LA RIOJA- El obispo de La Rioja, monseñor Marcelo Colombo, advirtió que "nadie debe pensar en la función pública como un lugar de enriquecimiento personal o familiar, sino como aquel espacio concreto donde darse enteramente" a fin de "cambiar la vida de la gente".
Colombo encabezó ayer por primera vez desde el inicio de su actividad en la provincia la tradicional celebración del Tinkunaco y luego la procesión patronal que, como es habitual, congregaron a miles de fieles.
El prelado recordó en ese marco que "nadie debe pensar en la función pública como un lugar de enriquecimiento personal o familiar, sino como aquel espacio concreto donde darse enteramente".
En su mensaje a la feligresía, el obispo agregó que "la vocación política, ejercida con nobleza y honestidad, puede cambiar la vida de la gente. Y me refiero a un cambio positivo, de crecimiento, de auténtico desarrollo, de plena inclusión".
Convocó a los riojanos a "seguir apostando a la construcción de una sociedad más justa y fraterna, a no desalentarnos por los sinsabores del camino que inevitablemente plantea conflictos". Asimismo, invitó a las autoridades políticas "a profundizar en el camino del ejercicio de la gestión de gobierno como un servicio, el cual les pide la generosidad y abnegación de trabajar para todos los riojanos, sin excepción, con una mirada preferencial sobre los más pobres y los jóvenes, muchas veces afligidos por la falta de horizontes y de modelos válidos". A todos los riojanos pidió trabajar "con pasión y sin descanso, por construir la amistad social".
"No es justo mirar desde afuera y verlo todo mal sin jugarse de verdad y limpiamente por el bien común", aseguró. Colombo fue nombrado obispo de La Rioja en setiembre pasado por el papa Francisco, luego de estar al frente de la diócesis de Orán, en Salta.