Por Roberto Chiti *
El Gobierno mostró firmeza y capacidad para sostenerse en el lado correcto. Luego de atravesar las peores semanas desde el inicio de la presidencia de Javier Milei, el oficialismo se encontró ante una situación propicia para reposicionarse en un escenario más favorable, justo en la antesala de las definiciones de cara a la campaña electoral.
La sucesión de tropiezos iniciados hace un mes, sobre todo el caso Libra y la tortuosa saga de los dos nombramientos en comisión a la Corte Suprema, fueron factores de distanciamiento con los sectores más moderados de la ciudadanía.
Esto se percibía en la atmósfera pública y quedó expuesto en distintas encuestas, que reflejaron una pérdida de unos 10 puntos de la imagen presidencial. También, en el escalamiento de la tensión con el PRO, su principal aliado político. Es evidente que, más allá de la clara sintonía en los temas económicos y de orden público, esta relación se fue deteriorando cada vez más por diferencias en el campo institucional. A las que se suman, inexorablemente, intereses divergentes de cara a la disputa electoral.
Entonces, que hayan quedado en el centro de la escena los graves incidentes del miércoles 12M pasado frente al Congreso fue para el Gobierno un logro significativo.
Aún con una mancha muy grave y lamentable, como la agresión sufrida por el fotógrafo Pablo Grillo (que desde ya debe ser investigada y eventualmente sancionada). Pero que, en el peor de los casos, implicó un hecho aislado por parte de las fuerzas policiales. Un tipo de incidente que, con mayor o menor gravedad, resulta difícil de evitar cuando se trata de situaciones de violencia masiva y premeditada como las que realizaron quienes protagonizaron la marcha desestabilizadora.
REPRIMIR A LOS VIOLENTOS
En Argentina siempre debe reiterarse lo elemental. Cuando se trata de cientos o miles de personas atacando con piedras a la policía, en cualquier lugar del mundo la respuesta es inapelable: reprimir a los violentos. Y esa represión, lamentablemente, suele desencadenar situaciones que pueden afectar a personas que, sin buscar la violencia, pueden sufrirla por el sólo hecho de estar en el lugar. Sin embargo, actuar con firmeza nunca debe implicar hacerlo sin cabeza. Y es en tal premisa que el gobierno se apuntaló para completar la secuencia de las dos marchas.
En la manifestación del 19 de marzo, ya no fue imperiosa una represión dura para demostrar que el gobierno no aceptará intentos de generar caos en las calles. Bastó con ajustar y mejorar algunos procedimientos en materia de prevención, reacción y comunicación. Y asumir los límites de un operativo acorde a la naturaleza y magnitud de la convocatoria. Es decir, en este tipo de casos -al igual que en la más reciente marcha del 24 de marzo-, el protocolo antipiquetes resulta inaplicable. Y, considerando los antecedentes de un gobierno que muchas veces actúa doblando la apuesta, que en situaciones concretas de alta sensibilidad haya obrado con prudencia, es muy valorable.
EL ORDEN PUBLICO
De este modo, la respuesta a las dos marchas (12M y 19M) que tenían como objetivo manifiesto desestabilizar al gobierno -y de ningún modo, como decía la consigna, defender a los jubilados-, volvió a situar al oficialismo en el lado correcto.
Esto claramente es así, al menos, para un sector mayoritario de la sociedad, que validó en las urnas el impulso de una política de ley y orden. No debe olvidarse que, en la campaña electoral de 2023, tanto Javier Milei como Patricia Bullrich prometieron que terminarían con la anomia y los piquetes en las calles. En aquel entonces la suma de ambos candidatos fue del 54% en primera vuelta, porcentaje cercano al 56% obtenido por Milei en el balotaje. Hoy, el Presidente y la ministra de seguridad dan respuesta a ese mandato.
El Gobierno queda posicionado en el lugar correcto porque, además, quienes fueron a provocar los desmanes son una suma de actores que, desde hace tiempo, no ocultan sus intenciones violentas y antidemocráticas: la extrema izquierda, el kirchnerismo duro, grupos piqueteros, algunas agrupaciones sindicales, y barras de fútbol (justo en el país en el que se exalta la cultura del aguante como atributo futbolero, y único lugar del mundo donde los visitantes tienen vedado asistir, para evitar que las hinchadas se maten entre sí).
Es decir, sectores que de manera recurrente actúan al límite o fuera de la ley. El enemigo perfecto para el gobierno, dado el descrédito que aquellos tienen ante la mayor parte de la ciudadanía. Y que en su accionar reciente, quedaron en flagrante exposición.
DILEMAS E INTERROGANTES
Aun así, debe también reconocerse que los graves incidentes de la primera de las marchas dejan planteados no pocos dilemas e interrogantes. Sobre todo, en torno a cómo podría evolucionar una potencial tendencia de conflicto creciente y violencia en las calles, ante un cuadro coyuntural del país que todavía es frágil.
Ya que, por más que por haya un gobierno que muestra los atributos necesarios para hacer frente al intento de desestabilización, las variables socioeconómicas más sensibles seguirán siendo un condicionante en el corto y mediano plazo. Y las políticas de ajuste y desregulación del oficialismo, entre otras, factores de una esperable exacerbación para determinados sectores e intereses inevitablemente afectados.
En definitiva, resurgen cuestiones que pueden hacer presagiar escenarios inquietantes, que se planteaban con bastante lógica desde un inicio del gobierno de LLA, y que para sorpresa de muchos - y para bien- fueron quedando postergadas. Sobre todo, debido a los claros aciertos del gobierno en sus políticas social y de orden público.
De cara a la campaña para las próximas elecciones legislativas, cabe esperar que vuelvan a quedar en el eje de la discusión las miradas contrapuestas sobre este tema. Que debe ubicarse en un contexto mucho más amplio, que casi divide en mitades a los argentinos, en torno a visiones antagónicas sobre modelos de país y de sociedad. Y que van más allá del presente y el futuro, como quedó nuevamente en evidencia este 24 de marzo.
* Consultor y analista político.