Por Carlos A. Méndez Paz (h.) *
En la Argentina (1) hay dos grupos principales de dirigentes, uno es histórico y el otro nuevo. El primero se origina en la fundación de la andariega El Barco, realizada por el Capitán Juan Núñez de Prado, en 1550, y luego de algunos traslados fue asentada definitivamente por el gobernador Francisco de Aguirre, con el nombre de Santiago del Estero. Luego será el turno de la fundación de Tucumán (1565) y más adelante Córdoba (1573) y Salta (1582). La Rioja (1591) y Jujuy (1593) son los últimos centros urbanos del Tucumán. El traslado de Mendoza (1562) y la fundación de San Juan, en ese año, lo hizo el General Juan Jofré y Montesa, yerno del Gobernador Aguirre; más adelante, su hijo Luis hará lo propio con San Luis (1594).
Así se completó el corregimiento de Cuyo. En 1536 el roleo de la escuadra del adelantado don Pedro de Mendoza permitió la llegada a la costa pampeana de un grupo importante de gente que construyó un fuerte y luego de abandonarlo se dirigieron a la Asunción del Paraguay.
Desde allí, el General Juan de Garay sale con los ‘mancebos de la tierra’ (2) para fundar Santa Fe (1573) y Buenos Aires, en 1580, por orden del licenciado Juan de Torres de Vera y Aragón, último Adelantado efectivo del Río de la Plata que, a su vez, hizo lo propio con la ciudad de Corrientes (1588).
Este grupo logró establecer vínculos familiares entre sus hijos y nietos, por el posible mandato de los caudillos de estos clanes hidalgos; esta endogamia se proyectó por distintas familias hasta el presente. Fue una empresa privada de proyección pública, dado que respaldaron con sus propios dineros esas expediciones fundadoras.
La entrada del Capitán Diego de Rojas costó 30.000 pesos oro en 1543 (como para tener una idea de los recursos requeridos). Las ciudades del siglo XVI fueron rudimentarias, pero en la centuria siguiente pasaron por la grandiosidad del barroco y en el siglo XVIII por un clasicismo moderado.
Durante esos siglos, los descendientes de aquel viejo tronco, vinculados con nuevos súbditos, llevaron adelante otras fundaciones (como Catamarca) y tareas productivas (ganaderia, agricultura, comercio, fabricación de artefactos y carretas, etc.). La mayoría de sus descendientes firmaron el Acta de la Independencia, en 1816, luego de considerar una ‘monarquía atemperada’.
Es el caso de los presidentes, desde Rivadavia hasta Castillo (otro cuerpo colegiado). Salvo el ingeniero Pellegrini que, claramente, era un destacado miembro de este agrupamiento, pues estaba imbuido de los mismos ideales de progreso; su figura, augura la presencia de otros “extranjeros brillantes” que se incorporaron a las filas de los partidos políticos de esta época.
Los criollos gobernaron exitosamente, pues antes de concluir el siglo XIX la Argentina tuvo el PBI más alto del mundo, luego de más de setenta años de luchas intestinas, invasiones (3) y guerras externas (4).
QUIEBRE INSTITUCIONAL
En 1930, se produce un quiebre institucional (dentro del mismo grupo). A pesar de este hecho, el país estaba a la altura de Canadá y Australia; por ello, llegaron muchos inmigrantes, antes y después de la ley 1880 que ayudaron al progreso del país, bajo el gobierno de esta gente. La vieja dirigencia dejó, en 1943, una enorme cantidad de barras de oro y créditos en el tesoro público (por el comercio exterior).
En ese año, concluye su responsabilidad de conducir el destino de los argentinos, cuando el presidente Castillo es separado de su cargo por una intervención militar (GOU). Estos referentes de la política local, tuvieron enfrentamientos internos por las Políticas de Estado y conflictos armados (unitarios y federales, etc.) pero, con sus virtudes y defectos, nunca dejaron de pensar en el progreso de la Argentina.
La formación de la nueva dirigencia gobernante ocurre, precisamente, en 1943; este agrupamiento estableció un sistema de transmisión del poder entre sus familiares, allegados y partidarios, bajo dos sistemas: uno horizontal y otro vertical.
El primero comienza con el matrimonio Perón y Evita, luego con Perón-Martínez y, más recientemente, con Kirchner-Fernández; el caso vertical lo encarnan, entre otros, el hijo de Alfonsín y el de los Kirchner; los Cafiero tienen tres generaciones en el poder.
Esta modalidad opera en las provincias y en los sindicatos; durante la segunda mitad del siglo XX hubo buenos, regulares y malos gobernantes. Pero, en las décadas finales de esta centuria se observan muchos casos de corrupción y la falta de políticas estructurales de mediano y largo plazo.
Este triste período lo describe, muy bien, el editorial de El País de Montevideo cuando hizo referencia a la “hipercrisis” de la Argentina; pues, el problema “no es solo económico ni principia con los fenómenos de esta naturaleza. La economía toca fondo porque antes tocó fondo la cultura, junto al sistema de valores que deben nutrirla y que viene del proceso educativo” (Montevideo, 9 de diciembre de 2001).
MOVILIDAD ASCENDENTE
La educación de Sarmiento, Avellaneda y Roca, generó la mayor movilidad ascendente de la Argentina; ellos dieron a la sociedad las herramientas para progresar; entregaron la caña de pescar (instrucción) en lugar del pescado servido que degradó a muchos argentinos, por desarticular la dignidad del trabajo, entre otros problemas.
La dirigencia actual es responsable del deterioro de nuestra Patria (corrupción, pobreza, desnutrición) y, por no aplicar Políticas de Estado, hay estancamiento y despoblación, pues nuestros hijos y nietos se van a otros Estados previsibles para su progreso y bienestar.
Antes de concluir, debo señalar que tengo una controversia con el Doctor Tulio Halperín Donghi; pues según él, durante las Guerras de Independencia, surge una nueva dirigencia (Revolución y Guerra, 2002).
Los apellidos de esta época, tienen su origen en los casamientos del siglo XVIII entre súbditos españoles y señoras criollas de antigua raigambre; por ello, sus hijos portaron nuevos apellidos. Este historiador no considera el aporte genético y la trayectoria de estas familias maternas; pues, el costado cognado (materno) determina la continuidad’ de esta dirigencia.
Además, la línea del ombligo es el medio más seguro para transmitir el capital simbólico de una familia o un clan, al decir de Pierre Bourdieu.
* Escritor, autor de varios libros y artículos; es conferencista y miembro de entidades locales y del exterior, dedicadas a estudios históricos y sociales. Es presidente del Instituto Ruy Díaz de Guzmán.
1) El concepto ‘La Argentina’ fue acuñado en 1602, por el Arcediano Martín del Barco Centenera y luego por el Capitán Ruy Díaz de Guzmán.
(2) Los mancebos de la tierra eran los hijos mestizos de la gente de don Pedro de Mendoza.
3) Los pobladores de la Argentina cruzaron armas y vencieron a los británicos en tres oportunidades; la primera en 1763, la segunda en 1806 y la tercera en 1807 (ante 10.000 soldados). En la Vuelta de Obligado (1845) nuevamente se luchó en varias oportunidades con una moderna escuadra de 22 barcos de guerra (con blindaje, motores a vapor y potente artillería). Luego, a su regreso en una angostura del Paraná (en el Quebracho) sufrieron grandes daños por las baterías argentinas; ante esas pérdidas (humanas y materiales) los ingleses aceptaron la soberanía de los ríos lde la Argentina, luego fue el turno de los franceses.
(4) Además de las guerras civiles, se combatió con el Imperio del Brasil (1825) y en la Triple Alianza (1864-1870). En este caso, los caudillos del interior no querían pelear con sus ‘hermanos paraguayos’.