El Senado reanudó esta mañana la ronda de consultas que inició la semana pasada sobre el proyecto de ley para permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo sobre la base de la iniciativa que sancionó la Cámara de Diputados.
La jornada se inició con la exposición de juristas, constitucionalistas y catedráticos en una reunión de la comisión de Legislación General que presidió la senadora Liliana Negre de Alonso (Peronismo Federal) en el Salón "Arturo Illia" del Senado.
El primer jurista en hacer uso de la palabra fue Andrés Gil Domínguez, quien se manifestó a favor de la modificación del Código Civil para permitir el matrimonio homosexual al indicar a los senadores que "tienen una oportunidad histórica parecida a los que permitieron el voto femenino en su momento" para establecer "la igualdad de derechos que hacen que una nación sea plural".
Gil Domínguez apuntó que legislar a favor del cambio permitirá "que uno pueda desarrollar su biografía sin ningún tipo de descalificación moral" y se mostró esperanzado de que tal vez llegue un tiempo "en donde lo creyente y lo no creyente encuentren un espacio común, en donde el otro no sea un enemigo".
Lo siguió el constitucionalista Roberto Gargarella, de la Universidad de Buenos Aires, que destacó que "todos estamos situados en pie de igualdad según la Constitucional Nacional e invirtió el orden de la consulta que realiza el Senado ya que apuntó que "los representantes de la ciudadanía deberían estar sentados acá diciendo cuál sería la razón de romper este pacto de iguales en un caso concreto".
Gargarella sostuvo que "la Constitución Nacional explicita respecto de la afirmación de una ley de igualdad" sin importar la pureza de la sangre, la nobleza del apellido o cuestiones religiosas, por lo que entender que el matrimonio debe ser entre hombre y mujer exclusivamente "es un problema de la definición" y "lo que hay que hacer con una pésima definición es cambiarla".
En la misma línea continuó Laura Clericó, cuyo argumento a favor de permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo "es una obligación constitucional justificada en la igualdad constitucional y el principio de autonomía".
Para la especialista, los argumentos que se esgrimen en contra del matrimonio homosexual no demuestran "dónde está la violación concreta a derechos de terceros" y consideró que cuando el Congreso Nacional sancionó la ley vigente, fundada en el vínculo heterosexual, "violó la manda de igualdad y la manda de autonomía".
El constitucionalista José Miguel Onaindia expresó en su ponencia que "el derecho a la igualdad debe interpretarse en forma dinámica de acuerdo a como va evolucionado la sociedad" y destacó del proyecto que aprobó Diputados "la importancia de tratar de aggiornar las normas del matrimonio civil y eliminar las discriminaciones que a la luz del derecho contemporáneo son arbitrarias".
Marcos Córdoba se puso en una posición contraria a los anteriores argumentos a favor del matrimonio homosexual al puntualizar que "ninguna duda cabe que cualquiera sea la tendencia sexual de una persona debe gozar de parte de la ley una protección equivalente a otras" pero advirtió que "cada una de esas regulaciones debe atender las características propias de cada caso".
En ese contexto, Córdoba estimó que "el proyecto de diputados es técnicamente es deficiente" y explicó que "es indudable que los artículos que se refieren a filiación y fundamentalmente a la determinación de la paternidad matrimonial, que no podrían convivir con la legislación que se propone ni con la legislación que subsiste".
Marilina Hotton, asesora de la diputada Cynthia Hotton, una acérrima opositora a la modificación del matrimonio civil, sostuvo que "este proyecto nació viciado, viciado por la intolerancia, por la falta de debate, por la ausencia de un análisis completo del Código Civil".
Finalmente, Pilar Zambrano animó a los legisladores para que impere la razón, al tiempo que dijo respecto del matrimonio si "cabe preguntarse si es el ambiente propicio para generar en el hijo adoptivo un auténtico autorrespeto y no ser trofeo de una contienda política o de un modo de ejercer la vida sexual".
Los constitucionalistas Daniel Sabsay y Carlos Vidal Taquini se excusaron por no poder concurrir a manifestar su posición.