Abrió las compuertas de la indignación la aparición de una serie de videos e imágenes en las que niños chaqueños eran sometidos a un adoctrinamiento comunista feroz. La historia es muy puntual, se trata de un grupo de alumnos protagonistas de un acto escolar en ocasión del Día de la Bandera argentina. En el evento eran obligados a homenajear y presentar lealtades a símbolos y personajes de la dictadura cubana. Los valores allí exaltados forman parte del ideario moral e ideológico del dueño y señor de la zona: Emerenciano Sena.
Antes de que se evapore el pataleo en redes y en menor medida en los medios, antes de que ese enojo etéreo y volátil, que nos da a los argentinos cada tanto, se nos escurra entre los pliegues de la memoria, vale usar al personaje como metáfora de la tragedia argentina que se viene gestando desde mucho antes de que el kirchnerismo la regara con anabólicos.
Cuando promediaba los 20 años Emerenciano Sena ingresó a trabajar como albañil en una empresa constructora en la que conoció a dirigentes comunistas junto a los que conformó la agrupación Naranja Violeta, una línea interna de la UOCRA, pero curiosamente su carrera laboral despegó cuando se empezó a consolidar su condición de desempleado. Como líder del MTD (Movimiento de Trabajadores Desocupados) fue creciendo y hacia mediados de 1999 ya era una institución anclada en el local del sindicato de empleados públicos de Chaco. Así conoció las mieles de la extorsión piquetera, que descollaba sus rayos prometedores presionando al fugaz gobierno de la Alianza al que le arrancó los primeros subsidios y planes. Emerenciano la vio clarita: la industria del piquete era el futuro.
Durante el gobierno de Duhalde, el MTD llegó a tener cientos de miles de planes, cifra desmarcada de lo que recibían los movimientos en la vecina Corrientes, por ejemplo, que apenas alcanzaban los 30000. Es preciso detenerse unos segundos en esta coyuntura, porque es formativa de la manera en la que se articuló la política y la sociedad en adelante. Sena no deja de ser un personaje de su tiempo, de esos cuya percepción cuenta con un sexto sentido que le permitió entender mucho antes que a políticos y a politólogos la sociedad que se avecinaba.
Su olfato y personalidad lo convirtieron en un as de acción directa. Para ponerlo en criollo, un lanzado, un picante, un KILLER con acervo lingüístico escaso pero efectivo. Comprobó la eficacia de la matonería cuando, a mediados de 2001, el entonces presidente Fernando de la Rúa eligió Chaco para regalar planes sociales a 1500 mujeres. Temeroso del contacto popular que le pudiera deparar abucheos, de la Rúa planeó entregar la dádiva a las beneficiarias en un espacio alejado y controlado. Sena desarticuló el plan llevando tan sólo 150 militantes que, de prepo, ingresaron al espacio protegido del mandatario atemorizando a los organizadores y generando un violento acto paralelo. La policía, a las órdenes de un gobernador “aliado” del Presidente en ese momento, no pudo o no quiso (como es costumbre) poner orden y fue el Presidente quien tuvo que cancelar el mitin. Las autoridades no contentas con semejante demostración de cobardía, recibieron cordialmente a Sena que se despachó con una lista de reclamos. La fórmula era exitosa.
Intentó la vía electoral en 2003 como candidato piquetero del Partido Obrero, pero ese corsé no era lo suyo. De nuevo, la acción directa era más rápida y sencilla y para qué ser un ocupado si como desocupado se había convertido en estrella. En 2004, en pleno gobierno kirchnerista, ocupó un edificio de la Gerencia de Empleo de Chaco durante un mes para reclamar más planes y otra vez hizo su magia: terminó la ocupación cuando le otorgaron un programa de “asistencia a proyectos productivos”. Así las cosas Emerenciano, de profesión desocupado serial, comenzó a gerenciar emprendimientos sostenidos con tracción a subsidios impulsados por la toma de tierras.
Durante la caótica maraña de políticas de asistencia social del primer kirchnerismo, Sena se vio asociado a los planes de viviendas de las Madres de Plaza de Mayo, bautizados para la jocosa posteridad como Sueños Compartidos.
En 2008, Sena encabezó la ocupación de los terrenos del Campo de Tiro, usurpación que el Gobierno provincial acompañó y que actualmente alberga a cientos de familias. En 2009 se enfrentó violentamente con Sergio Schoklender con cruzadas acusaciones de ladrones entre ambos bandos. Schoklender terminó preso, pero Sena se sobrepuso al escándalo que produjo la estafa (que ya a nadie importa) y completó la construcción con fondos provinciales.
Para remate del evento, y como si saliera de la pluma del mismísimo García Márquez, el barrio montado sobre la usurpación pasó a llamarse Emerenciano. Y sí, ¿por qué no?, la acción directa no es para estómagos remilgados. A propósito y ya que estamos, la organización no se llama más MDT a secas...se llama MDT Emerenciano o Movimiento Emerenciano (léase con sonido de trompetas).
Emergentes político/sociales como el caso paradigmático de Milagro Sala o Emerenciano Sena no son extraños. Crecieron al calor de una recomposición de poder que Argentina permitió y financió como respuesta al colapso de su sistema de representación cuya agonía lleva décadas. Un recorrido sencillo por la hemeroteca da cuenta de las alabanzas y apoyos que estos personajes tienen en sus etapas iniciales. Como toda podredumbre, comienzan con una pequeña descomposición permitida y hasta aplaudida. Pero, sobre todo, tienen origen en la concepción paternalista enquistada en toda la dirigencia política (bueno, toda no, el 98,7689%). No existirían los Sala o los Sena sin planes sociales y subsidios a la existencia misma que es el único programa y plan de gobierno argentino. Chaco llegó a manejar casi un tercio del presupuesto nacional para estos fines. De más está decir que la mayoría de sus habitantes depende de la caridad de los punteros para subsistir.
A fines de 2015 Sena entró de lleno a la campaña presidencial bloqueando el aeropuerto de Chaco para evitar que Mauricio Macri ingresara a la provincia previo a la fecha del ballottage al grito de “no vamos a permitir que acá venga el verdugo del pueblo", finalmente Macri ingresó por un camino alternativo, y esta acción tampoco tuvo consecuencias.
El cambio de gobierno no redujo el poder del señor piquetero, tampoco su accionar recibió castigo. Siguiendo con la figura de Emerenciano como metáfora de la estructura de poder nacional, lo que se convirtió en escándalo el pasado día de la Bandera 2021 es una película repetida. Desde que Sena se hizo con los poderes fácticos de su terruño el adoctrinamiento comunista es rey.
En 2019, mientras el ex-presidente Macri estaba aún en el poder, ocurrió un escándalo similar porque en el Barrio Emerenciano se izó la bandera de Cuba junto a la argentina y se homenajeó al Che Guevara en un acto patrio. El entonces ministro de Educación Alejandro Finocchiaro expresó su “preocupación” como si se tratara de cualquier comentarista político. Sus acertadas palabras no dejaron de demostrar su inacción: "Esa bandera representa un régimen político que es una dictadura, que no tiene libertades, uno de los más represivos del mundo. A los chicos se les está enseñando eso. ¿Qué pasaría si en una escuela de gestión social izara la bandera nazi con la foto de Adolf Hitler?". Tenía razón, ¿y entonces? "El sistema educativo no puede contar con ninguna práctica ligada al adoctrinamiento. Me comuniqué con la ministra del Chaco y me dijo que estas escuelas fueron hechas en la gestión de Capitanich, y que mandaron un proyecto de ley para regularlas porque el Estado está poniendo dinero en estas escuelas que no puede supervisarlas" comentó Finocchiaro. Que sí, que tiene razón… ¿Y entonces?
Esta perla en la diadema del escarnio educativo argentino llamada Escuelas Públicas de Gestión Social surgen de la Ley de Educación Nacional N°26206/06. El Barrio Emerenciano tiene escuelas creadas según los artículos 13 y 14 de dicha Ley y el Consejo Federal de Educación en su Resolución N.º 33/07, las define como “un tipo de unidad educativa que forma parte del sistema educativo, impulsada por distintos tipos de organizaciones sociales, fundaciones, asociaciones civiles sin fines de lucro, que sostienen prácticas educativas”. Así de delirante como se lee, el gobierno le da a una ONG dinero para que monte una escuela y le pague a los maestros pero no puede supervisarlas, según declaraba amargamente Finocchiaro en aquel momento.
La escuela de la polémica volvió a exaltar la figura del Che Guevara, con el que Sena parece tener una obsesión, durante el cierre del año 2020 haciendo que las angelicales voces de los niños canten al cielo las estrofas del tema Hasta siempre comandante en homenaje al fusilador de homosexuales. La escena se componía así: en el centro la bandera de Cuba, a su derecha la argentina y a la izquierda la bandera whipala. El vestuario no se quedaba atrás: los guardapolvos del personal de la escuela llevaban impreso el rostro del Che.
Si esto se viene repitiendo y, no importa quién gobierne, Don Emerenciano hace siempre lo que se le canta, no debería sorprendernos que el pasado 20 de Junio Día del Padre y la Bandera, todo junto, este auténtico señor feudal volviera a repetir su ritual comunitario de ditirambos y alabanzas a su ídolo guerrillero. Y así fue. Cada acto de estas características es una confirmación de su condición de Alfa Lomo Plateado. Un golpearse el pecho y a ver quién me saca. Pero esto no puede ser analizado como la enfermedad, es sólo un síntoma.
Emerenciano es un representante del éxito modélico kirchnerista. No ha dejado cliché por recorrer, su nivel de vida y gastos que no se condicen con el pobrismo que gerencia, sus visitas al Papa, su control de las escrituras de las propiedades de SU barrio, o las amenazas con “esperar con palos y tomar la plaza” contra quienes querían manifestarse en la marcha del 18F por la muerte de Nisman. Maneja con puño de hierro los cortes de ruta que se cobraron vidas, como en el episodio en el que acusó al conductor de la ambulancia al que atacó con piedras y garrotes, de ser negligente por no utilizar el camino alternativo. El paciente que el chofer llevaba murió y por este caso Sena dijo que “Hace doce años que cortamos el puente y nunca pasó nada; ellos tienen que cubrir su negligencia”. Por supuesto, por este caso tampoco pasó nada.
En las “escuelas” de Emerenciano no es necesario tener título ni capacitación para ser docente, basta con acatar las leyes del amo que les prohíbe desarrollar actividades sindicales y no tienen derecho a huelga. Sí, el líder sindical se los prohíbe y no, no hay marchas de docentes defendiendo a los afectados. Una magia verdadera.
El ex gobernador Juan Carlos Bacileff Ivanoff denunció que los referentes del movimiento social “estafan a los humildes sacando los pocos planes sociales que cobran, mercenarios que andan en camionetas 4x4 y tienen casas millonarias” y se comprometió a no permitir que esa situación continuara. Ivanoff se fue sin lograrlo, Sena sigue estando. Actualmente entre sus múltiples ocupaciones preside la Fundación Dr. Saúl André Acuña y conduce programas televisivos en el canal estatal de Chaco.
Tiene una sólida sociedad política con el sempiterno caudillo chaqueño Jorge Capitanich, padrino de su boda con la funcionaria de Desarrollo Social Chaqueño Marcela Acuña. Capitanich prologó su libro "Caudillo del Norte - De las rutas a las escuelas" en el que Emerenciano (hablando de sí mismo con su particular competencia lingüística) narra: “lo que hicimos en el campo de Tiro, de lo que decían antes que éramos unos vagos y que nos iban a dar una pala para sacarnos de la ruta. Nosotros no tenemos odio ni rencor contra ellos, sino que hacemos un trabajo intelectual, un libro muy bien escrito y editado por compañeros de La Plata, muy bien trabajado en todas las imágenes, de página a página, del contenido y de la estética del libro”. Este tratado autobiográfico de quien dirige institutos educativos, estuvo presente en Cuba, en la Feria Internacional del Libro, acompañando a Cristina Kirchner en ocasión de presentar “Sinceramente”.
Frente a la historia paradigmática de Emerenciano Sena, lo sucedido en el acto del Día de la Bandera puede servir para escandalizar, pero describe sólo una pequeñísima parte del entramado de poder real que corroe las bases políticas e institucionales de Argentina. Un modelo de liderazgo que ni siquiera responde al viejo caudillaje local ya que hasta carece del mérito de la construcción de poder corporativo propio de, por ejemplo, la mafia. Tampoco salió de un repollo la semana pasada, no es producto de la generación espontánea sino fruto de un camino incesante de reemplazo de valores más profundo y grave. Son tropezones de poder sostenidos en base a la usurpación y la dádiva que sólo se obtienen con un Estado asfixiante y autoritario sin legitimidad ni capacidad de reacción. Ese Estado paralelo que vampiriza al formal y que se compone de múltiples e inorgánicos movimientos sociales que ningún político se atreve a desafiar y que es la auténtica y más cruel condena argentina.