La Argentina actual parece una familia que, en plena decadencia, se resiste a perder antiguos oropeles ; es la familia de la burguesía alicaída que se empeña en no entender el cambio de los paradigmas y prefiere comer polenta que dejar sus clases de tenis
¿Cómo se ha llegado a esta situación de quebranto? Habitualmente, las crisis se deben a una mezcla de factores que van desde la mala suerte al despilfarro, pasando por pesimas decisiones,la falta de administración y de ahorro, la corrupción y no entender que “no es no”.
La acuciante situación argentina no le permite continuar con ese cómodo tren de vida al que estaba acostumbrado.Ha llegado el momento de cortar gastos y este es el instante más odioso .
Hoy el tema de las universidades está en boca de todos como una antigua joya de la corona que no ha perdido todos sus kilates. La UBA sigue siendo una universidad respetada en el mundo, pero eso no le da autoridad moral para continuar gastando de más a costillas de los contribuyentes que ni miras tienen de ir a la universidad o mandar a sus hijos (porque el impuesto inflacionario lo pagan todos...y más aún los pobres).
Vale aclarar que el deterioro de la Universidad publica no es de hace tres meses, sino que lleva décadas de desinversión. Hace más de 40 años que estaciono frente al Hospital de Clínicas y desde entonces están las mismas persianas rotas y descascaradas. Están en la misma posición, idéntica a lo largo de los años... En todo ese tiempo jamás le han dado una mano de pintura...
Y la culpa es de...
Solo baste decir que al finalizar el gobierno de Alberto Fernández no le habían transferido el dinero del último trimestre a la Universidad... Pero entonces nadie decía está boca es mía, todos guardaban un silencio cómplice. Basta que un liberal señale los errores para que el mismo grupo que no puso lo que debería haber puesto, salte diciendo que es un ataque a la educación pública, una vergüenza nacional ,un atentado contra la soberanía, que son entreguistas... y no es el caso .
El debate educativo debería arrancar desde la secundaria, un proceso educacional que solo parece tener como finalidad el soñado viaje de fin de curso (ahora bancado por el gobierno de Kicillof).
Es el momento de subir la vara en educación. Algunas carreras requerirán que los jóvenes cumplan con ciertos requisitos o tengan un promedio superior a, digamos, 7.50 (para que no acusen a las autoridades de elitistas o meritocracia ) a fin de acceder a ella. Esto se hace en varios países del mundo, como Chile y Rusia, para ingresar a medicina .
Podemos limitar la universidad gratuita a argentinos y, si no, que se les cobre a los extranjeros un canon accesible (porque la asociación de estudiantes ecuatorianos que adhirieron a la marcha ,se va a quejar).
En Inglaterra, a cualquier estudiante que se lo reprueba tres veces la misma materia no puede seguir en esa carrera porque" no es justo para los contribuyentes que financien estos casos" (frase de un funcionario británico del Partido Laborista).
También en el Reino Unido limitan la cantidad de años en que se cursa una carrera. Si una carrera tiene una duración de 5 años, el alumno no puede estar más de diez para cursarla.
¿Es válido que un trabajador rural banque con sus impuestos a un estudiante crónico? Los ingleses, con una larga tradición universitaria, opinan que no.
La universidad argentina tiene autonomía desde 1918, y, por tal razón, no se la podría auditar. Pero, con esta tendencia al gasto sin control, ¿no debería el gobierno poder saber qué hacen los claustros académicos con el dinero de los contribuyentes?
En 1918 se votó “el principio de autonomía universitaria, sin injerencia del poder político, decidiendo sus propios estatutos y programas de estudio”. Esta expresión ha quedado desactualizada y la autonomía aspirada se ha desvirtuado. Entonces eran pocos los estudiantes y el gasto mesurado, pero como todo organismo estatal, creció anárquica y exponencialmente.
En la UBA hay 105.444 estudiantes de medicina (20.000 son extranjeros), 43.936 son estudiantes de derecho (¿necesitamos más abogados?) 39.497 de arquitectura, 37.513 de psicología (¿necesitamos más psicólogos?) ,24.160 de ciencias sociales, 21.258 de filosofía y letras (filósofos siempre necesitaremos en este país) y 19.778 estudiantes de ingeniería.
¿Necesitamos 105.444 nuevos médicos? Lo peor es que solo 6 de 10 terminan el primer año y apenas el 30% su carrera (así que solo tendremos 30.000 médicos más en los próximos 6 años, aunque 5.000 se irán a su país de origen o decidirán emigrar hacia mejores destinos ).
¿Para este despropósito necesitamos la autonomía universitaria? La universidad está incurriendo en un gasto que no va a repercutir en beneficio de la sociedad. No está planificado un futuro, no hay un proyecto de país coherente.
Seamos claros, nadie está contra la educación pública , ni la UBA , ni de la transferencia social, ni de un gasto razonable.En la patria de m'hijo el dotor es el momento de rendir cuentas ,sin sentimentalismos ni clichés.
Hoy, una mayoría de argentinos votó saber en qué se gastan los ingresos públicos y donde van nuestros impuestos, porque si vamos a corregir estos errores, con mucho dolor, discusiones y complicaciones, debemos evitar que dentro de un tiempo venga otro demagogo a rifar los números, gastando lo que no se tiene y despilfarrando el crédito nacional .Casi un clásico de la traqueteada historia nacional
“Las grandes obras son hechas no con la fuerza sino con la perseverancia”, decia Samuel Johnson .Y acá debemos perseverar en la idea de una justa administración.