La senadora Cristina Fernández de Kirchner debutó hoy en la Cámara alta denunciando una maniobra para impedirle ejercer su rol opositor mediante una “persecución judicial”.
La ex presidenta planteó su acusación mediante una extensa cuestión de privilegio en el comienzo de la sesión en la que la Cámara se aprestaba a debatir el presupuesto 2018, el impuesto al cheque y la reforma tributaria.
Según la legisladora, a causa del pedido del juez federal Claudio Bonadío para que se la desfuere por el delito de traición a la patria “estamos ante una fuerte amenaza de cercenar la representación popular en el parlamento recurriendo a métodos, procedimientos y formas que creíamos definitivamente desterradas de la política argentina”.
La senadora calificó de “insólito” el fallo en su contra y los consideró un instrumento “por el que se quiere atacar la representación política de este país y fundamentalmente de la oposición”. Sostuvo que se utiliza el poder judicial “para perseguir, estigmatizar y desprestigiar a dirigentes opositores”, mediante una “articulación con los medios de comunicación que generan condenas previas sin juicio a dirigentes”.
A pesar de esta circunstancia, prometió que “va a discutir todo” y dirigiéndose directamente a la vicepresidenta Gabriela Michetti, que presidía la sesión aseguró: “Voy a discutir todo porque para eso me votaron. Es posible que a ustedes no les guste el tipo de oposición que nosotros hacemos. A mi no me gusta el gobierno que ustedes hacen, pero ustedes van a seguir gobernando”.
En cuanto a la “persecución” judicial, agregó que “hay numerosos ejemplos en toda la región latinoamericana”, aunque dijo que Argentina constituía un “leading case”.
Durante su exposición comparó el memorándum con Irán con otro firmado por Michetti con Qatar y calificó de “mafiosa” la supuesta presión de gobernadores del PJ a sus diputados nacionales para que aprobaran la reforma provisional la semana pasada.