Cultura
¿QUE TIPO DE PROGRESO BUSCA LA IDEOLOGIA WOKE?

En marcha a la destrucción

POR FERNANDO MIGUEL SALON

La ideología woke o progre está queriendo destruir a Occidente. Como contrapartida, la defensa y mantenimiento de filosofías y formas de vida sanas y tradicionales está reaccionando en varias partes del mundo. Desafortunadamente no es así en todos los países, aún.

La palabra woke se remonta a tiempos de problemas raciales en USA, y luego su significado y contenido fue ampliado para cubrir una amplia gama de cosas mezcladas, la mayoría de las cuales van contra la ley natural. La palabra luego fue castellanizada como progre o progresista, que no es representativa de su significado, pues en el diccionario el progresismo significa avanzar y renovar.

Avanzar siempre es ir para adelante, para mejor. Progresar es crecer (i.e.: el país progresa, el alumno progresa, el deportista progresa). En política, por ejemplo, un partido progresista -en castellano o en inglés- pregona planes para el progreso y desarrollo del país.

Pero la ideología progre está 180 grados en sentido contrario, retrocede a lo que está mal. Es una contradicción en sí misma. Entonces, la palabra “progre” no representa lo que la ideología es: rebeldía injustificada y decadencia moral y social. Por lo tanto, debería denominarse ideología retro, no progre.

EL ESCANDALO

Veamos qué quiere la autodenominada ideología progre:

Pretende estar en el centro de la escena con el escándalo. Escándalo es pregonar lo que está mal pretendiendo convencer que está bien. Su táctica es llamar la atención groseramente. Y con ello, distraer la atención de las cosas importantes.

Pretende tener todos los derechos, y ninguna obligación. La mayoría de las veces derechos que no son tales pues avasallan los derechos legítimos de los demás.

Derechos LGTB, derecho al aborto, derecho a ser recibido en cualquier lado, derecho a hacer marchas, derecho a censurar a los demás, derecho a exigir todo, derecho a decir que sus ideas -aunque erradas- deben ser respetadas, derecho a tener igual sueldo que el que es más productivo, derecho a incluirse en las estadísticas y decir que no tiene ventajas, derecho a la llamada diversidad cultural aunque eso destruya la verdadera cultura, derecho a gastar o querer gastar el dinero de los ciudadanos que pagan impuestos, derecho a defender ciegamente ideas de izquierda ya fracasadas, derecho a cualquier vanidad estéril, derecho a pretender tener un sistema improductivo gubernamental que los acoja, y derecho a pretender tener leyes inicuas que protejan sus excentricidades.

Pretende masculinizar a la mujer olvidándose que hombre y mujer son diferentes, y que la mujer tiene un rol irreemplazable que es ser madre. Al equipararla con el hombre, la mujer se olvida de esto, y la natalidad baja estrepitosamente, con las consecuencias que trae la falta de reemplazo poblacional. La mujer no puede masculinizarse pues eso no es natural. La ideología de género es parte de este serio problema.

Pretende que sus caprichos sean subsidiados y mantenidos por un sistema socialista, pues en el capitalismo el progre tendría que trabajar duro, lo cual es física y espiritualmente saludable. Si al progre se le exige trabajar, probablemente dirá que está un una cultura toxica, y que es avasallado, acosado, o discriminado.

Pretende no respetar a nadie, pues impone sus ideas rebeldes cueste lo que cueste y destruya lo que destruya, ya sea familia, sociedad, fuente laboral o nación. Ello sucede porque no tiene una conciencia bien formada, y si la tuvo la perdió. El progre no tiene el hábito de saber escuchar. Y quien no escucha con atención y apertura mental, no aprende.

INTOLERANTES

Es intolerante, pues cualquier persona que pretenda ser conservadora de la tradición será vista como un derechista, como un loco, o un nazi. Y cualquier cosa sanamente conservadora y justa será vista como anticuada, por más que sea probadamente buena.

Pregona igualdades en cosas que son desiguales por naturaleza, y se olvida de las igualdades realmente importantes. Quiere fabricar escenarios de fantasía con cosas, dichos y actitudes de moda, que más temprano que tarde pasarán de la imaginación al olvido.

Es un egoísta, pues pretende imponer sus ideas para su propio beneficio. Es decir, pregona lo que le conviene y apetece, sin importarle las consecuencias. Y generalmente lo hace o lo pretende hacer por la fuerza.

Padece de falsedad ideológica o doble discurso, pues difunde cosas que no practica. Simula ser víctima, pero en realidad sucede que anhela cosas que no puede alcanzar. Si las alcanzara, dejaría de ser progre al instante. Mientras tanto, viajes y champán para el progre. Pues el que es realmente pobre no dedica su tiempo a cuestiones woke, sino a ganarse el pan de ese día y a rezar.

Es fácilmente manipulable por noticias falsas, periódicos de izquierda, y manipuladores inescrupulosos de masas. Por lo tanto es débil y corruptible. No sabe del concepto de familia, ni del esfuerzo de crearla y llevarla adelante. Pone sus preferencias sexuales (¿a quien le importa?) por delante de los intereses de la sociedad. Y por delante de la educación de los niños.

El progre defiende el aborto; el que no lo es defiende el derecho a la vida. El progre va al psicólogo a contarle sus frustraciones; el que no lo es va a trabajar sin distracciones.

El progre quiere tenerlo todo servido, y si no, emigrar; el que no lo es lucha por construir, paso a paso, día a día, y se conforma con lo que es capaz de ganar, generar y tener.

Es ateo, pues sus ideas no van de la mano con los mandamientos y virtudes de Dios sino que van directamente en contra. Les molesta la religión, pues pone en evidencia sus faltas.

Es egoísta, individualista y avaro, y no practica obras de misericordia. No le interesa el prójimo.

Es ignorante, pues no sabe de ninguna corriente filosófica ni moral. Ignora la historia de la humanidad, la cual quiere corregir aunque hayan pasado 2000 años desde Cristo, o 500 desde la conquista de América, para no remontarnos a los orígenes de la humanidad. No sabe que la humanidad evolucionó (cuando lo hizo) con otra forma de pensar y hacer, es decir, sin ideas progres.

Hay progres declarados,

y progres que no saben

que lo son. Los segundos

son más peligrosos, pues

pueden difundir sus ideas

en forma sutil y convencer

a gente desprevenida.

SOBERBIA

El progre se cree el centro del universo a través de su soberbia; el que no lo es es humilde y manso de corazón, y sabe que él o ella son hijos de Dios y que no tienen ellos la última palabra, sino el Creador.

El progre no pide perdón ni se arrepiente; el que no lo es se arrodilla por sus faltas, y llora para tratar de no caer nuevamente. El no-progre razona en la verdad. Si se demora, su conciencia lo alerta. Aun con sus defectos, el no-progre nunca llegara al extremo del woke.

Exigen, hacen ruido, molestan, insultan, agreden.

¿Qué tipo de libertad es esa? ¿La de la soberbia? ¿La del atropello? ¿Adónde nos llevara el incremento de tanta decadencia?

Esta ideología está patrocinada y promocionada por algunos medios periodísticos, por redes sociales, por gobiernos, y, para peor, por organizaciones supranacionales que bajo la bandera de algo noble dejan caer la semilla de maldad de la ideología progre para que poco a poco lave el cerebro de los jóvenes y en el futuro ya nadie recuerde lo que es correcto.

Hay rechazos notables en USA, en Hungría, en Polonia, en Austria, en Alemania, en Italia, y en nuestro país también, sólo para hablar de nuestro hemisferio donde esta ideología woke esta arruinando a Occidente.

La causa raíz de la ideología progre es el alejamiento de Dios. Con total certeza, estas ideas nunca se hubieran expandido entre gente cristiana. Fuera de nuestro hemisferio no hay tantos problemas, y por ello algunos países no occidentales están logrando credibilidad y respeto. ¡No nos quedemos atrás!

En suma, lo que hoy se da en llamar progre o woke no es más que lo que antes llamábamos “rebeldes sin causa”. Sucede que hoy los progres tienen más rebeldías sumadas, y pueden diseminarlas e influenciar. Por eso tales rebeldías sin causa son más peligrosas que antes.

Hay progres declarados, y progres que no saben que lo son. Los segundos son más peligrosos, pues pueden difundir sus ideas en forma sutil y convencer a gente desprevenida. Como el Diablo, que a veces es más dulce que la miel sólo para poder abrirse camino y contaminar.

¡Que la ideología woke no nos sorprenda distraídos en cosas mundanas! ¡Tengamos aceite para nuestras lámparas!

Como punto de esperanza, el progre es una moda. Las modas son pasajeras si uno mira a través de las épocas. Esperemos que pase antes de que sea más tarde aún, pues la ideología está bastante extendida y se ha metido en la cabeza de mucha gente, desafortunadamente haciendo retroceder a una parte de la humanidad.

Mientras tanto, Dios los mantendrá limitados en su accionar para darles tiempo al arrepentimiento y a encontrar el camino. Y a nosotros nos toca ayudar en eso.