Es diputada nacional por la Unión Cívica Radical (UCR) y presidenta de la Comisión de Libertad de Expresión de la cámara baja, donde desarrolla una intensa labor parlamentaria en materia de derecho a la información pública y en defensa de las garantías ciudadanas en la comunicación social.
Se trata de Silvana Giúdici, quien actualmente cumple su segundo mandato -2007/2011- representando a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y en otros tiempos ocupó distintos cargos en la administración pública local, como el de directora de Descentralización, subsecretaria de Espacio Público, secretaria de Gobierno y ministra del Programa del Bicentenario.
Hoy en día es la candidata a jefa de gobierno porteño por la UCR. En una entrevista exclusiva con La Prensa, Giúdici brinda detalles sobre sus planes y cuestiona la gestión de Mauricio Macri, la actitud del Gobierno nacional y las posturas sorpresivas del Socialismo y el GEN.
-¿Por qué el radicalismo va solo en la Ciudad?
-Dentro de las posibilidades, habíamos evaluado un escenario complejo donde muchos candidatos finalmente decidieron competir en la Ciudad como un premio consuelo. Las decisiones de Macri y Pino Solanas fueron apresuradas y, a último momento, decidieron bajar a la Ciudad, luego de que la UCR tenía su decisión tomada con respecto a una lista de consenso. Esto, más allá de la convocatoria que habíamos hecho con la Coalición Cívica, el Socialismo y el GEN para poder armar un frente electoral que nos identifique a las personas que desde hace mucho veníamos trabajando juntas en la Ciudad. Pese a esa convocatoria, pensamos que una posibilidad era ir con la lista 3 en la ciudad de Buenos Aires; eso sucedió y estamos contentos nosotros y mucha gente, ya que el radicalismo ha decidido competir en esta elección con la apelación a ese voto partidario que en la Ciudad es muy alto.
-¿Quedó algún resquemor con el Socialismo y el GEN?
-No, ellos priorizaron cuestiones nacionales. En el caso del GEN está claro que hay una decisión del partido a nivel nacional de identificarse con Pino Solanas. Y en caso del Socialismo, me sorprendió la declaración pública cuando dijeron que ellos habían decidido ir con aquel que pudiera ganar. Nosotros tomamos decisiones relacionadas a los proyectos y los valores y la capacidad de representación de nuestro partido; no tomamos decisiones en función de un resultado, sino el radicalismo ya hubiera desaparecido en la Argentina... Seguimos adelante convencidos que tenemos mucho que ofrecer en esta ciudad.
- En líneas generales, ¿cuáles son los pilares de su proyecto porteño?
-Las comunas, la zona sur, la seguridad y un programa destinado a los adultos mayores, más allá de la importancia de la educación y la salud. Tengo experiencia en distintas áreas del gobierno porteño. El primer cargo que tuve fue como directora general de un centro de gestión. Para mi las comunas y el proceso de descentralización política tienen una importancia superior en el próximo gobierno. Me comprometo a derogar el techo presupuestario que se le ha impuesto a las comunas en la ley 1777, para que desde el arranque las autoridades electas en las comunas tengan las herramientas presupuestarias suficientes.
-¿Es posible terminar con la desigualdad entre las zonas norte y sur?
-Como mujer del sur, otra de mis prioridades tiene que ver con la equiparación de los barrios del sur y del norte, hay que eliminar esa brecha tan grande que existe. Además de la calidad de vida, lo que se trata es homogeneizar la Ciudad. Hoy duele su inequidad, ha crecido desde lo urbano hacia el cielo y hacia el este. Y en zonas de mayor densidad es donde se ubican los mayores emprendimientos inmobiliarios. Tenemos que desalentar las construcciones en las zonas concentradas y llevarlas hacia el sur y el oeste de la Ciudad para que se integren los barrios más postergados.
-¿Qué haría con las villas?
-Hoy tienen una importancia muy destacada porque ha crecido la población en ellas. Viven en ellas 163.000 personas. Por supuesto, la vivienda y la reinserción de las villas a los barrios es muy importante. Por ejemplo, en Lugano hay un 33 por ciento de territorio ocupado por las villas. Hay que trabajar para urbanizarlas y también devolverle a su entorno la calidad urbana que ha perdido, no hay que aislarlas. Hoy falta decisión política.
-¿En qué consiste su programa para adultos mayores?
-Tenemos en la Ciudad cerca de 700.000 personas adultas mayores y queremos darle a esa franja de la población lo que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner le ha negado, que es el 82 por ciento. Estamos estudiando con nuestros asesores un programa para poder, con financiamiento propio y optimizando los recursos del gobierno porteño, darle una asignación complementaria a los adultos mayores que vivan en la Ciudad para que tengan una mayor calidad de vida. Todos los programas sociales orientados a la tercera edad serán coordinados y de acceso universal.
-¿Cómo evalúa la gestión macrista?
- A este gobierno le falta planificación estratégica y voluntad que identifique la gestión. Macri ha desilusionado a su electorado. Lamentablemente no encuentro una persona que diga "Yo lo voté y estoy contenta". Prometió 40 kilómetros de subte y no logró llegar a hacer un kilómetro y medio. Dijo que iba a inaugurar 38.000 viviendas, 10.000 por año, pero sólo ha llegado a poco más de mil. Macri no tiene una sola obra pública que lo identifique con su gestión...
-Dentro de ese panorama, ¿destaca algo bueno de este gobierno?
-No voy a decir que está todo mal. Destaco las obras que terminó en la avenida Patricios, en el barrio de La Boca, y el alquiler de bicicletas en la Ciudad. El problema es que ahora tenemos bicisendas pero no tenés policía en el tránsito, no se pudo desalentar el ingreso de vehículos al Centro, no tenés transporte público de calidad y no tenés control sobre el estacionamiento. Muchas bicisendas de la zona sur son usadas como playas de estacionamiento para autos, no sé si Macri se enteró de eso... En muchos barrios las bicisendas no se pueden usar por la inseguridad y en otros lugares atentan contra la seguridad vial. Aparte, los canales aliviadores del arroyo Maldonado, la obra del subte y la del Teatro Colón tienen que ver con planes que comenzaron en gestiones anteriores.
-¿Está bien desdoblar la elección local de la nacional?
-Si, está muy bien. Está bueno que la elección porteña sea independiente porque la gente puede comparar propuestas, proyectos y las distintas capacidades de los gobernantes. Creo que es una manera de proteger el debate local por sobre el nacional. Muchas veces la gente decide su voto en función del escenario nacional. Aunque pasan cosas desagradables, como que quien gobierna se proyecta a presidente. Y el jefe de gobierno se tiene que limitar, de una buena vez, a resolver los problemas de la gente.
INSEGURIDAD
-¿Cómo combatirá la inseguridad?
-Nosotros priorizamos la Policía Metropolitana. Hay que generar un diálogo y relación eficiente entre la Metropolitana y la Federal, reclamándole al Gobierno nacional que nos traspase los recursos, y apostando al crecimiento de la Metropolitana para que en un futuro próximo el jefe de gobierno pueda tomar una decisión sobre seguridad. Creemos que es necesario trabajar en una policía comunitaria mucho más eficiente que pueda abordar los temas que preocupan a los vecinos, como la seguridad vial, el tránsito y el reordenamiento del espacio público. Esas cuestiones son inherentes de la Metropolitana pero hoy no puede hacerse cargo de ello.
-¿Cómo vivió la disputa entre los dos gobiernos por la Policía?
-Hoy la responsabilidad de la seguridad en la Ciudad la tiene el Gobierno nacional, que le niega a la ciudadanía un mejor servicio. Hasta ahora han sido ineficientes y hasta malintencionados, porque ni siquiera ya existen los controles de acceso en la avenida General Paz. Esta puja con el gobierno porteño por la Metropolitana termina haciendo defender posiciones corporativas de la Policía Federal, que la ministra (Nilda) Garré dice que quiere eliminar... Hay un escenario de coordinación entre las distintas policías, que es Consejo Federal de Seguridad, al que Garré convocó una sola vez, no se le da ninguna importancia. Encima Macri se victimizó y no quiso pelear a fondo la transferencia de los recursos y la seguridad.
EDUCACION Y SALUD
-¿Qué pasa con el sistema escolar?
-Tanto el público como el privado sufren una fuerte crisis de identidad. Queremos devolverle la calidad educativa a las escuelas públicas, para que sea igualadora, promueva la igualdad de oportunidades y le dé herramientas a todos los niños que viven en Buenos Aires para desarrollarse y crecer. Para ello es necesario que la respuesta y la política educativa trascienda el Ministerio de Educación. Cada gobierno debe comprometerse con la educación en su distrito. Casi 28.000 alumnos del nivel medio dejaron de estudiar. Los niveles de deserción en la escuela pública son muy grandes. Trabajaremos para que los chicos puedan terminar el secundario y para mejorar la calidad educativa que reciben.
-¿Y la salud?
-La Ciudad tiene un sistema público sanitario muy bueno, con una red de 33 hospitales, sitios de salud primaria y todos los puntos de salud mental. ¿Qué es lo que falla? La mala atención con demoras en los turnos, tanto para las operaciones como para recibir tratamientos o para las prótesis. Pasa esto porque está mal gestionado el sistema público. No hay que construir más hospitales sino saber gerenciar los que hoy funcionan. Nosotros desarrollamos un programa integral de gestión y administración de los hospitales que puede recuperar los recursos que las obras sociales privadas o prepagas les importan, ya que cuando un hospital recibe a un ciudadano que tiene obra social después no cobra esa tasa de recupero que debe obtener para seguir brindando atención gratuita.
-¿Piensa informatizar el servicio sanitario?
-Creo que la integración de los 33 hospitales debe abarcar la historia clínica única, con la informatización del servicio hospitalario. Queremos que los médicos no se preocupen porque no anda un ecógrafo o no hay gasas en un hospital, ellos deben seguir formándose y prestando la atención de excelencia que brindan hoy. El sistema sanitario debe funcionar independientemente de la asistencia médica. El médico debe dedicarse a curar y el Estado tiene que darle las herramientas para hacerlo. También hay que habilitar más camas de terapia intensiva y habilitar doble turnos en los hospitales, una promesa incumplida por Macri. Hoy, en el Argerich, de 15 quirófanos sólo funcionan ocho. Es lamentable.