Esta semana no hubo grandes novedades sobre la Fed y los mercados que, desde hace unos cuarenta y cinco días, dan por hecho que la Reserva Federal va a ablandar las restricciones monetarias a partir del mes próximo. De ahí, el proceso alcista de Wall Street que ha llevado el Dow Jones desde los 28.000 puntos hasta los 33.500 de la actualidad. Una suba del 20 %, aproximadamente. El 80 % de los consultados por Bloomberg estima que en la reunión del 14 de diciembre la suba de tasas será sólo del 0,50 %, para dejarla en el 4,50 % hasta el primer bimestre de 2023.
En donde sí hubo una noticia sustancial -aunque pésima- fue en el sector de las criptomonedas.Una plataforma de intercambio llamada FTX -fundada en 2019 por el emprendedor Sam Bankman-Fried- ha generado un enorme agujero a la credibilidad al munco cripto, al descubrirse una colosal malversación. El bitcoin se ha desplomado a niveles de 16.500 dólares, mientras que el ethereum cotiza en torno de los u$s 1.200.
Expliquemos al público no especializado que FTX es una plataforma donde muchos inversores comercian y mantienen su criptomoneda, similar a la Bolsa de Valores de Nueva York para las acciones. Hasta este mes, era la segunda de su tipo a nivel mundial y llegó a valorarse en 30 mil millones de dólares. La semana pasada estaba en proceso de quiebra, junto a unas cien empresas conectadas. El lunes 14, FTX también se vio afectado por un aparente hackeo y perdió unos 600 millones de dólares en criptomonedas.
Es muy importante entender que esta novedosa forma de inversión han batallado duramente durante años para ganarse la confianza del público, las empresas, los emprendedores y de los grandes bancos de inversión. Aparecieron productos muy demandados como el ETF denominado BITO vinculado al producto más negociado. Pero claro, cada vez que ocurren estos tropezones no sólo hay una colosal perdida de valor (30 % en pocos días, en el caso del bitcoin) sino que es la credibilidad del conjunto la que resulta lesionada. A tal punto, que el volumen de operaciones ha caído en picada.
Me interesa mostrar las diferencias entre un activo tradicional y uno nuevo, como las criptos. Como se sabe, cuando una persona compra una acción se convierte en un minipropietario de esa empresa y ese activo tiene encima una minuciosa regulación para su seguridad. La cantidad de activos en custodia por los brokers está perfectamente establecida. No hay lugar para las dudas sobre las tenencias. El intercambio es un asiento contable, monitoreado por sabuesos qué saben que mirar.
Todo este proceso no se cumple en el mundo cripto. Cuando una persona compra un bitcoin no se sabe exactamente si dicho activo estaba en custodia en el segundo broker que actúa en la operación. Lamentablemente, a diferencia de un banco o la Caja de Valores, una empresa como FTX puede trabajar con una gran cantidad de criptomonedas pero no tiene la obligación a mostrar a los organismos reguladores cuál es la cantidad real que custodia. Los desfalcos, por consiguiente, pueden ser más frecuentes.
En todo el mundo, hay y habrá juicios contra FTX que ha perjudicado a garndes empresas e incluso fondos de inversión importantes (como BlackRock y el Fondo de Pensiones de los Docentes de Ontario). En mi opinión, será muy difícil que puedan recuperar el dinero invertido. El prejuicio mayor siempre cae sobre el inversor. Por eso, creo fundamental que la gente entienda los riesgos de invertir en mercados no regulados.
El caso FTX ha sido, en síntesis, un golpe muy fuerte para aquellos que han invertido capital y tiempo en las criptomonedas. Recordemos que Bankman-Fried y FTX eran vistos como algunas de las figuras más exitosas y confiables en criptografía Pero soy absolutamente optimista. Este magnífico nuevo mercado -valorado en más de 3 billones de dólares en su punto máximo- se va a recuperar, y no sólo por precio, también reconstruirá la confianza. Las experiencias dolorosas suelen redundar en mutaciones benéficas -con nuevas tecnologías incluso- que impiden que se repitan estafas como las de FTX. Pasarán eso sí algunos meses hasta que vuelvan los volúmenes de inversión en criptos que sanen las heridas.