La Universidad del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina (Ucema) organizó un seminario virtual en que el periodista e investigador Guillermo Laborda entrevistó a Felipe de la Balze, economista y empresario, especialista en temas internacionales. El lema convocante fue “La geopolítica y el nuevo escenario económico internacional: ¿Qué hace Argentina?”.
En el encuentro, en que también estuvo como oyente el economista del CEMA y docente de economía monetaria, Jorge Avila, se abordaron distintos temas, como Estados Unidos, China y la economía mundial; Rusia y Ucrania, ¿la guerra sin fin?; Irán y el terrorismo internacional; el rol de Naciones Unidas en un mundo diferente; y ¿cómo se debería posicionar Argentina?
A continuación, se reproducen algunos puntos de la disertación:
EL GOBIERNO TRUMP
* “En términos de política económica, el probable nuevo gobierno republicano de Estados Unidos quiere bajar la presión impositiva. Ya Trump había recortado los impuestos en 2017. Los impuestos corporativos antes eran del 39% y los bajó el 21%. Ese 21% de impuestos a las compañías se termina a fin de año y tienen que ser renovado. Y él, aparentemente, lo quieren renovar a un nivel aún más bajo del 15%. Lo cual es un nivel no tan bajo como el de Irlanda, que todo el mundo da como un ejemplo de un país que mucho ha crecido, en gran parte por su éxito fiscal que atrajo tantas compañías”.
* ”Además, Trump siempre habla de la baja de las tasas de interés. En ese sentido, no se diferencia mucho de líderes populistas o de figuras de ese tenor, que piensan que las tasas de interés inhiben el comercio y la inversió y, dificultan el funcionamiento de la economía”.
* ”Un tercer tema es que quiere impulsar a fondo la explotación y exportación del gas y del petróleo. Trump quiere, como un toro, embestir contra el tema delcalentamiento global. Con los cuernos para adelante, les dice a los ambientalistas: ‘Señores, este país tiene mucho petróleo y tiene mucho gas, vamos a poder usar nada más que los próximos 15 o 20 años, explotémoslo’. Así que hay una gran chance de que haya una explosión de exploración, de gasto de inversión y exportación del sector de hidrocarburos”.
* “El cuarto tema, y quizás el más importante en mi perspectiva, es el tema de los aranceles. Almorcé con Robert Lighthizer, que es el exdirector de la USTR que es la oficina del representante comercial de los Estados Unidos para la política mundial. Me explicó que la idea es poner un arancel el 10% a todas las importaciones de los Estados Unidos y con respecto a China, un 60%”.
* “¿Cuáles son las consecuencias de esto? Lo más probable es que el dólar se revalúe”.
* “Trump y los aranceles van a ser un tema muy importante en los próximos años, y esto tiene otra consecuencia muy importante. Todos esos aranceles eventuales están en contravención de los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio, en otras palabras, es un rompimiento abierto, franco y directo del sistema internacional que los Estados Unidos montaron durante 50 años, entre 1947 y ahora”.
CHINA
* “Los chinos y los norteamericanos están librando una guerra fría económica que comenzó, inicialmente a iniciativas de los chinos en los años 2013-2014, con algunas cosas como la Ruta de la Seda y después lo que se llamó el Proyecto China 2025, que era un programa enorme de subsidios, de ventajas impositivas y crediticias para toda la tecnología avanzada, como la robótica, inteligencia artificial y las telecomunicaciones”.
* “Entonces, los chinos se lanzan a una gran política mercantilista favoreciendo los sectores de tecnologías más avanzadas. Los norteamericanos le responden con Trump. Biden agrava esa respuesta lanzando una serie de políticas industriales y los chinos, a partir de hace tres años, lanzan un nuevo paquete de apoyo a la industria manufacturera avanzada, sobre todo a todo lo que tiene que ver con el auto eléctrico, los paneles solares, las turbinas eólicas, las turbinas de viento, todo lo que tiene que ver con los semiconductores”.
* “Entonces, estamos en el medio de una guerra fría económica entre dos grandes potencias que han decidido competir con métodos que están fuera de las reglas establecidas del comercio internacional aceptadas, en ese campo de una forma muy dramática, muy intensa y con consecuencias muy importantes para el conjunto del sistema”.
UCRANIA
* “Creo que Trump apunta a una resolución rápida del tema del conflicto entre Ucrania y Rusia, lo cual tiene varios significados importantes a tomar en cuenta”.
* “El conflicto es parte de una expansión, de un revanchismo, de un revisionismo ruso con respecto a lo que había sido el Imperio Soviético y lo que había quedado de él. Hay un malestar profundo que tienen los rusos, a partir del año 2000, de que los americanos y los europeos se les estaban acercando a su frontera. También iban cada vez integrando más países, muchos de ellos exrepúblicas soviéticas o expaíses satélites. Rusia ha sido un país que siempre ha estado muy temeroso de su seguridad, porque ha sido invadido muchísimas veces en los últimos 600 años”.
* “No creo que Rusia haya pasado más de 30 años por medio sin tener una guerra de invasión en su territorio. Es un país muy fácil de invadir, porque es la Rusia europea, de los Urales hasta los límites hoy en día de Ucrania y hasta 1989 o 1990, los límites del imperio ruso eran la Alemania Oriental, la Alemania comunista. Hoy en día los límites del imperio ruso estarían en Ucrania, en Bielorrusia, en Polonia, entre otros países. Putin en los últimos 15 años ha ido avanzando paso a paso. Primero avanzó con Georgia, donde tuvo una pequeña guerra y en la cual ocupó dos territorios. Hay que tener en cuenta que cuando se rompió la Unión Soviética quedaron 20 millones de rusos fuera de Rusia, en países relacionados al Imperio Soviético”.
* “No es que Trump decidirá que va a participar en una negociación para establecer la paz y que eso suceda como un acto de magia. Lo que se estará abriendo es una caja de Pandora de discusiones que van a ser muy complicadas, que pueden producir cambios políticos muy importantes, tanto en Rusia como en Ucrania, dependiendo de quién sea el que conceda más. El que lo haga más, estará más expuesto, o sea, más atacado internamente”.
IRAN
* “Ante las posiciones que ha tomado nuestro Gobierno de apoyo a Israel, que el Gobierno iraní nos diga: ‘Ya le di a ustedes una lección, le voy a dar otra’, no me sorprende. Pero personalmente, no estoy dispuesto que un tipo me haya chantajeado, me haya puesto una bomba, me vuelva a amenazar. Me parece que es indigno, digamos, porque primero que eso no asegura que no nos pongan otra bomba en el futuro”.
* “Israel tuvo un éxito militar y táctico muy importante, pero estratégicamente no lo tuvo. Generó una montaña de críticas y de opiniones adversas que no tenía antes como resultado de su respuesta al terrorismo que se generó en Gaza. Creo que, en el largo plazo, la solución de Israel pasa por algo que todavía no está en las cartas, pero que es la creación de dos estados en esa región, un estado palestino y un estado israelí”.
* “No es una historia nueva, sino que comenzó en 1948. Hubo invasiones de Israel a Gaza en varias ocasiones. Ha habido violencia por parte de los que vivían ahí, en contra de los israelíes en distintas oportunidades. Ahora se repite en un entorno muy particular y de una forma aún más violenta que en otras ocasiones, pero no es algo nuevo. Y la solución no pasa por la violencia, sino que por encontrar algún tipo de entendimiento donde se reparen estos sentimientos de temor y de angustia que tiene un lado y los sentimientos de desprecio y de haber sido sacados de su terreno que tienen los otros”.
LA ARGENTINA
* “¿Qué hace Argentina en un mundo donde la economía se está fragmentando? Lo que era la globalización basada en la eficiencia y los intercambios comerciales basados en costo y precio, está comenzando a transformarse en un juego donde la política y la seguridad comienzan a tener una dimensión y una importancia muy importante”.
* “El comercio mundial no está creciendo, está prácticamente estancado, cosa que no era así en los últimos 40 años, que crecía todos los años entre 4% a 6% en términos de volúmenes. Nos encontramos en un momento de declive económico, con el comercio global estancado y una clara división entre dos bloques geopolíticos.
Por un lado, tenemos a Estados Unidos y sus aliados occidentales, y por otro, a China y su esfera de influencia, que incluye países como Corea del Norte, Laos y, en cierta medida, Rusia, que ha estrechado lazos con Pekín ante las sanciones occidentales. Esta polarización ha impulsado el comercio dentro de cada bloque, pero a costa de la cooperación internacional”.
-”En este nuevo escenario global, ¿cómo debe Argentina diseñar su apertura económica? Este es el verdadero desafío que enfrenta nuestro país y el debate crucial que debe abordar el Gobierno, más allá de las disputas menores sobre política exterior. La cuestión fundamental es cómo estructurar una apertura eficiente y eficaz en un mundo radicalmente distinto al que conocimos en las últimas siete décadas. Durante ese periodo, Argentina ha mostrado un desempeño económico internacional deficiente, no debido a un entorno global adverso, sino a la incapacidad de gestionar adecuadamente su economía interna”.
* “La Argentina representaba el 2,5% del comercio internacional en 1950 mientras que ahora representa el 0,25%, la décima parte. La décima parte, ¿no es cierto? La suma de nuestro comercio, lo que se llamaba el coeficiente de apertura, que es exportaciones más importaciones dividido el PBI es del 13,5%, somos el séptimo u octavo país más cerrado del mundo”.
* ”Nuestro sistema económico interno no funcionó porque seguimos exportando hoy en día prácticamente los mismos productos que exportamos hace 50 años: 30 compañías concentran el 70% de nuestras exportaciones y 70% de las que exportamos son productos agroalimentarios y dentro de esos, seis productos hacen el 80%. Entonces, nosotros nos achicamos, pero no porque el mundo nos penalizara, como se dice por ahí, sino porque nuestra economía no ha funcionado. Exportar es un negocio complicado, requiere un planeamiento de largo plazo, requiere inversiones, requiere ser constante”.
* ”La Argentina no ha tenido en su sistema económico interno un mecanismo que promoviera la inversión capitalista y el inicio de nuevas actividades porque era imposible hacerlo en un mundo donde primaba la inflación, donde la estructura financiera del Estado era endeble y donde había déficit fiscal, entre otros puntos. La Argentina tiene una economía inserta muy pobremente en la economía internacional. El escenario actual es diferente: un mundo de esferas de influencia, acuerdos preferenciales y bilaterales, y pactos sectoriales”.
* “Considero que debemos aprender del siglo XIX. En aquel entonces no existían el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, las Naciones Unidas ni los sistemas de comercio organizado como el Mercosur. Sin embargo, Argentina logró globalizarse y pasar de ser un país ultracerrado en 1850 a tener un coeficiente de apertura del 25% en 1929, el doble del actual”.
* “¿Qué hicimos para tener éxito en un mundo que era un mundo de esferas de influencia? Lo que hicimos en el pasado fue firmar alrededor de 30 a 35 acuerdos bilaterales país a país. Comenzamos con los británicos en 1822, luego con los estadounidenses en 1823, y continuamos con los daneses, los suizos, los japoneses e incluso con la República China de Sun Yat-sen en la década de 1910. Estos acuerdos, llamados de amistad, navegación y comercio, establecían las condiciones de apertura de cada país, detallando qué exportaríamos, qué inversiones recibiríamos, qué inmigrantes llegarían y qué protección consular tendríamos. A través de estos numerosos acuerdos, firmamos más de 30 entre 1860 y 1930, Argentina se convirtió en una gran nación exportadora, recibió inversiones y millones de inmigrantes de todo el mundo”
* ”Por lo tanto, lo que debemos hacer ahora es no rendirnos y recordar que podemos replicar lo que hicimos antes. ¿Cómo? A través de acuerdos bilaterales, sectoriales y preferenciales, aprovechando nuestras ventajas comparativas actuales”.
* ”Es evidente que el Mercosur no ha cumplido su propósito. No nos ha permitido abrir mercados internacionales, ni comerciar libremente a nivel interno, ni siquiera ha funcionado como una unión aduanera debido a la falta de un arancel externo común. El tema del Mercosur es relevante, pero debe ser abordado en el contexto más amplio de cómo Argentina se inserta en este nuevo mundo económico fragmentado y de esferas de influencia”.