Además de la previsible apología de la gestión del gobierno durante sus primeros once meses de gestión, el jefe de Gabinete Guillermo Francos disparó ayer involuntariamente un contrapunto con el peronismo por la designación de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla como ministros de la Suprema Corte de Justicia.
El funcionario sostuvo que el presidente Javier Milei no descartaba el nombramiento de ambos mediante un decreto, si la oposición seguía demorando un pronunciamiento sobre el tema. Esto provocó la reacción del presidente del bloque kirchnerista Miguel Mayans que le advirtió que en ese caso rechazará a ambos candidatos y solicitará una sesión para destituirlos con los 33 votos de que dispone como primera minoría.
El senador formoseño le recomendó, además, hacer un acuerdo con las fuerzas políticas que abarque todos los cargos vacantes en la Justicia como los de procurador general, defensor del pueblo, jueces federales, etcétera. Le entregó, además, un documento firmado por todos los miembros de su bloque contra los nombramientos por decreto.
Finalizado el encendido discurso de Mayans, en el que consideró al presidente Milei como un dictador, un influyente senador radical interpretó con una sonrisa de oreja a oreja que ese era el fin del pacto en las sombras en que estaba trabajando Cristina Kirchner con el gobierno para colocar a una senadora ultraK en el alto tribunal.
La inesperada confrontación por la integración de la Corte tuvo como escenario la sesión informativa del jefe de Gabinete a la Cámara Alta y confirmó la existencia de negociaciones reservadas y nunca admitidas entre la Casa Rosada y Cristina Kirchner. Una última señal en ese sentido había sido la decisión de una senadora ultra K, Lucía Corpacci, de habilitar el dictamen de comisión favorable al nombramiento de Lijo.
Todo comenzó cuando ante preguntas de la oposición sobre la posibilidad de llevar una mujer a la Corte, Francos explicó que el presidente Javier Milei “entendía” los reclamos de la oposición y que “seguramente los tendría en cuenta” en caso de que los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla no avanzasen.
Pero poco después aclaró que todas maneras el gobierno no había abandonado su apoyo a las candidaturas de Lijo y García Mansilla y agregó una novedad. Explicó que no descartaba que el Ejecutivo recurriese al decreto en caso de que el tribunal llegue a quedar en “una situación cercana a la acefalía”.
La sesión duró siete horas y entre otros temas vinculados con la política exterior del gobierno Francos ratificó el giro del presidente hacia un fortalecimiento de las relaciones con China. En ese sentido destacó la reunión del presidente Milei con su par Xi Jinping en ocasión de la reunión del G20 en la que Argentina reconoció el reclamo por una China única, mientras el régimen chino apoyaba los reclamos argentinos sobre su soberanía en Malvinas.