Hambre, temblor, sudoración, somnolencia, confusión, dificultad para hablar y mareos son algunos de los síntomas habituales de un episodio de hipoglucemia, que puede presentarse de forma repentina y que en la mayoría de los casos es leve y puede revertirse fácilmente ingiriendo una pequeña porción de comida o bebida con alto contenido de glucosa.
Sin embargo, la hipoglucemia es una condición peligrosa; no sólo porque en casos extremos puede ser fatal, sino porque en sus formas más severas la persona que la experimenta puede desvanecerse, sufrir convulsiones o perder el control de sí misma, lo que la coloca ante el riesgo, por ejemplo, de sufrir un accidente de tránsito.
La hipoglucemia ocurre cuando el nivel de insulina excede el que el organismo necesita, lo que hace que los niveles de glucosa en sangre se encuentren por debajo de los valores normales.
En las personas con diabetes bajo tratamiento, la hipoglucemia puede deberse a una dosis excesiva de la medicación, a comer poco o demorar la comida, así como también a la realización de demasiada actividad física o a hacerla de forma no planeada.
Un minucioso análisis de treinta estudios clínicos sugiere que los episodios de hipoglucemia son mucho más frecuentes de lo que se cree, tanto en los pacientes con diabetes tipo 1 como en los pacientes con diabetes tipo 2.
"La hipoglucemia es muy común y es una de las grandes preocupaciones tanto del médico como del paciente diabético", señaló el doctor Félix Puchulu, jefe de la división Diabetología del Hospital de Clínicas José de San Martin.
Una forma frecuente de hipoglucemia entre las personas con diabetes que reciben tratamiento con insulina es la llamada hipoglucemia nocturna, que ocurre mientras el paciente duerme. Estudios sugieren que más del 50% de los pacientes en tratamiento intensivo para la diabetes sufrirán de hipoglucemia. Aunque algunas personas despiertan durante el episodio puede suceder que los síntomas sean inadvertidos durante la noche. Los indicadores frecuentes de haber padecido hipoglucemias nocturnas pueden ser: despertar con dolor de cabeza; sentir que se ha dormido mal sin causa aparente; sentirse inusualmente cansado; despertar con la ropa de cama mojadas por haber transpirado en forma excesiva.
El miedo que la posibilidad de experimentar hipoglucemia genera entre las personas que viven con diabetes es un factor que suele jugar en contra del correcto cumplimiento del tratamiento. Pues para evitar sufrir esos episodios, los pacientes a veces reducen u omiten las dosis de insulina que les han sido prescriptas por el médico, lo que resulta en un control subóptimo de la enfermedad que incrementa el riesgo de desarrollar complicaciones crónicas de la diabetes.
"Desde el descubrimiento de las insulinas, se fueron mejorando sus resultados y por consiguiente los beneficios para los pacientes", afirmó Puchulu y agregó: "Otro objetivo es que su efecto se parezca lo más posible a lo que el organismo sano normalmente hace".
Durante el 4º Congreso Latinoamericano sobre Controversias y Consensos en Diabetes, Obesidad e Hipertensión (CODHy) se presentó en el país una insulina de nueva generación (glargina U-300), que ha demostrado la misma eficacia que los tratamientos estándares pero con menor riesgo de hipoglucemias nocturnas, además de un control glucémico más allá de las 24 horas y menor ganancia de peso con una sola dosis al día y buen perfil de seguridad cardiovascular.
"Los estudios y la aceptación de los pacientes han demostrado que tiene muchos menos efectos indeseados como las hipoglucemias, principalmente nocturnas, que son las que más nos preocupan. Su concentración demostró que favorece y adquiere propiedades que la diferencian del tratamiento estándar, no es simplemente más o menos volumen, sino que se modificaron algunas características de acción y es lo que la hace más atractiva", afirmó Puchulu.