De entre el grupo se asomó un tal Roberto Guevara y apuntó al corazón de Gardel. Antes de apretar el gatillo, sentenció:
Tras el disparo, los agresores huyeron. El cantante quedó tendido en los adoquines del cruce de Avenida Alvear con Agüero, mientras un círculo rojo muerte iba creciendo en el costado izquierdo de su pecho.
Dicen que en esos momentos, cuando Gardel agonizaba en el hospital, salió del cuerpo su alma. Voló en busca de un refugio, para poder cumplir con su misión.
Dicha misión consistía en traer nueva música a este mundo. Y esa tarea estaba a punto de quedar inconclusa: Gardel se moría sin haber grabado ni siquiera un tango. El alma recorre el mundo a velocidad lumínica, y en la otra punta del continente, en un barrio pobre de Nueva Jersey, encuentra alojamiento en el cuerpo de un recién nacido, hijo de inmigrantes italianos, bautizado Francis Albert, aunque pocos años más tarde todos le conocerían como Frank Sinatra, alias `La Voz'.
Hay otra leyenda que también vincula a Gardel con Sinatra. Sin embargo, en este caso sí que es tomada como cierta. Narra la historia de cómo `El Mudo' le habló a `La Voz'.
Frank Sinatra tenía 18 años. Consigue dos entradas para presenciar las audiciones que Gardel está dando en la radio NBC, en Nueva York, con motivo de las fiestas de año nuevo. Al terminar el show, y con humildad, Sinatra y su novia Nancy, se acercan al cantor para saludarle. Nancy, a media voz, le confiesa al artista los problemas que está teniendo Frank con el alcohol, con las malas compañías, lo descarrilada que está su vida.
Entonces, Carlitos apoya una mano sobre el hombro de Frank, lo aparta, y en tono íntimo le dice:
Siguiendo tales consejos, el muchacho se presenta al concurso organizado por la NBC. ¡Y gana el primer premio! A partir de entonces, se iniciará su carrera como estrella internacional.
Ya en su madurez, concreta una gira por Buenos Aires y aprovecha para cumplir un ritual largamente postergado. Llega hasta una esquina del Abasto porteño y deposita en el suelo una amarillenta entrada radial, del año 1934. Con la vista elevada al cielo, lleno de lágrimas, pronuncia estas emocionadas palabras:
Es una pena que la realidad desmonte una buena historia. O eso dicen. Y en verdad que esta es una historia preciosa. Además, muy verosímil. Se sustenta en una perfecta conjunción de fechas, escenarios, protagonistas y circunstancias... Si se trata de un invento, de un `fake': ¿cómo es posible que los sucesos encastren con tanta precisión sobre la realidad?...
Es difícil poner en duda su veracidad. Sin embargo, a poco de profundizar, esa aparente solidez de la trama comienza a tambalear y termina por desmoronarse. Veamos...
Otro dato, aún más contundente, es que todas las biografías de Sinatra coinciden en señalar que su vocación musical nació en 1933, tras asistir a un concierto del cantante Bing Crosby, en la NBC de Nueva York.
Basta con echar un vistazo a su biografía en la popular Wikipedia para corroborar que junto
Dos años después se presentó al programa radiofónico Major Bowes Amateur Hours, con un grupo llamado The Hoboken Four, ganando el primer premio y un contrato radial por un año.
La conclusión es clara: el rumor estaría tergiversando la presencia de Sinatra y Nancy en el recital de Bing Crosby, reemplazando a Crosby por Carlos Gardel. Lo que posibilita la coherencia de dicho cambio, es que Crosby actuó en la NBC neoyorquina en 1933, mientras que Gardel se presentó en la misma emisora entre fines de ese año y comienzos del siguiente.
Pero esa excusa es insuficiente, pues Tucci fue el director musical de la NBC de 1930 a 1941, período en el que se inicia la carrera de Sinatra; de modo que volvió a encontrarse con él y con Nancy muchas veces más, tanto en NBC, como luego en CBS (de 1941 a 1949), en General Electric o en RCA. Por tanto, las ocasiones para que surgiera la anécdota fueron incontables, y Tucci se habría enterado primero que nadie. Siendo un cronista tan obsesivo por los detalles, difícilmente dejaría fuera de su publicación semejante primicia mundial.
Como vemos, Sinatra y Nancy asistieron a un recital de Bing Crosby, pero ninguna prueba existe de que presenciaran uno de Gardel, ni mucho menos de que hayan entablado un diálogo (¿en inglés? ¿en italiano?). Por el contrario, lo que parece más lógico es que quien escribió esta historia sólo haya reemplazado a Crosby por Gardel e inventara todo lo demás.
Bing Crosby siempre declaró, en privado, su admiración por El Zorzal Criollo, de quien poseía una completa colección de discos; lo consideraba el quinto mejor cantor popular de todos los tiempos, sólo por detrás de Al Johnson, Tony Bennet, él mismo y Frank Sinatra (entrevista a Leo Balter, Diario Los Andes, 30 marzo 2008). En presencia de los guitarristas de Gardel, Bing Crosby hizo el siguiente comentario:
En 1935, Gardel y Crosby fueron convocados para participar en el film de la Paramount: "The Big Broadcast" ("Cazadores de Estrellas"), que reunía a las más prestigiosas voces de la radio.
Resulta complicado de creer que un ícono del siglo XX se paseara por calles superpobladas, solo o acompañado por un séquito de escoltas, y que nadie lo reconociese, máxime teniendo en cuenta que en 1981 su rostro estaba presente en todos los telediarios, revistas y periódicos argentinos. Además de los vecinos y los acompañantes, deberían existir otros múltiples testigos: productores, personal del hotel donde se alojaba, policías, periodistas, chófer, guardaespaldas, ocasionales transeúntes... ¿Se pusieron de acuerdo para guardar silencio por algún motivo en especial?
Los diálogos se transcriben con mucha precisión y detalle, aún después del prolongado silencio...¿Quiénes escucharon y retuvieron en su memoria esos pormenores, con tan exquisita minuciosidad?...¿Por qué callaron durante casi tres décadas? Y lo más insólito: ¿por qué mantienen aún hoy su anonimato? ¿Qué les impediría ahora dar la cara y relatar públicamente su testimonio?
Los canales oficiales de televisión daban cobertura inusitada a la visita del estadounidense, y los periodistas montaban guardia frente al Hotel Sheraton siguiendo todos los movimientos. Era casi imposible que saliera, aunque sea de incógnito, sin que la noticia se filtrara a través de un chivatazo interno. ¿Sinatra yendo al Abasto para rendir un homenaje a Gardel? ¡Eso sí hubiese resultado una noticia digna de transmitir! Teniendo en cuenta que era la época del centenario del tango: ¿por qué iban a mantener oculto este grandioso homenaje? De igual modo, la productora Chango, organizadora de la gira, se hallaba en graves aprietos financieros por el aumento del dólar. ¿Por qué desperdiciarían una publicidad tan estupenda, candidata a portada en los principales medios locales y extranjeros?
A más información, durante el ceremonial del Abasto se afirma que Frank cantó:
Ortega tiene autoridad cuando afirma que Sinatra era admirador de Gardel, pero jamás le confesó que lo hubiese conocido personalmente en Nueva York, o que le hizo un homenaje en el Abasto (homenaje al cual Palito habría asistido de inmediato). Otra versión apunta a que Palito y Sinatra fueron a visitar el mausoleo de La Chacarita; ello también constituye un mero rumor.
Son motivos que llevan a confirmar que estamos ante una fábula, surgida de la imaginación.
Los dos poseían una privilegiada combinación de tórax, laringe y cuerdas vocales que en el siglo XX sólo tuvieron Enrico Caruso, María Callas y pocos más. La gran similitud técnica entre la forma de cantar y frasear de Frank Sinatra, al estilo del Morocho, es algo que han hecho notar varios especialistas, como el compositor Enrique Cadícamo ("Gardel en París: su debut", 1984), o el tenor Josep Carreras ("Soy un loco de Carlos Gardel", El País, 21 abril 2011). También recuerda el estilo "gardeliano" la indumentaria anacrónica que usaba Sinatra: sombrero ladeado, smoking, peinado a raya, a veces con gomina... Un híbrido entre sus admirados Gardel y Crosby.
La Cruz Roja de Estados Unidos solicitó 30.000 dólares como garantía para realizar el espectáculo y ello impidió que se ejecutara dicha cruzada solidaria. En privado, La Voz tomaba partido a favor de Argentina, de forma apasionada, tal era su estilo. ("Frank Sinatra, 10 años sin vos", Carlos Campana, Diario Los Andes, 14 mayo 2008.) Gadelio Tarasow recuerda una insistente información sobre las inversiones que Sinatra pensaba realizar en Argentina:
(*) Fundación Internacional Carlos Gardel