves próximo?

- Oficialmente la Armada decidió, yo creo que con buen criterio, que el día para honrar a los 44 tripulantes sea el 15 en la Base Naval, día en que se comunicaron por última vez. Habrá un acto durante el cual se entregará una bandera del San Juan a la base como un testimonio, y una misa, cuidando de no hablar de muertos. La consigna es que vamos a honrar a 44 desaparecidos. Esa es la condición legal que tienen en este momento. Motivo por el cual aún no hubo duelo oficial.

- ¿Se los puede llamar héroes a los 44 tripulantes?

- Cuando el Estado argentino se manda una "macanita" tratamos después de ver la forma de ver como arreglamos ese error. En mi documento de identidad dice "Ciudadano héroe de Malvinas". Para mí un héroe es alguien que hace algo extraordinario a su obligación. Yo sabía que tenía la obligación de ir a las Malvinas en una nave sin armas. La tripulación del San Juan no murió combatiendo. A veces es mejor decirles héroes que no decirles víctimas o mártires. Si se descubre que el buque no estaba en condiciones ¿cuál fue su heroísmo? ¿Salir a navegar sabiendo que era peligroso? ¿Y si fue error humano, ese error de uno transforma a los demás en héroes?. Es muy complejo decir los 44 héroes. En esto hay que buscar la tranquilidad de conciencia de los que siguen vivos. Si el Estado los llama héroes de poco sirve si a las familias no se les da tranquilidad de que se está haciendo lo posible para saber que les pasó. Fueron héroes por la profesión que eligieron, no por como murieron. Eran argentinos que estaban cumpliendo con su deber, que habían elegido voluntariamente. No hubo una convocatoria a una guerra.

- ¿La tragedia le debe dejar algún mensaje a la sociedad?

- Las tragedias son siempre indeseables, pero más indeseable es que de una tragedia no se saque una enseñanza. Toda la Marina Mercante cambió a partir del hundimiento del Titanic. Desde ese momento, todos los barcos tienen el doble de botes. La Segunda Guerra Mundial nos enseñó a todos la técnica de cómo tirarnos al agua con el salvavidas puesto sin terminar descerebrados. La Armada Argentina después de la desaparición del San Juan tendrá que hacer un serio replanteo de las normas de control y procedimiento que fueron históricas y que ahora quedó demostrado que tenían ciertas falencias. Hay que ver que Presidente, como comandante en jefe de la fuerza, vuelve a ponerle al país una fuerza de submarinos en operaciones. Ahora no tenemos más submarinos. El Salta está fuera de servicio, el Santa Cruz están viendo si lo reparan o no, y el Santa Fe se está construyendo, está a un 60% de su finalización pero con una tecnología de la década del 80. Hoy por hoy, el deterioro de las Fuerzas Armadas es tan grande que no se sabe por dónde empezar.