Opinión
El rincón del historiador

El diálogo de los punzones: una muestra de platería argentina

Si pudiéramos dar la posibilidad de hablar a las piezas o los punzones de los orfebres, seguramente no habríamos logrado lo que la iniciativa del Museo de Arte Popular José Hernández logró el miércoles al inaugurar la muestra ‘Platería Argentina, una pasión. Un siglo de coleccionismo’.

El Museo aportó la colección de Carlos Guillermo Daws (1870-1947), un destacado cultor de nuestra tradición que en 1898 abrió en su casa de la calle Valentín Gómez 3071, en el barrio de Balvanera, el Museo Familiar Gauchesco. En pocos años terminó ocupando todos los cuartos de la vivienda con la generosa comprensión de doña Ernesta Mezzadra. A la muerte de Daws en 1949, el intendente Emilio P. Siri compró su colección, compuesta por más de 2.500 piezas con destino al José Hernández.

 

CORRESPONDENCIA

Si algo preocupó a Daws fue interiorizarse por la temática y reunió una magnífica biblioteca, además de una fluida correspondencia con referentes de la talla de Ricardo Rojas, Cesáreo Bernaldo de Quirós, Alberto Güiraldes, Alejo González Garaño, Emilio Solanet, Carlos Vega, Emilio Solanet, Florencio Molina Campos y Justo P. Sáenz (h). Como lo señaló la directora de la casa, Felicitas Luna, la exposición intenta mostrar el papel esencial que desempeñan los coleccionistas, cuando además de atesorar esas piezas las estudian y las difunden, y a la vez convocan a los artesanos para que puedan en algún momento utilizarlas como fuente de inspiración, a la vez que mostraba un hermoso collar contemporáneo. Daws fue uno de los impulsores de la Asociación Folklórica Argentina en 1937, y el Instituto Bonaerense de Numismática y Antigüedades, en octubre de 1936, lo designó miembro de número.

 

TRADICION

Convocó para el diálogo el Museo a un coleccionista de este siglo, Oscar Collazo, buscando también testimoniar la tradición platera, arraigada en nuestro país desde sus comienzos. Entre sus piezas posee algunas que son una prolongación de los aficionados a esta tarea. La primera es una mujer pionera, Elisa Peña; vaya como un homenaje a ellas, que además fue una mecenas con la donación que hizo al Museo de Luján de su colección; el atril que se exhibe fue, después de Elisa, a las manos de Carlos Pedro Blaquier y finalmente a las de Collazo; u otras piezas que pertenecieron a Alfredo Anchorena.

No es sólo la platería sino también las artesanías, como la soguería, la cerámica, señaló uno de los curadores de la muestra, Roberto Vega Andersen; quien destacó que hace doce años había organizado una muestra en el Vaticano, cuando sobrevino la renuncia de Benedicto XVI. Ante esa situación de sede vacante consultó si continuaba y le respondieron afirmativamente por ser una cuestión de políticas de estado.

Pocos días después fue la sorpresa: era electo Francisco, que en mayo inauguró la muestra titulada ‘El Gaucho, tradición, arte y fe’ en el Braccio di Carlo Magno, en la Plaza de San Pedro. La exposición presentaba distintas obras incluyendo pinturas, fotos y documentos, y entre esas piezas estaban algunas de la colección de Oscar Collazo, resaltando esto como un homenaje al recientemente fallecido Papa.

Pretales, riendas, fiadores, estribos, espuelas, rebenques, rastras, jarros, dagas, riendas, pretales, mates, bombillas, sahumadores, ponchos, con diversidad de técnicas y estilos que abarcan desde el virreinato (1776) a comienzos del siglo pasado; reflejan en esta muestra las tradiciones criollas y aborígenes; donde, como bien se repitió, dialogan piezas de un eximio como Cándido Silva y las de un indio cuyo nombre se ha perdido.

Daws abrió su casa para mostrar como coleccionista al hombre común, al que por ahí pasaba esos objetos; su objetivo era difundirlos. El mismo Rodolfo Trostiné, que después siguiera sus pasos, lo recordó cuando lo invitó con sus compañeros de colegio a visitarla. Oscar Collazo, como bien se dice, “replicó el camino trazado por Daws” y nos confesó con la emoción del reencuentro después de medio siglo, que sus piezas adquieren -desde su perspectiva- un mayor valor cuando se pueden difundir.

La muestra curada también por Segundo Defferrari, director del Museo Las Lilas, y por el anfitrión Horacio Torres, permanecerá abierta hasta el 28 de julio, los lunes, y de miércoles a viernes de 13 a 19, y los sábados, domingos y feriados de 10 a 20 en Avenida del Libertador 2373. Los miércoles, con entrada libre y gratuita al público, mientras que jubilados, estudiantes universitarios presentando acreditación, personas con discapacidad más un acompañante, menores de 12 años y grupos de estudiantes de colegios públicos, ingresan sin cargo.

Charlas, mesas redondas y visitas guiadas completarán en estos meses la muestra y en breve comentaremos en este Rincón un libro que se referirá a esta exposición y esperamos ansiosamente.