Opinión
Buena Data en La Prensa

De murciélagos, saltos y búsqueda de la paz

Enero suele ser un mes de pausa. Después del remolino de las fiestas las grandes ciudades se aquietan y los lugares de descanso y recreación se llenan de espíritus que buscan desconectarse de la rutina. Es el momento propicio para el ocio y la reflexión que sirvan para replantear un nuevo año de actividades. Es un período ideal para imaginar, proponer hipótesis y hacerse preguntas.

EL SALTO

Supongamos que el personaje principal es un adulto que se encuentra firmemente parado en el suelo. Un niño de pocos años viene corriendo y lo embiste.

Según la personalidad del mayor, será posible que reprenda al nene por su descuido o lo mire con ternura sin decirle nada, pero en cualquier caso el hecho no pasaría a mayores.

Supongamos ahora que el protagonista está dando saltos y en el instante en que está despegado del suelo, ese mismo niño viene corriendo y lo atropella. Es muy probable que el mayor, al desestabilizarse, se caiga.

Tomando en cuenta ambas suposiciones ¿cuál fue la razón de la caída del adulto? ¿el empujón del niño o la situación en la que se encontraba?

LOS MURCIÉLAGOS

Vamos con otra pregunta. ¿Podría una pequeña mordedura de murciélago matar a un caballo salvaje? A simple vista se podría decir que un pequeño animalito que no es venenoso ni está enfermo, no podría contra la potencia y fuerza de uno que multiplica con creces su tamaño. Sin embargo, la respuesta no es tan simple.

Dicen que, en la sabana africana, los murciélagos suelen morder a los caballos salvajes. Los primeros se prenden a su piel y los segundos con el ánimo de sacárselos de encima corren furiosos hasta que caen extenuados y moribundos.

La herida producida por el animalito no es considerable, pero ¿quién mató al caballo?

LA VULNERABILIDAD

Quizás se esté preguntando adónde vamos con estas preguntas inconexas. Volvamos a nuestros ejemplos y saquemos de ellos alguna enseñanza.

En el primer caso, la fuerza del empellón no fue la razón de la caída, sino la inestabilidad del personaje. Estar “en el aire” lo hizo vulnerable.

Hay situaciones objetivas que pueden hacer que una persona esté vulnerable: su edad, su condición social, su educación, sus posibilidades económicas y un largo etcétera. Pero también hay otras razones subjetivas: la baja autoestima, el relativismo ético, la superficialidad y la falta de compromiso, entre otros.

Quien se encuentra firmemente plantado en sus principios, está seguro de sí mismo y tiene convicciones sólidas tiene más protección contra las malas influencias y los avatares de la vida.

Tener los pies sobre la tierra le permite organizar prioridades, establecer jerarquías y establecer objetivos. Con buen criterio y orden mental se sobrellevan mucho mejor los malos tiempos.

LA FURIA

En el segundo caso, fue su propia furia la que mató al caballo. Aunque haya motivos para el enojo y sea muy válido demostrarlo en su justa medida, la ira exaltada nunca lleva a buen puerto porque impide analizar lo que sucede y dar una respuesta adecuada. Cuando la irritación desborda el equilibrio emocional, surge la ofensa, la humillación, la falta de empatía, el rencor, el deseo de venganza y las relaciones humanas pueden quedar dañadas, a veces, para siempre.

PAZ

No casualmente San Agustín nombraba a la paz como tranquillitas ordinis, es decir, tranquilidad en el orden.

Ahora bien, que sin tranquilidad no hay paz se evidencia claramente. Es un oximorón la paz trepidante. No la hay agitada ni vertiginosa.

Tampoco es posible la paz sin orden.

Puede haber una quietud que se le asemeje, sin embargo, la falta de movimiento o la ausencia de conflictos por sí solos no dan paz.

Para que haya paz se necesita que cada cosa esté en su lugar y de allí brote el ánimo apacible y calmo.

La paz es también una experiencia de profunda armonía que posibilita el florecimiento de los individuos y las sociedades.

En lo personal, comienza en el corazón, con los pies en la tierra y encontrando armonía entre las emociones, los pensamientos y las acciones.

En lo social, se construye con políticas realistas justas y respeto por la dignidad de cada uno. Tanto en uno como en otro ámbito, se requiere esfuerzo y compromiso.

Desde Buena Data, van los deseos para un año en paz.

El lector podrá seguir a Buena Data en:

YouTube: /BuenaData

Instagram: @buenadata

radiogrote.com