Economía

"El peronismo no habla con la gente"

Alberto Fernández cree que la Casa Rosada intenta demonizar al sindicalismo por razones electorales El ex jefe de Gabinete denuncia un contubernio mediático para proteger a María Eugenia Vidal. Tacha de fiasco al gobierno de Mauricio Macri. Entiende que Cristina no obstaculizará un candidato opositor de consenso.

A dos años de iniciada la gestión macrista en el Ejecutivo nacional, el dirigente Alberto Fernández repasa componentes del escenario vigente. En un diálogo exclusivo con La Prensa, recorre pasado, presente y futuro del peronismo, y no escatima juicios críticos respecto de la actual administración.

- ¿Qué balance hace de los dos años de gobierno de Macri?

- Decididamente, un fiasco. Es muy difícil encontrarle éxitos. En lo económico, su mérito es haber sostenido la inflación heredada; haber hecho subir el dólar casi en un 100%; haber aumentado dos puntos el déficit fiscal; haber endeudado en más de 40 mil millones de dólares al Estado nacional; haber hecho un juego con las Lebac que son su mayor fracaso.

- ¿Qué lee de la relación del Presidente con el sindicalismo?

- Trata de demonizarlo con un sentido electoral, para seguir buscando adhesión.

- ¿No merece el gremialismo, como mínimo, una revisión?

- No tengo ninguna duda. Y que muchos de sus dirigentes tienen que rendir cuentas de su patrimonio, tampoco. Pero no me gusta generalizar.

- ¿Hay otros Balcedo y "Pata" Medina en la bolsa?

- No lo sé. Pero, si los hubiere, que se los descubra y deje al margen.

- ¿Lo de la gobernadora María Eugenia Vidal es eficiencia o cariño mediático?

- Está claro que hay un acuerdo tácito entre el Gobierno y ciertos medios de comunicación para amparar a ciertas figuras. Y Vidal es la más protegida.

- ¿Cómo cataloga su gestión?

- Hay que mirar números. En dos años, con muchos más recursos que Daniel Scioli -que gobernó prácticamente sin apoyo del kirchnerismo-, no resolvió ninguno de los problemas reales de la Provincia.

- Teniendo en cuenta diciembre último, ¿hay un 2001 a la vuelta de cada esquina de un gobierno no peronista?

- De ningún modo, hoy no estamos en esas condiciones. Aquella crisis no fue la resultante de doce meses, sino el corolario de una serie de años que derivaron en eso. Pero hay medidas macristas que se parecen mucho a las que, con el correr del tiempo, determinaron un 2001.

RANDAZZISTA

- ¿Por qué acompañó la campaña de Florencio Randazzo?

- Propuso la alternativa más lógica, la de competir en un espacio opositor común. Expuso diferencias con Cristina Fernández de Kirchner -las teníamos y, en alguna medida, las tenemos-. Lamentablemente, la ex presidenta no aceptó, y nos condenó a ir solos.

- ¿Qué cree que representó Randazzo en la elección pasada?

- Una visión peronista innovadora. Quiso hacerse cargo de lo que se hizo mal, fue autocrítico. E intentó que el electorado opositor no se dividiera, cosa que no se logró.

- ¿Faltó juego limpio?

- Del lado de Cristina no entendieron lo que estábamos proponiendo. Interpretaron que ir a unas PASO era hacerle el juego al Gobierno. Lo que favoreció a Cambiemos fue ir separados; la historia nos dio la razón.

- ¿Qué tipo de candidata fue Cristina, en calidad de ex jefa del Estado?

- Tenía votos, y ella lo sabía. Muchos, pero no suficientes como para ganar.

- Es una figura política de grandes fortalezas. ¿Dónde falla?

- A veces, su autosuficiencia la lleva a ser muy arbitraria. Es un defecto.

- Si se negara su influencia, sería un error...

- Absolutamente. Sigue siendo una dirigente de mucho peso.

- ¿Cree que el tiempo le dejó alguna lección a la ex presidenta?

- Amplió su visión. Hoy no está con vocación de entorpecer la unificación opositora que lleve a un buen candidato en 2019, que no sea ella.

- Centrémonos en usted. ¿Qué lugar político quiere ocupar?

- No estoy buscando un lugar para mí. Busco ayudar a tratar de salir del estado en el que estamos.
- ¿Es decir...?

- Llegamos a una situación, en gran medida, por errores propios. Esos que permitieron a Macri generar el escenario ideal.

- ¿Qué entiende por "error"?

- Los que se dieron, sobre todo, durante la gestión de Cristina. Yo estaba enfrentado a ella. Y luego la mayor equivocación fue la división. Macri logró aglutinar a todo el antiperonismo; y nosotros dividimos a todo el peronismo.

- Y la ecuación no da...

- No. Tenemos que aprender de eso.

LA CONDUCCION

- ¿Llama unidad peronista al consenso o al hallazgo de un nuevo líder?

- Unirnos no quiere decir correr detrás de uno solo. Es poder debatir en un espacio común quién es el mejor candidato. Es respetarnos, y tratar de respetar los resultados de una eventual elección.

- ¿Qué lectura hace de lo que quiere la gente?

- Hace tiempo que el peronismo no habla con la gente, no la consulta. Y ahora eso es imperioso.

- Menciona "partes que se ponen de acuerdo", ¿pero no es esencial al peronismo la figura de un líder?

- Así ha sido siempre. Pero también es cierto que, cuando los líderes no existieron, el peronismo supo buscarlos. Pasó con Menem, Kirchner, Cristina.

- ¿Y quién está hoy a la altura de esas circunstancias?

- Bueno, estamos en un punto donde no hay liderazgos claros, el debate es más horizontal. A partir de eso, hay que construir un liderazgo colectivo, no tan individual. Cuando todo nace y muere en un candidato, estamos en problemas.

- ¿Tiene el peronismo más de una acepción?

- En el imaginario público sigue representando los intereses de los que menos tienen. Aun así, hay que reconocer que en los años de democracia el peronismo ha sido múltiples cosas.

- ¿Qué le preocupa al partido, de cara al futuro?

- Debe resolver de quién quiere ser voz, qué intereses quiere representar. Con Luder, fue conservador; con Menem, neoliberal; con Duhalde, conservador popular; con Kirchner, progresista.

- ¿Y con Cristina?

- Con ella fue obediente.

MAL DE MUCHOS

- ¿Percibe cierta decepción en la gente acerca del PJ?

- Sí, la hay. Porque nadie que se llame representante de lo más humildes tiene en su baúl 9 millones de dólares, como José López.

- ¿Es López la única evidencia de corrupción?

- Digamos que es la más notoria. No me animo a decir que es la única. Yo creo que fue un enorme sinvergüenza, y espero que la Justicia haga justicia con él.

- ¿Se perdió el compromiso?

- Con Florencio entendemos que el peronismo sólo podrá ser una gran revolución cuando se comprometa, de verdad, con la obligación de no mentir; no robar, y jamás votar en contra de los que menos tienen. Si se cumplen esas tres premisas, podrá reconstruirse.

- Pero al peronismo, como a cualquier ideal, lo encarnan personas...

- Sí, como todo. Vale decir que la corrupción es un problema que el peronismo tiene en debate, y que no da como resuelto.

- ¿Es un mal exclusivo del justicialismo?

- Por favor, para nada. Hay mil formas de conductas no éticas en la política. El Gobierno nacional da muestra de ello todos los días. El hermano del Presidente, blanqueando 35 millones de dólares expone una familia que durante años estafó al Estado.

- Como siempre, en el medio, la ciudadanía...

- Sí. Pero el tema está en debate. Lo que importa es tomarlo con seriedad, porque corremos el riesgo de que se convierta en un mero slogan de campaña.

- ¿Qué imagina que diría Néstor Kirchner, dado el tablero político vigente?

- Estaría preocupado. Pero, ojo, también habría estado preocupado en 2014. A Néstor le preocupaba el déficit fiscal, y Cristina dejó 5 puntos de déficit; le preocupaba la inflación, que ella dejó en 24 puntos; las reservas que, de 51 mil millones, ella dejó en 21 mil millones. Sospecho, sin embargo, que hoy su preocupación sería aún mayor.