Ciencia y Salud

El valor del silencio en las relaciones interpersonales

Es natural que en cualquier tipo de relación surjan diferencias, discusiones. Para que las discordias que puedan asomarse lleguen a buen punto, algunas veces es necesario hacer silencio. Muchas veces este silencio ayuda a no hablar de más, a no decir esas cosas que, en el fragor de la pelea, se dicen sin pensar y que luego pueden acarrear culpa. 
Otras veces, hacer silencio ayuda a que la discusión no escale. Es sano, en ocasiones, esperar a que pase la tormenta para poder retomar el tema más calmadamente.
Es conveniente contar con una inteligencia emocional desarrollada, saber cuándo realmente quedarse callado, es lo que realmente va a mostrar una diferencia en las relaciones interpersonales, porque de esta manera se ahorran problemas innecesarios.
La realidad es que una conversación está integrada mucho más por componentes no verbales que verbales. Por eso, es bueno comprender la importancia del silencio para que haya una expresión clara de lo que se desea trasmitir.
Sucede que cuando en una discusión se ataca el sistema de creencias de una persona, su mente lo entenderá como una amenaza y empieza a poner en funcionamiento los mecanismos para responder ante ella. Es así que se activa el sistema nervioso simpático, acelerando las palpitaciones, la respiración y preparando a la persona para una situación de huida o pelea. Es en esos momentos que el cerebro solo piensa en defenderse y en activar al cuerpo para una posible reacción de escape.
No es bueno hablar si no se está calmado. Se puede tener una discusión, pero si ésta se transforma en una pelea, es mejor mantenerse callado. Los momentos de silencio ayudan a pensar y a no responder reactivamente. 
Quedarse callado no significa que no se tenga nada que decir, pero sí es necesario saber medir las consecuencias de las propias palabras y cómo va a ser comprendido o recibido ese mensaje. 
Muchas veces el hecho de guardar silencio cuando una discusión se acalora ayuda a que se pueda tener mejor conciencia de la relación. Es decir, poseer la capacidad de reconocer y respetar las necesidades propias y las de la pareja. Esta Conciencia relacional aumenta cuando dos personas son capaces de escucharse mutuamente y al perderla puede haber un auto boicot o un boicot hacia el otro. Cuando dos personas no se escuchan, surgen suposiciones, creencias, y una serie de reacciones ante ellas, otras veces por no escuchar se puede llegar a acuerdos con los que no se está, en el fondo, totalmente de acuerdo. Por esto es bueno callar, pedirle al otro un respiro para pensar mejor lo que se quiere, y así poder decirlo asertivamente.
Es sano esperar a estar tranquilo para pensar claramente qué es lo que se quiere explicar. Aún creyendo que se tiene la razón, es ahí que es mejor esperar para que el interlocutor pueda comprender.  
¿Es importante tener razón, ganar la pelea, o conservar la relación?  es trascendental retomar el tema de conversación apenas se pueda hacerlo de manera clamada. Callar no significa que este tema queda atrás, sino que se pospone, por breve tiempo, para ser retomado en mejores circunstancias en cuanto sea posible. El silencio que se extiende no es para nada sano en una relación, ya que se van acumulando sentimientos negativos que, al ser reprimidos meses, o años, hacen que se olviden los motivos reales de esos sentimientos, pero dejando vivo el rencor. Lo que necesita ser resuelto con diálogo de ninguna manera se resuelve con silencio.
Cuando la conversación se retoma es bueno ser asertivo. La asertividad es ese espacio donde la persona no se queda siempre callada, de manera que se somete al otro, pero tampoco dice las cosas de manera violenta o que escale en agresividad. Es bueno en la asertividad poder expresar junto con lo que no se desea, cuales son les emociones que están involucradas, que es lo que sí de desea, ya que el otro no lee la mente, y poder recodarle a la contraparte la importancia y naturaleza de la relación que los une, por la cual, desean acuerdos antes que discusiones.

Frente a cualquier circunstancia es bueno pensar si las palabras son mejores que el silencio que se puede guardar es ese momento, para un sano desarrollo de la inteligencia emocional es bueno recordar esa vieja frase que dice que “una persona es dueña de las palabras que calla y esclava de las que dice”.

Dr. Flavio Calvo (M.N. 66.869)
Doctor en psicología, docente, tallerista y autor.