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La Fundación Boreal proporciona asistencia médica a personas que viven en localidades aisladas y no pueden trasladarse hacia los centros asistenciales.

El desafío de llevar salud donde no la hay

Desde hace cuatro años un colectivo sanitario recorre el norte argentino brindando asistencia gratuita en localidades aisladas sin acceso a un médico. Un programa de reciclado de armazones permite el acceso a anteojos recetados.

"Si hay un compromiso social en lo privado y se coordina con el esfuerzo de lo público, podemos hacer sinergia y aprovechar la potencialidad que nos da trabajar de manera coordinada y ordenar ese trabajo. Muchas veces es muy difícil en estos lugares alejados tener presencia física del sector público, tendría que haber una concepción de la política sanitaria de prevención. Esto significa no necesariamente tenemos que construir un centro de atención o los famosos CAPS, que son los Centros de Atención Primaria de la Salud con una infraestructura costosa", explicó a La Prensa Mario Koltan, presidente de la Fundación Boreal que desde hace cuatro años impulsa una iniciativa con la que acerca y promueve una vida saludable a personas de zonas aisladas del norte argentino a través de convertir un colectivo en un consultorio móvil.

Con este proyecto, que logra llevar atención sanitaria gratuita y acompañar a personas que no pueden tener acceso a consultas y tratamientos médicos esenciales, planea llegar durante el mes de septiembre a dos localidades de la provincia de Salta. De esta forma, los dos destinos se sumarían a otros visitados en las provincias de Santiago del Estero y Tucumán, este úlimo donde se originó el proyecto sanitario. Hasta el momento se han atendido a casi cinco mil pacientes, de los cuales mil ya han recibido un anteojo donado.

Así, los desafíos de llegar a lugares en que la atención médica escasea y cómo impactó la pandemia en la iniciativa fueron algunos temas tratados durante una entrevista que La Prensa entabló con Koltan. 

- ¿Qué realidad encontraron que generó este proyecto sanitario?

-Nuestra mirada era tratar de llevar adelante, de manera eficiente y de calidad, un tipo de servicio prestacional para un precio determinado. Esta fue la esencia de Boreal desde su inicio hace 22 años atrás. De ahí agregamos una herramienta que era un poco devolverle a la sociedad donde nacimos y queremos desarrollar nuestra energía acá. La fundación es un instrumento que nos permitió llevar adelante otro tipo de iniciativa, que consiste no sólo en atender a nuestros beneficiarios en la enfermedad, sino desarrollar políticas de promoción y prevención de la salud de forma gratuita. Esta es la esencia de la Fundación y empezamos haciendo una serie de vínculos con empresas asociadas a Boreal y sus trabajadores y luego eso se amplió a instituciones, otras fundaciones y, también con instituciones gubernamentales como son los Ministerios de Desarrollo Social y el de Salud Pública. En eso apareció el colectivo sanitario que nace como un aporte original del dueño de una empresa de transporte donde hacemos el acuerdo de apoyar mitad y mitad del proyecto hasta que terminamos comprando el vehículo bajo nuestra responsabilidad.

Hace poco el colectivo fue a Pichanal y a la Merced, en Salta, que son lugares que nadie llega y ahí no hay un objetivo comercial, sino que es un objetivo fundamentalmente de compromiso social. Traducido al tucumano básico es hacer este tipo de acciones que nos reconforta y que le da mucho valor a la labor de la empresa porque acá se incorpora el voluntariado.

- Permite que llegue asistencia sanitaria en lugares que están alejados, ¿no?

-Sí. Acá en Tucumán hicimos un acuerdo con dos empresas dedicadas a los cítricos para atender a una población que trabajadores rurales que no tiene conectividad y que trabajan para estas industrias locales. Los relatos de las personas en el lugar nos impactaron porque nos decían que hasta allí no va nadie y que tienen que trasladarse a la ciudad para ir a un hospital. Es que en la zona donde viven no hay infraestructura sanitaria porque la densidad poblacional por ahí no lo justifica, pero es un ser humano que necesita. Allí cuando fuimos nos dedicamos a enseñar y promover cómo prevenir, por ejemplo, el tema de dengue. También estamos con este milagro de poder ayudarlos a ver con este proyecto que generamos de ir hasta allá con los marcos de los anteojos para donarlos. Nos llamó la atención que la primera vez que estuvimos por allí los lugareños no creían que íbamos a volver con los anteojos, pero cuando volvimos la alegría en sus caras fue más que reconfortante.

- Usted menciona mucho la importancia de la medicina y la salud en la vida del ser humano y del desarrollo social, ¿qué quiere decir con esto?

- Para nosotros es central porque tiene que ver con la calidad de vida. Uno puede tener más o menos cierto nivel de ingresos y tener mejores o peores condiciones laborales, pero el tema de la calidad de vida y de cómo aborda nuestra transición de lo que es nuestra vida, vivir con calidad y alimentarse de la mejor manera posible, en la condición que tiene esas personas en estos lugares. Es algo que nuestros profesionales enseñan en las localidades que visitamos para que sepan alimentarse mejor con las condiciones y la accesibilidad que tiene la población de lugar. Sino se queda en el nivel de la teoría de cómo es una buena alimentación y una vida saludable, pero cuando uno va al lugar la gente no tiene acceso a lo que los indicadores de las recetas de nutricionistas señalan como saludable. Es decir, las poblaciones que visitamos no tienen ingresos ni la posibilidad de alimentarse tal cual indica algunas prescripciones.

Durante las visitas se tratan distintos temas para enseñarles a las personas que allí viven cómo prevenir el dengue, trabajar con la basura o el aseo. Luego se nos sumó todo el proceso del covid, que fue una gran experiencia, porque fuimos a lugares donde la gente por temor y por influencias externas tenían desconfianza de acudir a vacunarse. Todo esto tiene que ver con lo que nosotros definimos como calidad de vida y que tengan las mejores condiciones posibles dentro de la realidad en que esa población vive. Hay que recordar que no es lo mismo la población urbana que la población rural donde los caminos, los accesos y la conectividad son totalmente distintas a las grandes concentraciones urbanas.

DESAFIO

-¿Es un desafío poder acceder a un médico en esa zona?

-Para muchos adultos y niños es todo un acontecimiento poder encontrarse con un médico, con las enfermeras, con las asistentes sociales que ayudan y, además, el voluntariado. Nosotros nos pasó que llevábamos folletería que explicaban cosas, pero mucha gente se encuentra en una situación de analfabetismo en que hasta han intentado leer con el papel invertido, no porque no haya ido a la escuela sino porque en el transcurso del tiempo dejaron de leer. Así que cuando estamos en esos destinos les explicamos lo que dicen los folletos, lo cual nos daba la pauta que mucha gente en el interior del norte argentino, me refiero al territorio en general y no sólo Tucumán, tiene esta dificultad concreta.

-¿Cómo les afectó el aislamiento obligatorio durante el 2020 con el colectivo sanitario?

-Todo lo que era personal sanitario tenía la posibilidad y los permisos para moverse, siempre teniendo todos los recaudos y los cuidados sanitarios dentro del equipo. Durante esa época trabajamos mucho con el tema de las charlas, de poder reunirnos cuidando las distancias, no tanto el momento del crucial del pico, sino en la etapa cuando comenzaba a bajar la curva del impacto de la pandemia. En ese momento tomamos la decisión de salir y abordar este tema porque había una parte de la población que no había tenido acceso a los centros de vacunación.

Con esa iniciativa ayudamos a entender la importancia de la inoculación y ahí se multiplicó el acceso de esa población a los centros vacunatorios, que tenían características muy particulares porque eran las famosas tiendas sanitarias, centros que se montaban especialmente en algunos lugares de concentración donde iba toda esa gente a vacunarse. Nosotros fuimos promotores de convencer que ese era el mejor camino, más allá que en la zona rurales debido a las distancias y la dispersión geográfica, los niveles de contagio eran menores.

-¿El reducido acceso que tenía la población aislada a la información sobre las vacunas contra el covid generó desconfianza?

-Existía temor a la vacuna porque había entrado esa idea de que era peligrosa y que nos iban a controlar la vida. Todas esas locuras que aparecieron en la pandemia y que hicieron que muchos no se acercarán a recibir las dosis por desconfiar. Sin embargo, en estos lugares siempre hay voces que se hacen escuchar y que predominan sobre la población y fue a quienes nos dirigimos para trabajar e informar para que luego ellos replicarán información fidedigna sobre las vacunas.

CONSULTAS

-¿Qué les hizo ofrecer específicamente consultas sobre oftalmología, fonoaudiología, obstetricia y pediatría?

-Son las especialidades que de a poco fuimos logrando incorporar al proyecto. Imagínense que subir a un médico al colectivo sanitario fue todo un proceso y un problema hasta incluso empezamos con estudiantes de medicina avanzados. Luego incorporamos los oftalmólogos y los equipos porque las mediciones no se pueden hacer así nomás y no con tecnología, lo que significaba asegurarlos y cuidarlos. Las otras especialidades que incorporamos porque entendíamos que eran las más requeridas en los lugares. Buscamos construir en la base de la experiencia a partir de lo que encontramos en los lugares que visitábamos en cuanto a lo que las familias solicitaban y, también, la posibilidad que teníamos de sumar profesionales a esta labor.

-¿Hubo algún momento que se sorprendieran por la cantidad de gente que se acercó a buscar asistencia médica?

-Sí, llama la atención. Porque en general se hace, dentro de lo posible, anunciar que vamos en una determinada fecha a un lugar. No es que uno cae al destino y toca la puerta para que la gente venga. Además, cuando vamos por primera vez es importante que se anuncie porque al llegar el colectivo con carteles que nos identifican no toda la gente sabe lo que es eso. Hay un trabajo previo de informar y preparar el terreno fijando el día y los horarios y ahí se ordena también muchas veces los turnos. 

A veces nos pasó que superaron la capacidad y el tiempo para atenderlos y, lamentablemente, quedaron para la siguiente visita. Pero es importante destacar que generamos esta idea de que vamos a volver y que lo haremos para entregar los anteojos con los lentes. También aprovechamos para hacer los turnos complementarios que cubren el resto de las personas que no pudimos atender con anterioridad.

-¿En qué consiste el programa La Magia de Mirar?

-Hemos realizado dos campañas solidarias, una fue la famosas tapita de gaseosas en un acuerdo que tenemos con el Hospital Garrahan para el reciclado de los plásticos. La otra es la campaña de las armazones de anteojos que se dejan de usar lo hacemos en la empresa con los afiliados de Boreal en las distintas provincias en que trabajamos. Se promueve que cada uno traiga a la Fundación los marcos que tenga sin usar y que estén en buenas condiciones. Estos son los que se usan para después hacerles los estudios oftalmológicos preparar el lente para entregarlo a las personas que lo necesitan, tanto adultos como niños.

NECESIDADES

-¿Cómo reforzaría las políticas públicas para mejorar la situación de estas personas para cubrir sus necesidades de la salud?

-Hay un modelo de construcción que, por ahí para muchos lugares del país, por ejemplo, acá en el norte Argentina podría funcionar con lo que se denomina agentes sanitarios, que en la práctica pasamos a ser nosotros en esta experiencia.

Es decir, los agentes sanitarios son aquellas personas que van a los lugares hacen los revelamientos y llevan los informes a los centros asistenciales en que se preparan las brigadas de profesionales que luego van a los lugares a trabajar con un carácter de no atender únicamente al paciente enfermo, sino de hacer un revelar relevamiento de las necesidades sanitarias del lugar con lo cual una se anticipa a la enfermedad. Si pudiésemos hacer esto de manera coordinada, y no confrontando sobre si el sistema tiene que ser privado o público como se discute muchas veces en estas ideas medio contrapuestas entre blanco y negro, creo que podemos dar una potencialidad enorme a este tipo de experiencia.

-¿Qué están necesitando para continuar con la iniciativa? ¿qué nuevos proyectos van a lanzar?

- Entre los proyectos que tenemos, que son muy ambiciosos, por lo pronto es actualizar el modelo del ómnibus e intentar conseguir una unidad más. Estamos proponiendo a empresas de transporte que, de manera coordinada, ellos pongan una unidad y nosotros construimos los consultorios adentro y atendemos de manera más equilibrada. Porque este colectivo funciona en el norte argentino solamente, todavía no nos dieron los tiempos para coordinar en más regiones, pero hemos recibido llamados del NEA y de Cuyo. Más allá que es difícil proyectar de año en año, nos gustaría tener un objetivo de más largo alcance, pero como proyecto a mediano o corto lazo nos gustaría tener más unidades para recorrer otros destinos.