Juan Martín del Potro hizo realidad su sueño al quedarse con el Abierto de los Estados Unidos tras vencer en una inolvidable final al número uno del mundo, el suizo Roger Federer, por 3-6, 7-6 (5), 4-6, 7-6 y 6-2.
Al cabo de extenuantes cuatro horas y 6 minutos de juego, el tandilense alcanzó el título más importante de su carrera y se convirtió en el tercer argentino en ganar el certamen, después de Guillermo Vilas (1977, en Forest Hills) y Gabriela Sabatini (1990), y el cuarto tenista albiceleste en obtener un Grand Slam en singles (Gastón Gaudio había ganado Roland Garros en 2004).
El número cinco del mundo se convirtió en el primer latinoamericano en consagrarse en Flushing Meadows desde el título de su compatriota Guillermo Vilas en 1977. Además, con su conquista retoma el éxito que logró Gastón Gaudio en Roland Garros en el 2004, el último tenista no europeo en conseguir un Grand Slam.
Del Potro cortó la racha de Federer, quien se había llevado los últimos cinco Abiertos de Estados Unidos y este año se había impuesto en Roland Garros y Wimbledon.
Por quedarse con el último Grand Slam del año el argentino se llevó un premio en efectivo de 1.600.000 dólares. Pero, como dice la conocida publicidad de una tarjeta de crédito, un triunfo así no tiene precio, no se olvida jamás.
El partido empezó mal para Del Potro, no por culpa suya sino porque enfrente tenía un "reloj suizo". Durante el primer set y medio, Federer dominó el juego a voluntad y amenazó con convertir lo que todos imaginaban como un partido parejo, en un simple trámite.
La variedad de golpes, pero más que nada el hecho de impedirle a Del Potro meterse en el juego, hicieron que Federer se quedara con el primer set por 6-3 (quebró el servicio del tandilense en el segundo game) y se pusiera rápidamente 5-3 en el segundo.
El partido, en apenas una hora 20 minutos de partido, parecía definido. Sin embargo, el juego dio un vuelco impresionante a partir del décimo game de ese segundo parcial.
Federer fue a sacar para el set, pero no pudo conservar el servicio y esa pareció ser la señal, para que el tandilense comience a reaccionar.
A partir de ese instante, Del Potro comenzó a meter una y otra vez su potente y profundo drive y comenzó a demoler a un Federer, que no pudo volver a recuperar la variedad de golpes, para controlar al argentino.
En el tie-break, Del Potro no aflojó su ritmo y llegó a disponer de 4 set point para quedarse con el parcial, aunque desperdició dos hasta conseguir su objetivo.
La tónica del encuentro no cambió en el tercer set: Del Potro continuó utilizando su derecha para comprometer a Federer, aunque en este parcial el suizo, por primera vez en el partido, consiguió mejores resultados con su primer servicio (logró una efectividad del 61 por ciento, contra un 41 por ciento en el primer set y el 44 en el segundo).
El panorama pareció quebrarse en el séptimo game, cuando el tandilense le quebró el servicio al suizo, pero contra lo que se pudiera pensar, esa ventaja pareció jugarle en contra, ya que en el game posterior Del Potro no pudo conservar su saque y volvió a poner al suizo en juego.
Los errores de Del Potro, lamentablemente para él, se prolongaron hasta el décimo game, cuando en sus últimos dos saques cometió sendas dobles faltas, las cuales le entregaron el set a Federer por 6-4.
Sin embargo quedaba la sensación de que Federer ya no tenía la tranquilidad del comienzo. En un cambio de lado, el suizo discutió con el juez de silla porque entendió que Del Potro había solicitado el 'Ojo de Aguila' fuera de tiempo.
La revisión mostró que la pelota de Del Potro había sido mala, pero la escena dejó en claro que Federer, como pocas veces, no estaba tranquilo y mucho menos confiado.
Lejos de menguar su ánimo, Del Potro jugó el cuarto set con la misma solidez, y a su potente drive, le agregó una mejor devolución del saque rival.
Federer consiguió en este parcial mover un poco más a Del Potro sobre los costados, algo que, como era lógico, incomodó al argentino, quien por momentos no pudo pegar con la misma fuerza.
Del Potro le quebró el saque a Federer en el quinto game, y el suizo se tomó revancha en el octavo. Por eso, el partido vivió un nuevo tie-break.
Allí, en la definición corta, el tandilense volvió a ser pesar la potencia de su drive, y con eso le alcanzó para llegar a una definición cómoda. Tuvo dos sets points a su favor, y en la primera ocasión liquidó el set.
En el set decisivo Del Potro inclinó la balanza en su favor desde el inicio. Quebró en el segundo game el saque de su oponente y de ahí en más jugó con gran precisión y potencia.
Federer, en cambio, empezó a flaquear de a poco. Mantuvo su saque en los dos servicios siguientes y le generó algún sobresalto a "Delpo" en el séptimo game. Pero Del Potro no estaba dispuesto a ceder después de llegar hasta ahí. Con gran actitud y un juego notable acorraló a su rival y en el octavo juego, tras desperdiciar dos match points, le puso sello a la victoria más importante de su carrera, que lo hace ingresar en la historia grande del tenis argentino y mundial.
La "Torre de Tandil", el apodo que recibió por su estatura de 1,98 metros, hizo algo que hasta ahora sólo Rafael Nadal había podido lograr en los Slams: vencer a Federer en una final.
Habían pasado exactamente 2.200 días desde la última derrota de Federer en el torneo y por cosas del destino la misma fue obra de otro argentino, David Nalbandian, en la cuarta ronda en 2003.