La Argentina hace seis años que no crece. Es el correlato de la falta de inversión. Los argentinos no invertimos nuestros ahorros por falta de confianza o porque numerosas familias, comerciantes y empresarios se han quedado sin resto.
Y la única inversión relevante es la que hagamos los naturales del país (1).
Se necesita invertir el equivalente al 20% del PBI para a) reponer el capital obsoleto (el deterioro natural de maquinaria, rodados, infraestructura) y b) generar capital nuevo. Recuerden esta cifra: 20% del PBI. Uno de cada cinco pesos producidos.
Los argentinos sí ahorramos. El ahorro es esa porción del ingreso que no se gasta. Se puede: a) guardarlo y no usarlo, (atesorar), b) reinvertirlo o prestarlo a otro que lo haga. Hace décadas que el ahorro de los argentinos se atesora. En el exterior o en la caja fuerte o en la casa.
Al exterior va por dos razones: a) el dinero lícito, para resguardarlo de la voracidad gubernamental, b) el ilícito, para eludir una eventual -si bien remota- confiscación por parte de los agentes de la ley.
GRANDES PROVEEDORES
Occidente, en particular Europa Occidental, ha adoptado el régimen de gobierno socialdemócrata. Este requiere un estado grande, preferentemente un 50% de la economía, que permita que los burócratas favorezcan a los grandes grupos económicos, mediante el direccionamiento de fondos y la creación de reglamentaciones protectivas. Sus consecuencias: concentración productiva, comercial y bancaria y alta carga impositiva sobre la población.
Ejemplos: el servicio de salud británico -NHS- donde las farmacéuticas cazan en el zoológico, los salvatajes a los bancos (Banco de Escocia, Bankia), subsidios de Bruselas a obra civil innecesaria o defectuosa, (parque eólico español por 4.700 millones). En cuanto a las reglamentaciones, ni Estados Unidos ni Argentina, los dos productores más innovadores y eficientes de maquinaria agrícola pueden ingresar al mercado europeo el cual protege a la inferior y cara industria alemana en el rubro.
Este incompleto listado es al sólo efecto de que no creamos que el capitalismo de amigos, crony capitalism, es monopolio argentino.
Estos megaestados se financian de tres maneras: impuestos, emisión y deuda. Monumentales sumas para alimentar en continuo al empresariado prebendario. Es un sistema de connivencias, toda vez que son los prebendarios los que sobornan a funcionarios, o directamente, colocan a su gente en puestos públicos (Macron o Dante Sica). No son operaciones ilícitas eventuales, son distintas piezas del mismo régimen. Los brasileños lo llaman el mecanismo (2).
Maneras para extraer dinero del Estado:
* obra pública.
* provisión de rodados a las dependencias estatales (Macri/Dietrich han llegado a máximos históricos).
* compras de insumos.
* donaciones a fundaciones (cada político tiene una).
* contrataciones ficticias de personal.
* deuda cuasifiscal (Lebac),
* consultorías.
NO AHORRAMOS
Las familias hoy no ahorran Los impuestos recaen en las personas, en particular, las más pobres. Las empresas grandes los transfieren a precio.
Quienes no pueden volcar sus impuestos a otros son las familias y los pequeños industriales y comerciantes, los talleristas, los productores agropecuarios. Estos agentes han sido sorprendidos por esta crisis sin resto, lo que los acerca a la quiebra.
El peso del Estado argentino ha crecido de un 22%/25% histórico (desde Roca 1906 hasta Menem 1999) a un 45%/48% en la actualidad.
El impacto en las familias es que han pasado de resignar un 20% a casi la mitad de lo que ganan. La consecuencia es simple: el dinero no alcanza.
Dos generaciones atrás, un trabajador, aún el más humilde, podía comprar o hacerse una vivienda. Hoy es inaccesible. El departamento que usted no pudo comprar es la suma de los impuestos que ha pagado en exceso por años sobre el 20% de sus ingresos.
¿Quiénes ahorran? Ciertamente, no la empresa PyMe del conurbano. El exceso de costos impositivos vuelve la reposición de maquinaria en ilusoria.
¿Quiénes ahorran? Los funcionarios que cobran sobornos, los Baratta, y los empresarios que obtienen contratos del gobierno, los Roggio (3).
Este funcionariado-pseudoempresariado es insaciable. Por eso llevaron el costo del Estado de un 22%/25% a un 45%. Este 20% de diferencia es más dinero para repartirse entre ellos.
Todo ese dinero -lo quiero recalcar- sale de circulación de la Argentina.
Uno puede analizar el costo de la corrupción desde un punto de vista legal-penal, o moral.
Expongo su impacto económico. El dinero de la corrupción no vuelve a la economía. O compran campos (simple transferencia de propiedad) o lo sacan al exterior.
Un goteo del 5% del PBI, como fue durante años, el país lo tolera. Semejante sangría, de un quinto de nuestra producción, nos lleva a esta agonía.
RUMBO EQUIVOCADO
El gobierno equivocó el rumbo. En estos días se tornó evidente lo que varios sabíamos: que los miembros del Club de la Obra Pública, concesionarios y proveedores del Estado, entregaron monumentales sumas de dinero en concepto de sobornos.
También se confirmó que tanto sobornantes como sobornados atesoran sus dineros extraídos al estado -a nosotros- en Uruguay y en otras plazas.
Aquí está la razón por la cual no crecemos: las actividades lícitas no ganan dinero -ni tienen perspectivas de lograrlo- para reinvertirlo en lo propio porque todo Excedente se lo lleva el Estado.
Este Estado gigante, financiador del mecanismo, es deseado por toda la clase política, que hace y hará cualquier malabarismo para continuarlo.
El presidente esta semana pudo elegir cortar esta sangría. Este 20% de sobreprecios que finaliza en el exterior.
Hizo lo contrario: propuso la creación de un fideicomiso financiado por Banco Nación para proveer de combustible al Club de la Obra Pública del cual él es miembro.
Eligió aumentar impuestos: esto es arrinconar y/o hacer quebrar a miles de pequeños comerciantes o miniindustriales. Eligió llevar a la miseria a millones de familias y a la subsistencia a los productores agropecuarias medianos y pequeños.
En resumen, eligió como socios a los mismos que ya había elegido Cristina Fernández.
PROPUESTA
Hacer justamente lo contrario: bajar impuestos, en particular los que afectan a las familias y pequeños empresarios. Los políticos lobbistas, como Dante Sica, propondrán créditos blandos y subsidios, dinero arbitrariamente administrado por funcionarios. Debe rechazarse de plano.
Solución: eliminar IVA e IIBB a los alimentos e impuestos a los servicios (luz, gas, agua). Eliminar todo impuesto a los combustibles para abaratar los fletes. Gran parte del costo de los alimentos es flete.
Para los pequeños empresarios: eliminar todo adelanto, percepción y retención impositiva. Idem con monotributistas. Es más, incluso pensar en dar un plazo de gracia de un año a los pequeños para que sobrevivan. La propuesta del gobierno provocará la caída del producto. La baja de impuestos permitirá una reactivación.
Compensar la caída de recaudación con eliminación de sobrecostos en compras y obras públicas, eliminar la superestructura jerárquica de sueldos altos y el ejército de asesores.
En resumen, bajar el costo del Estado al 25% del PBI.
Pero no lo hizo, no lo piensa hacer, no lo hará. Porque nuestro presidente es él un contratista del Estado.
Notas:
(1) "La Fantasía de la Inversión Extranjera",http://www.laprensa.com.ar/467216-La-fantasia-de-la-inversion-extranjera.note.aspx
(2) "El mecanismo" http://www.laprensa.com.ar/467383-El-mecanismo.note.aspx
(3) A lo que debemos agregar las altas jerarquías del estado más los empleados de AFIP y Aduana.