Estamos en el Teatro San Martin en vísperas del estreno en nuestro país de ’La mujer fantasma’. Frente a nosotros, Mariano Tenconi Blanco, su autor y director, junto con Agata Roca, que con sus compañeras del Instituto de Teatro de Barcelona conforma el grupo T de Teatre.
Hace casi 33 años, Agata, Carmen Duch, Marta Péres y Carmen Pla eligieron independizarse como grupo y enfrentarse al desafío de elegir sus obras, directores y actores invitados. Como Tenconi, cuando decidió integrar la compañía Teatro Futuro con el músico Ian Shifres y la productora Carolina Castro. Obras inolvidables como ‘La fiera’, ‘Todo tendría sentido si no existiera la muerte’, ‘La vida extraordinaria’ y las nuevas producciones de esta etapa son su testimonio.
En tiempos modernos, los encuentros por zoom afianzaron la posibilidad de tender puentes entre personas y países. Así, Agata y sus compañeras, hace unos años, coincidieron con el productor Daniel López-Oros, que les habló maravillas de ‘La vida extraordinaria’, disfrutada en Buenos Aires (opinión luego compartida por todas ante la visión de la obra por streaming). A Tenconi ya lo conocían de nombre por trabajos anteriores del grupo con Ciro Zorzoli y Javier Daulte.
Después, Tenconi fue a Barcelona y el resultado final del encuentro se llamó ‘La mujer fantasma’, obra encargada por T de Teatre al autor, que fue estrenada -hablada en catalán- en un teatro de Barcelona .
EL RECUERDO
“Me interesan el teatro, la política, y la forma en que este teatro da su mensaje político. Y luego, cómo a partir del recuerdo se genera una nueva historia, una ficción que se va transformando en realidad”, dice el dramaturgo y director argentino.
’La mujer fantasma’ fue naciendo con las personalidades de cuatro maestras y sus historias cotidianas en la década del ‘70, que ven interrumpida su cotidianeidad ante la representación teatral que una de ellas genera para la escuela. Es allí donde surge lo inesperado, lo fantasmático, encarnado en otras cuatro maestras fusiladas. Como reflexiona Tenconi, “gracias a la magia del teatro, la ficción se trasmuta en una realidad que por la memoria histórica apunta al franquismo”. Y así como la ficción puede apelar a la realidad, Agata Roca, la popular actriz española, se transformará en Iris, una de las maestras de la historia, protagonista de un amor prohibido, imposible de manifestarse como realidad en una época de represión, represión punitiva de la verdad de un sentimiento.
La charla deriva hacia la particular relación entre los oficiantes de teatro en España y los nuestros, que en distintos momentos de la historia establecen relaciones que los llevan a generar y mostrar sus creaciones en ambos países. Es el caso de esta ‘Mujer fantasma’ que fue estrenada en Barcelona en idioma catalán y ahora se hace en Buenos Aires hablada en castellano.
Si la relación entre la gente de teatro en ambos países ha sido similar en cuanto al cooperativismo creativo, la cercanía de semejanzas despierta similares reacciones. Es así que el despertar de las derechas con su particular visión sobre las artes es visto como un peligro para aquellos que encuentran en ellas un modo de vida y una meta existencial.
DIALECTO
Si a Tenconi Blanco la situación actual del Instituto Nacional del Teatro lo pone en alerta respecto de la continuidad de gestión de una entidad madre del teatro de nacional y provincial, Agata Roca alude a determinadas disposiciones sobre la continuidad del teatro en dialecto en su país, sumado al cierre de salas en determinados sectores.
El ascenso de la extrema derecha en la comunidad europea y el afianzamiento del ultraconservadurismo parecen constituirse en una sólida pared de aspiraciones espirituales que ponen en jaque una realidad pragmática.
“Siento que el arte y el acto de crear en momentos oscuros crean un espacio luminoso y que es capaz de hacer ver cosas que hay que ver. Confío en los artistas, en el poder de la ficción”, sostiene Tenconi Blanco. A lo que Roca agrega: “Estamos en un buen momento y esto no tiene que decaer. Espero que el auge de la derecha no influya y que así sea”.
Como final, ambos artistas esperan que el público argentino disfrute, como ellos mismo lo hacen, de este espectáculo con música de Ian Shifes, sólo apto para mayores de 12 años, que se ofrece hasta el próximo domingo en la sala Casacuberta del Teatro San Martín.