Tecnología

El impacto de la inteligencia artificial generativa en el comercio internacional

En estos días el Foro Económico Mundial publicó un informe titulado “ChatWTO: Un análisis sobre la inteligencia artificial generativa (IAG) y el comercio internacional”. Este trabajo examina cómo esta tecnología emergente está afectando las dinámicas comerciales globales, sobre todo en el contexto de la rápida evolución que está mostrando. En líneas generales, el documento destaca la urgencia de un diálogo internacional para abordar los desafíos éticos y políticos derivados de su uso en las políticas comerciales. Seguidamente ahondaremos en los cinco grandes núcleos del trabajo.

La principal preocupación del comercio internacional es ética. El informe identifica varios problemas de este tipo relacionados con la IAG en el comercio internacional. Entre ellos se destacan la vulneración de los derechos de propiedad intelectual, la privacidad de los datos y la seguridad cibernética. Esto se ve reflejado en los sistemas de IAG como los generadores de contenido, que pueden violar derechos de autor y marcas registradas. Esto podría derivar en disputas legales entre empresas transnacionales. Al mismo tiempo, la falta de protección adecuada de los datos personales en algunos mercados podría dejar expuestos a millones de usuarios, especialmente en países con legislaciones más bien débiles respecto a la privacidad.

El rol de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en la regulación de la inteligencia artificial generativa es el segundo gran tema. El informe sugiere que la OMC debe tener un papel principal en la regulación de la IAG a nivel global. Para ello el Foro Económico Mundial propone que esta organización facilite el diálogo entre los distintos gobiernos y promueva la transparencia legislativa en torno a las normativas de IA. La fragmentación regulatoria es un problema real: según un estudio de la OECD citado en el informe, el 36% de las barreras comerciales actuales están relacionadas con diferencias regulatorias. La OMC también puede ayudar a desarrollar estándares internacionales que aseguren el uso ético de la IAG, para evitar de esta manera que tecnologías similares se utilicen para crear desequilibrios en los mercados.

El tercer eje del informe se relaciona con el beneficio de la eficiencia en las empresas. El más importante tiene que ver con la reducción de los tiempos de ejecución de tareas en hasta un 40% de las empresas que están utilizando IAG. Además, el informe destaca que empresas en sectores como las telecomunicaciones han logrado reducir costos operativos en un 30% mediante la implementación chatbots de asistencia laboral impulsados por inteligencia artificial generativa. La automatización de tareas rutinarias no solo mejora la productividad, sino que también permite a las organizaciones escalar sus operaciones sin aumentar significativamente su fuerza laboral.

La cuarta cuestión importante es la necesidad de establecer un diálogo internacional para enfrentar todos los desafíos que plantea el uso de la IAG en las políticas comerciales. Por ejemplo, la OMC podría promover la cooperación técnica entre países, permitiendo que economías emergentes implementen regulaciones que sean coherentes con las normativas globales. Se calcula que el 90% de los países en desarrollo aún carecen de la infraestructura necesaria para gestionar los flujos de datos transfronterizos, lo que vuelve difícil su integración en la economía digital global. Este diálogo es esencial para evitar que las discrepancias normativas generen barreras comerciales adicionales.

Por último, hay que estar atentos a las fricciones comerciales derivadas de la adopción desigual de la IAG. La fragmentación de las regulaciones sobre propiedad intelectual y ciberseguridad podría generar importantes obstáculos para las empresas que operan en mercados internacionales. Según el Foro Económico Mundial, las diferencias en las normativas de datos y ciberseguridad ya representan el 12% de las barreras que dificultan el comercio global. La falta de armonización entre países podría derivar en mayores costos de cumplimiento para las empresas y limitar su acceso a mercados clave.

Como acabamos de observar, la inteligencia artificial generativa está transformando el comercio internacional de forma muy rápida: ofrece beneficios tangibles pero al mismo tiempo plantea desafíos éticos y políticos que no podemos dejar de lado. Quizás lo más importante del informe ChatWTO (que es un juego de palabras entre ChatGPT y las siglas en inglés de la OMC) sea la importancia de realizar un esfuerzo concertado por parte de organismos internacionales, como la OMC, para establecer una regulación efectiva en el uso de esta tecnología, asegurando que los avances en IAG beneficien a todos los países de manera equitativa. Como queda claro, sin un marco regulatorio global, los riesgos de fragmentación y fricciones comerciales podrían entorpecer la adopción de esta herramienta y limitar su impacto positivo en la economía mundial.

(*) Especialista en nuevas tecnologías. General Manager para el Grupo Dinatech.