En un nuevo aniversario del comienzo de la Guerra de Malvinas, un recorrido por las editoriales especializadas permite comprobar que las publicaciones sobre aquella contienda prosiguen a ritmo sostenido. Cerca de treinta títulos se añadieron en los últimos cinco o seis años a los anaqueles dedicados al tema. Y no sería extraño que este caudal volviera a incrementarse el año próximo, cuando se cumplan 40 años desde el día en que la bandera argentina volvió a flamear en nuestras islas después de casi 150 años.
El nuevo catálogo es amplio y tan variado como para desplegarse en distintos géneros literarios: de la biografía a las memorias y del ensayo que adopta un punto de vista histórico o estratégico a la narrativa o la poesía.
Considerados en su conjunto, estos libros se distinguen por un mayor esfuerzo de precisión, por seleccionar un objeto de estudio acotado y por dar espacio a los relatos personales.
Hay títulos que son ambiciosos, como La Guerra del Atlántico Sur, de Sebastián Miranda, 1884 Editorial, 2014; Malvinas 1982 ¿Cómo y Por qué?, de Alberto A. De Vita, Argentinidad, 2018. Otros, se inclinan por las memorias, como las de dos infantes de marina (33 años después, de José Luis Castellani, y Memorias de un infante de Marina, de Reinaldo Rolón), o las vivencias del personal de Sanidad Militar en guerra (Barcos hospital, de Jorge Muñoz).
Entre los que se abocan a la actuación de unidades militares específicas están Desde el frente. Batallón de Infantería de Marina N5, del contraalmirante Carlos H. Robacio. Editorial Solaris, 2015, o Apostadero Naval, del ya citado Jorge Muñoz).
En la misma senda de estudios más delimitados aparecen Malvinas La Batalla de Pradera del Ganso, de Oscar Teves, Argentinidad, 2016 o Malvinas desde el punto de impacto, La artillería antiaérea de la FAA en Malvinas, de Carlos Spath, Argentinidad, 2017, por citar solo algunos ejemplos.
Para analizar tan diverso abanico de obras, identificar novedades en la investigación y descubrir diferencias con los libros publicados en el pasado, La Prensa consultó a editores, veteranos de guerra y escritores.
INTERES
Por lo pronto, la mayoría de los especialistas toma la cantidad de libros editados como una señal de un interés persistente sobre el tema, aunque algunos se muestran más optimistas que otros.
El coronel (r) Alejandro Urricariet, director de la Editorial 1884 del Círculo Militar, asegura que ese interés no solo se mantuvo sino que incluso aumentó, una conclusión a la que llega en base a los libros publicados en su editorial. Si a mediados de los ochenta se editaba allí un libro cada dos o tres años, luego pasó a editarse uno por año y ahora llegan a ser cinco anuales, ilustra Urricariet.
Otro editor, el capitán de navío (r) Jorge Bergallo, gerente editorial del Instituto de Publicaciones Navales (IPN) y licenciado en Historia, matiza el entusiasmo al decir que "el tema Malvinas tiene menor demanda del público lector de obras serias, fundadas, académicas o eruditas".
"Los libros que continúan despertando mayor interés -continúa- son los que abordan dicha temática desde perspectivas poco trabajadas. Por ejemplo, en lo bélico son más buscadas las obras que muestran a combatientes no tan conocidos y describen acciones de combate o aspectos de sus vidas personales o familiares".
"En el caso de los libros que tratan otros aspectos, son más requeridos aquellos que contemplan visiones a futuro. Por ejemplo la Antártida o los recursos naturales", precisa Bergallo, que sustenta su conclusión en las obras presentadas al IPN para ser publicadas y las que venden como librería. "Creo que esto se debe a que el público interesado realmente en Malvinas, en general personas mayores, ya han tenido acceso a la mayoría de los temas tradicionales", opina.
Juan de Sousa, director de la editorial Argentinidad, que se especializa en el tema, dice que ese interés "siempre existió" y tal vez el crecimiento de sus publicaciones sea el dato más elocuente.
"El interés existe", confirma Nicolás Kasanzew, un gran estudioso de Malvinas. "Lamentablemente los que proveen libros de Malvinas son editoriales por lo general marginales. Entonces no llegan al gran público", analiza.
"Si las grandes editoriales lanzaran un tema de Malvinas llegarían a 30 o 40 mil personas fácilmente. Pero las grandes editoriales, cuando sacan un libro sobre Malvinas, suelen buscar el sensacionalismo. Esos libros cuentan con poca o nula investigación, copian lo ya publicado", se lamenta este célebre corresponsal de guerra, que es autor de dos libros que ya son un clásico, Malvinas, a sangre y fuego (1982) y La pasión según Malvinas (2007).
"Hay una excepción que es un libro escrito por Rosana Guber, una antropóloga, titulado Experiencia de Halcón y publicado por Sudamericana (2016). Está escrito con un lenguaje científico, lo que me temo que conspira también contra su amplia distribución, pero es un muy buen libro", prosigue Kasanzew.
Que la curiosidad sobre el tema se mantiene constante a lo largo de los años es la impresión que abrigan también el coronel (r) José Martiniano Duarte, veterano de guerra y autor de una reciente biografía sobre Aldo Rico (Loco, vano y mal cristiano, Vértice de Ideas, 2020), quien explica ese fenómeno por el contexto del desasosiego de la gente y la necesidad de refugiarse en la última gesta heroica.
ATRAPANTES
El mayor (r) Jorge Mones Ruiz, especialista en temas de defensa, seguridad e inteligencia estratégica, cree que la razón de que el tema siga despertando interés es que "una nueva colección de libros atrapantes narran anécdotas de las acciones militares contadas por sus protagonistas (oficiales, suboficiales y soldados)".
El periodista y escritor Marcelo Larraquy, que después de varios libros sobre la década del setenta acaba de publicar La guerra invisible. El último secreto de Malvinas (Sudamericana, 2020), coincide en que los grandes sellos no publican textos de Malvinas para un público masivo, lo que deja al suyo como una rara excepción en la que también se encuentra el libro de Guber. El desafío, enuncia Larraquy, "es hacer un libro que sea profundo, intenso, para aquel que sabe mucho, pero abierto para aquel que tiene muy poca información sobre la guerra", que -dice-fue su forma de narrarlo.
Desde los primeros libros escritos sobre Malvinas, mucha agua pasó bajo el puente. Atrás van quedando el duelo y el silencio de los sobrevivientes en medio de las mayores campañas de "desmalvinización", que comenzaron ya hacia el final del régimen militar y se profundizaron con Alfonsín, con su machacona insistencia en que fue ésta una aventura absurda, con generales borrachos, oficiales cobardes y "chicos de la guerra", aunque esta lectura ideológica reaparece una y otra vez.
Urricariet, director de la editorial del Círculo Militar, señala cinco etapas en la producción bibliográfica.
"Hay una primera etapa mediática, donde los que escribieron en diarios y revistas son periodistas o protagonistas de la guerra que documentaron los hechos", señala Urricariet. Kasanzew rememora que en ese primer período posterior a la guerra, la revista Siete Días, por ejemplo, se lanzó a publicar temas de Malvinas a modo de suplemento, y así se publicaron su primer libro (Malvinas, a sangre y fuego, 1982), y otro del piloto y veterano de guerra Pablo Carballo (Dios y los halcones, 1983).
A esa primera etapa le siguió, según Kasanzew, un relativo silencio, aunque bastante prolongado, que alcanzaría hasta los primeros años del nuevo siglo.
Pero, aun con ese relativo silencio de fondo, Urricariet marca "una segunda fase de relatos individuales, donde los autores o recopiladores, sin demasiadas explicaciones o conjeturas, buscaron transmitir testimonios individuales". A ese período le siguió "una tercera época de recopilación donde los historiadores consolidan los datos reunidos y les dan sentido. Surgen así varios libros que aportan una explicación más amplia. Uno de esos lindos libros -dice- habla de las operaciones terrestres en Malvinas".
"Luego viene un cuarto período de estudios más complejos y congresos, como el que realizó el Instituto Argentino de Historia Militar a los 35 años del conflicto, que luego se editó como libro y ahora se está vendiendo. Y por último, la quinta etapa, la actual, que trae lo que todavía no se había dicho, con testimonios de los sobrevivientes", reflexiona.
El general Rafael Barni, presidente del Instituto de Historia Militar, aprecia, a grandes rasgos, que "en las primeras etapas proliferaron los libros de nivel político y estratégico y poco se hablaba del campo de batalla". Añade que fue "con el correr de los años" que "comenzaron a aparecer los relatos de lo que sucedió en las islas".
Duarte, por su parte, opina que la producción de obras se corresponde más o menos con el duelo de los veteranos de guerra, mientras que para Kasanzew "un parteaguas fue cuando comenzó a editar libros Juan de Sousa con su editorial Argentinidad, y se especializó en la temática Malvinas, lo que permitió ampliar la distribución", algo que sucedió en el 2005. Kasanzew se lamenta de que muchos libros publicados hasta entonces no son tan conocidos por falta de distribución. De Sousa explica al respecto que "se había escrito mucho sobre el tema, lo hacían los analistas o hasta los políticos, pero los lectores querían saber realmente lo que había sucedido de parte del mismo veterano".
Bergallo dice no haber estudiado en profundidad la existencia de períodos de producción pero sí distingue oleadas de libros, no por la fecha de publicación, sino por su contenido.
En su opinión, una oleada de libros "cuenta las acciones de combate y los actos heroicos, con investigación fundamentalmente oral y fotografías originales. Una segunda ola, superpuesta en gran medida con la primera, no está interesada en transmitir la verdad sino en usar ideológicamente la información obtenida de fuentes también interesadas, con una casi nula investigación histórica científica. Este género, como en todos los órdenes de la vida del ser humano, es muy buscado. Y la tercera ola son las obras eruditas".
Entre los nuevos libros que Urricariet más valora están Lo que no se sabe de Malvinas, del coronel Esteban Solís (Editorial 1884, 2018), que "nos trae documentos y testimonios inéditos"; La sección olvidada, que cuenta la participación del subteniente Guillermo Aliaga en Goose Green, escrito por el coronel Juan A. Scarpinelli, y con hechos también poco conocidos, o Llevando la patria al hombro, de Víctor H. Rodríguez, que narra el contraataque que hace el jefe de sección en los últimos días de combate en Puerto Argentino.
De este período, que en su caso extiende hasta diez años, el presidente del Instituto de Historia Militar, general Barni, considera "excelentes" Malvinas en primera línea, de Lautaro J. Jiménez Corbalán (Argentinidad, 2011), y el ya mencionado Malvinas. La batalla de Pradera del Ganso de Oscar Teves, porque ambos contienen enseñanzas de gran valor para la historia militar. También menciona Nueve batallas en Malvinas, del británico Nick Van Der Bijl, traducido por el doctor Alejandro Amendolara (Ed. De Autor, 2016), que aporta una visión desde el lado británico, y A vencer o morir escuadrón (Eude), escrito por tres oficiales, veteranos de guerra del arma de caballería, pues poco se habla de la participación de este elemento en Malvinas y tuvo una gran importancia.
Mayor aproximación a la realidad, referencias a otras fuentes y contrapunto con los testimonios del enemigo, son algunos de los rasgos que caracterizan a esta nueva fase de libros. Con el correr del tiempo, la combinación de documentos con testimonios dará una mayor objetividad y precisión a la historia, según los especialistas. "Recién ahora estamos viendo los dos lados de la colina, al decir de Liddel Hart", resume Urricariet.
De Malvinas se ha escrito mucho, desde las operaciones terrestres a la guerra aérea, de la diplomacia a la estrategia, pero algunos de los entrevistados coinciden en que falta una gran historia de la guerra. "Se ha escrito mucho sobre actos heroicos, pero poco en forma integral", admite el capitán de navío (R) Jorge Bergallo, gerente editorial del Instituto de Investigaciones Navales. Bergallo sostiene que "los mismos británicos, siendo muy críticos con sus acciones y decisiones, producen obras de gran utilidad para comprender y hasta para ser aplicadas en ámbitos militares, diplomáticos o políticos. En Argentina faltan obras como la del embajador Berasategui (Malvinas. Diplomacia y conflicto armado. Comentarios a la historia oficial británica). Como en infinidad de circunstancias acá se escribe "a favor o en contra"".
"En el ámbito naval -ejemplifica- un historiador, no perteneciente a la Armada, investigó y cobró durante varios años para escribir esa historia general de lo actuado por la Marina y nunca produjo nada".
El periodista y escritor Nicolás Kasanzew sostiene que "faltan libros escritos por historiadores profesionales, honestos y que investiguen". Pero enseguida aclara que "los historiadores profesionales le escapan al tema de Malvinas. No quieren ni meterse en él. Y los que lo mencionan en entrevistas periodísticas, mejor no lo hubieran mencionado".
Kasanzew comenta, en ese sentido, que "uno de los historiadores más importantes de la actualidad, Luis Alberto Romero, dijo en una entrevista periodística que había que dejar de conmemorar el 2 de abril, pedirle perdón a los ingleses y conmemorar el día de la derrota, el 14 de junio. Entonces nos podemos imaginar qué clase de libros saldría de un historiador profesional como Romero".
"Está todavía demasiado contaminado el campo histórico con la ideología", reflexiona Kasanzew, quien apunta que "el problema con los historiadores amateurs es que no tienen muchas veces suficiente investigación".
"También hay otra cuestión para contar esa gran historia -admite-. Los propios protagonistas, los veteranos, también escriben libros pero como su visión de la guerra es muy acotada, puede ser muy interesante lo que cuentan pero no da para un libro, por lo que rellenan con información ya conocida del curso de la guerra, algo que ya no sorprende a nadie".
El general de brigada (r) Rafael Barni, presidente del Instituto de Historia Militar, reconoce que "falta escribir la historia del Ejército en Malvinas" y dice que esa tarea trató de iniciarse hace varios años pero "no pudo avanzar por razones de continuidad institucional y también presupuestarias".
Barni menciona que "el libro publicado recientemente por el Instituto Argentino de Historia Militar, que fue el producto de un congreso que se realizó por los 35 años de Malvinas, es un esbozo de lo que debería ser la historia del Ejército en Malvinas". Y dice "esbozo", según aclara, pues "en ese libro se toma la guerra en forma integral, desde la política pasando por todas las operaciones o la mayoría de ellas y los apoyos de combate".
También el periodista y escritor Marcelo Larraquy cree que "falta un gran libro sobre Malvinas porque todavía hay información secreta que se desconoce, guerra electrónica, espías británicos detenidos y liberados. Gran Bretaña tiene mucho mayor desarrollo bibliográfico".
"Una "gran historia de la guerra" podría ameritar una enciclopedia sobre el tema", acepta el mayor (r) Jorge Mones Ruiz. "Permitiría, a partir de diferentes tomos, abordar todos los temas, que son muchos. Sería una encomiable y necesaria obra", concluye.
ADB
La pregunta por los libros imprescindibles sobre la Guerra de Malvinas es difícil de responder porque, como bien señala el capitán de navío (r) Jorge Bergallo, eso depende del gusto de cada lector y de cuál es el interés u objetivo que lo mueve a incursionar en este conflicto. Sin embargo, su preferencia queda a la vista cuando elogia el volumen Malvinas, diplomacia y conflicto armado: comentarios a la historia oficial británica, del embajador Vicente Berasategui, diciendo que en nuestro país faltan obras como la suya.
Para Nicolás Kasanzew, "los libros fundamentales salieron todos en la primera etapa, aunque luego fueron perfeccionados y ampliados".
Kasanzew pone como ejemplos "el libro Dios y los halcones, del comodoro Pablo Carballo, y Comandos en acción, de Isidoro Ruiz Moreno, que es un buen libro, a pesar de que su autor es un liberal de tomo y lomo y que ha quitado de la primera edición la foto de los comandos argentinos e insiste en poner fotos de los soldados ingleses en un libro sobre comandos argentinos".
El coronel (r) Alejandro Urricariet destaca cuatro volúmenes: La Guerra de Malvinas, del coronel Carlos A. Landaburu, quien a los pocos años del conflicto relató en los distintos niveles de la conducción todas las operaciones del conflicto; Las operaciones terrestres en las Islas Malvinas, una recopilación de varios autores, donde se describe la parte táctica de todas las operaciones; Cartas de amor y coraje, un libro muy humano, de la periodista Marisa Bisceglia, que reúne la correspondencia de un héroe de Malvinas, el Toto Esteves, a su novia; y Lo que no se sabe de Malvinas, de un protagonista, el coronel Esteban Solis.
Por su parte, el general de brigada (r) Rafael Barni responde que, "como historiador militar", considera "imprescindibles los libros de las unidades, subunidades y secciones que intervinieron en las islas, pues de allí se podrán extraer lo que constituye la esencia de la historia militar que son las conclusiones, las enseñanzas y hasta las críticas". Y añade: "todo este plexo de comentarios, serán, con el correr del tiempo y con la comparación de otras guerras, lo que le permita al Ejército y a las demás Fuerzas, adaptar su doctrina y volcarla en sus reglamentos".
Para el coronel (r) José Martiniano Duarte son imprescindibles "todos aquellos títulos de autores que son veteranos de guerra"; mientras que el editor Juan de Sousa escoge Malvinas a sangre y fuego, de Kasanzew, Halcones de Malvinas, de Pablo Carballo, y Malvinas en primera línea, del coronel Lautaro Jiménez Corbalán; y el mayor (r) Jorge Mones Ruiz, Comandos en acción de Isidoro Ruiz Moreno, y La Guerra del Atlántico Sur de Sebastián Miranda.