Científicos y médicos de prestigio en el Reino Unido escribieron una carta abierta al primer ministro Boris Johnson en la que urgen a no apelar a una segunda cuarentena y a dejar de presentar al covid-19 como un peligro mortal.
Treinta y dos académicos llamaron a Johnson y a su equipo de asesores médicos y científicos a evitar una reacción impulsiva frente al aumento de casos y hospitalizaciones.
En su carta alegan que el debate en torno al coronavirus es de poca ayuda porque está dividido entre quienes desean el cierre total y quienes quieren que no haya restricción alguna. Al mismo tiempo que instan a los que tienen que decidir a "dar un paso atrás" y pensar cuidadosamente sobre lo que hay que hacer. Los investigadores afirman que no hubo aún "una relación observable y sin reparos" entre endurecer las reglas de distanciamiento social y el número de personas que mueren por coronavirus.
La carta abierta fue escrita por los profesores de la Universidad de Oxford Sunetra Gupta y Carl Haneghan, por el profesor de la Universidad de Buckingham Karol Sikora y por Sam Williams, director de la consultora Economic Insight.
El oncólogo Sikora compartió una copia de la carta en Twitter esta semana junto con la súplica: "Necesitamos desesperadamente repensar las cosas para encontrar un mejor balance".
Los autores de la misiva dicen querer aportar información constructiva y expresan numerosas preocupaciones respecto de la actual respuesta contra el covid-19.
En suma, afirman, "nuestra opinión es que el sendero de políticas actuales es inconsistente con el perfil de riesgo conocido del covid-19 y debe ser reconsiderado. El objetivo no declarado hoy parece ser suprimir el virus, hasta tanto pueda ser implementada una vacuna. Este objetivo es cada vez más inviable (a pesar de nuestras preocupaciones más específicas respecto de las políticas existentes) y está llevando a un daño significativo en todos los grupos etarios, que supera cualquier beneficio".
"En lugar de eso -continúan- medidas más específicas que protejan a los más vulnerables ante el covid-19, y que no impacten en aquellos que no están en riesgo, son más aceptables. Dada la alta proporción de muertos por covid-19 en geriátricos, esa debe ser la prioridad. Dichas medidas específicas deben ser exploradas de un modo urgente, como la lógica piedra angular de nuestra futura estrategia".
Los autores de la carta adjuntan un conjunto de preocupaciones en relación con las opciones políticas disponibles, que esperan sean recibidas en el mismo espíritu con que se proponen. Afirman saber que las actuales circunstancias son desafiantes, y que todas las decisiones políticas son difíciles. "Más aún -dicen-, muchas personas tristemente han perdido a sus seres queridos por el covid-19 a lo largo del Reino Unido. Sin embargo, el debate actual parece no ayudar con su polarización de miradas entre aquellos que creen que el covid-19 es extremadamente mortal para todos (y que políticas de intervención a gran escala son efectivas), y aquellos que -en el extremo opuesto- creen que el covid-19 no es peligroso en absoluto".
"A la luz de ello -prosiguen- y en orden a proponer opciones que incrementen nuestras expectativas de alcanzar mejores resultados en el futuro, creemos que ahora es el momento justo para 'dar un paso atrás' y fundamentalmente reconsiderar el camino a seguir".
COMENTARIOS
Entre los comentarios específicos que los científicos señalan respecto del camino político elegido para enfrentar el covid-19 se encuentran los siguientes:
* Debería haber un objetivo claramente declarado para la respuesta global ante el covid-19. Sin eso, ni la estrategia global, ni las opciones políticas individuales dentro de ella, pueden ser evaluadas. Al momento de la mayor intervención inicial (la cuarentena declarada el 23 de marzo), el objetivo fue primero aplanar la curva y proteger el servicio nacional de salud (NHS, por sus siglas en inglés). Por algún tiempo, sin embargo, hubo una ausencia de un objetivo similar, claramente articulado.
* Cualquier objetivo debería estar enmarcado más ampliamente que por el covid-19. Poner todo el peso en reducir las muertes por covid-19 no considera la compleja compensación que ocurre: 1) dentro de cualquier sistema de salud, y 2) entre sistemas de salud, sociedad y economía.
* Las opciones políticas individuales dentro de la estrategia deberían ser informadas con una evidencia de base. La ausencia de intervenciones políticas similares a aquellas implementadas en el pasado, sumado a la nueva naturaleza del virus, significa que existe una limitada evidencia empírica para informar la efectividad de esas medidas. Esto significa que más peso debe ser puesto en: 1) analizar lo que está ocurriendo en relación con los resultados fijados como objetivo, 2) métricas que puedan ser medibles y reportadas de forma más apropiada, y 3) robustas evaluaciones de las intervenciones impuestas, para asegurar que aseguran beneficios. Por lo tanto, estamos preocupados por la sola entrega de "número de casos" y de "R" para formar políticas nacionales y locales.
* Uno de los factores epidemiológicos más pertinentes sobre el covid-19 es que el riesgo de mortalidad tiene amplias variaciones demográficas. El riesgo de mortalidad varía mucho en función de la edad, con 89% de muertes por covid en los mayores de 65. El riesgo de mortalidad está también concentrado en aquellos con enfermedades preexistentes (95% de las muertes por covid). Esta amplia variación del riesgo por edad y estado de salud preexistente sugiere que el daño causado por políticas universales (que se aplican para todas las personas) supera los beneficios.
* Las políticas de intervención universal para el covid tienen grandes costos, porque cualquier efecto adverso impacta sobre toda la población por igual, desde el punto de vista físico, psicológico, social o económico.
* Por ahora no es claro que estas medidas de alto costo sean efectivas para reducir las muertes por covid.
El llamado de los científicos y médicos se conoce en medio de fuertes críticas de expertos hacia los científicos gubernamentales luego de que presentaran un escenario propio del fin del mundo con 50.000 casos diarios de coronavirus dentro de un mes, que no parece tener sustento en las cifras vistas en Francia y en España.
El profesor Sikora afirmó al Mailonline: "El peor escenario es una cuarentena de dos semanas. El problema es que no serán dos semanas. Tan pronto como las personas dejaron atrás la cuarentena, vuelven al punto cero".
"Nos hemos adaptado. Las personas están volviendo a una vida social rudimentaria, a trabajar y viajar en trenes y ómnibus. No pueden decirles que vuelvan al 'quédense en casa, salven vidas'; no es viable".
MANIFESTACION Y ARRESTOS
Las nuevas restricciones impuestas esta semana en Reino Unido, que alcanzan a bares y restaurantes, bodas limitadas a solo 15 personas, multas más severas, un regreso al trabajo desde casa y nuevas pautas sobre dónde usar máscaras, motivaron una protesta que congregó ayer a miles de personas en Trafalgar Square.
Los manifestantes se pronunciaron en contra de las cuarentenas, las vacunaciones masivas, la obligatoriedad de usar barbijos y otras restricciones vinculadas con el coronavirus.
La protesta concluyó con una intervención policial que dejó un saldo de 16 personas detenidas, entre ellas el médico alemán Heiko Schöning, uno de los fundadores de "Médicos por la verdad" y cofundador de la Comisión de Investigación Extraparlamentaria sobre el covid 19. Poco antes de su arresto, Schöning había declarado en una entrevista: "En esta asociación que integramos junto a miles de médicos de todo el mundo estamos diciendo que las medidas de los gobiernos frente al covid-19 son absolutamente inapropiadas" y que "no existe una pandemia desde el punto de vista de la medicina" sino que "se trata de un tema político".