Deportes

Camino al Salón de la Fama

Ernesto Cherquis Bialo es un prócer del periodismo. Maestro de maestros en el arte de comunicar el deporte, marcó una época y sigue siendo una especie de Google de carne y hueso cuando surgen dudas sobre boxeo o fútbol, sus deportes favoritos. Es una biblia, un ChatGPT de tiempos modernos. La semana pasada, a partir de un trabajo minucioso que realizó el periodista Diego Morilla, Cherquis fue elegido candidato para integrar el Salón de la Fama del boxeo internacional. Los ganadores se conocerán en diciembre.

El hombre cumplió 84 el 30 de septiembre y lo festejó vacacionando en Puerto Rico. Allí se enteró de la buena nueva. “Cuando me atendió se mostró muy emocionado y agradecido. Yo también lo estoy”, cuenta Morilla, quien es coautor del libro 100 años de boxeo argentino en doce legendarios combates junto con el propio Cherquis Bialo y Carlos Irusta, otro experto en pugilismo.

El flamante candidato a ingresar al famoso Hall desfilará por la categoría de Observadores, un espacio que tiene como objetivo rendir homenaje a personalidades que nutrieron al boxeo desde abajo del cuadrilátero. Morilla es el único periodista argentino habilitado como elector del Salón Internacional de la Fama del Boxeo desde hace años. Y después de muchos intentos por llevarlo a Cherquis a ese espacio, hace unos días recibió la confirmación de los organizadores del prestigioso evento.

Diego Morilla escribió junto a Cherquis Bialo y a Carlos Irusta un libro que reúne las mejores peleas del boxeo argentino.

“Para mí significa muchísimo desde mi rol de contacto de Argentina con el Salón de la Fama. Soy el único votante que participa en todas las categorías: masculina, femenina, observadores y no participantes. Siento que tengo el compromiso de que se conozca lo que hacemos acá y para hacerlo hace falta más que enviar copias de artículos viejos. Hay que contextualizar esos logros, explicarlos y demostrar la importancia que tuvieron”, resume el escritor y trabajador de prensa sobre el labor.

Cherquis ya es una leyenda. Nació en Uruguay, pero se mudó con su familia a Buenos Aires cuando apenas tenía 5 años. Descendiente de rumanos, polacos y rusos, por entonces vivió en conventillos porteños y pudo estudiar mientras practicaba boxeo (se entrenó de joven con Luis Angel Firpo, el Toro Salvaje de las Pampas, quien justamente integra el Salón de la Fama por su inolvidable pelea con Jack Dempsey ocurrida hace más de un siglo, el 14 de septiembre de 1923). El mundo enguantado lo atrapó.

Ex director de El Gráfico, la revista que revolucionó la manera de contar el deporte desde plumas inolvidables, es uno de los principales protagonistas de la historia argentina del periodismo deportivo. El hombre todavía se destaca en medios radiales, televisivos y escribe en Infobae. En su CV también se destaca su labor como director de medios de comunicación de la Asociación del Fútbol Argentino, cuando fue vocero de Julio Humberto Grondona desde 2009 hasta la muerte del ex presidente de la AFA, ocurrida en 2014.

La lista de candidatos a ingresar en el Salón de la Fama incluye el nombre de Cherquis Bialo. Un acto de estricta justicia.

“El proceso para postular a alguien al Salón de la Fama es relativamente sencillo, pero no se da todo el tiempo. No es algo usual porque entran muy pocos cada año. Hay unos 200 votantes de diferentes partes del mundo y, si alguno cree que existe una persona digna de ser votada, la postula. Entonces debe enviar una minibiografía del candidato y explicar por qué cree que merece estar ahí. Eso hice. Empecé con ese trabajo hace un par de años. Y esta vez, casi sin esperarlo, me llegó el comunicado de prensa diciendo que habían aceptado su candidatura. Fue una emoción enorme´´, agrega Morilla.
“Es maravilloso. Esta ya es una noticia extraordinaria. No importa ganar”, le dice Cherquis a La Prensa. “Esto es una utopía. Es creer que el mar, en el horizonte, tiene un límite, que se puede llegar. Lo vivo como un estímulo para una despedida. Mantuve muchas veces conversaciones con el inolvidable Tito Lectoure sobre el Hall de la Fama... Y hoy, estar nominado, ya es un enorme triunfo. Siento que justifica mi camino. Miro para atrás y siento eso: una reivindicación a lo hecho”, dice Cherquis con su voz grave, pero sin pretensiones grandilocuentes.

Asegura, el homenajeado, que no le gusta demasiado detenerse en el pasado. Que más lo mueve la curiosidad de lo que vendrá. “A veces, amigos me traen peleas viejas, legendarias… que ya vi alguna vez. Pero no me interesan tanto como las próximas”, advierte. Quizá allí deja una explicación a su vigencia. “Me impulsan todavía tres premisas: la pasión, la vocación y la superación”, revela a modo de consejo para los periodistas más jóvenes que lo ven como un modelo a seguir.

Hasta ahora solo hay cuatro boxeadores argentinos que se metieron en el Salón de la Fama: Pascual Pérez, Nicolino Locche, Carlos Monzón y Víctor Galíndez. Y dos protagonistas más que figuran en la rama No Participantes, como Juan Carlos Tito Lectoure y Amilcar Brusa, el famoso ex entrenador. Firpo accedió el año pasado en la categoría Pionero. Pero, como Observadores, no existe nadie de estos pagos que haya ganado. Irusta, colega y amigo de Cherquis, también es candidato a entrar al Hall por el mismo rubro desde hace años, pero no tuvo suerte. Ahora Cherquis estará en la boleta de sufragios. De ser elegido, se convertiría en un caso inédito.