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Bochini-Bertoni, una sociedad diabólica

El baúl de los recuerdos. Independiente se quedó con la Copa Intercontinental de 1973 al vencer a Juventus. Lo logró con un golazo del Bocha, en complicidad con el delantero, su gran compinche de entonces.

Eran dos pibes que hacía poco y nada habían empezado a hacerse notar con la camiseta roja. Se entendían a la perfección. Y dejaron como inolvidable legado de su talento un gol que superó las barreras del olvido y se instaló en la historia. Ricardo Daniel Bertoni y Ricardo Bochini hicieron contacto en Roma y le dieron vida a un golazo, obra del Bocha que le dio a Independiente la victoria en la final de la Copa Intercontinental de 1973. La obra suprema de una sociedad que hizo felices a los Diablos Rojos de Avellaneda.

Faltaban 10 minutos para el epílogo de la finalísima. Eduardo Commisso le alcanzó la pelota a Miguel Ángel Raimondo. Perico vio a Bertoni libre de marcas y se la pasó. El pibe que había llegado hacia un año de Quilmes tocó para Bochini y siguió corriendo hacia el arco de Juventus. El flaquito que llevaba el número 10 en la espalda avanzó hacia el área rival, eludió a su marcador y le devolvió el balón al delantero, quien se la cedió nuevamente en una pared exacta y demoledora que dejó desacomodada a la retaguardia italiana. El Bocha-al que aún no se conocía así- quedó cara a cara con Dino Zoff y lo venció con un remate pleno de sutileza que depositó a Independiente en la cima del mundo.

La obra de arte de Bochini y Bertoni estuvo perdida en el universo de los relatos magníficos y endulzados por el paso del tiempo porque no había registros fílmicos. El video apareció varias décadas después, gracias a la RAI (Radiotelevisione Italiana), que le brindó al mundo del fútbol el testimonio de un gol eterno.

AJAX NO, JUVENTUS SÍ

El duelo Juventus-Independiente tiene condimentos que hacen todavía más significativo el triunfo del Rojo. Y, por lo tanto, el gol de Bochini. De hecho, el partido estuvo a punto de no jugarse.

El ganador de la Copa de Campeones de Europa (antigua denominación de la actual Champions League) era Ajax. Los holandeses, creadores del fútbol total de la mano del fantástico Johan Cruyff, desistieron de enfrentar a los de Avellaneda, a quienes habían vencido en 1972 en dos batallas en las que sufrieron las consecuencias de la violenta marca de Independiente. Tampoco existían demasiados atractivos económicos para salir a la cancha…

Juventus, derrotado por Ajax en el duelo decisivo en Belgrado, aceptó medirse con Independiente. Pero puso una condición innegociable: no estaba dispuesto a viajar a la Argentina. Los dirigentes del Rojo no solo aceptaron, sino que no pusieron reparos en que la Copa Europa-Sudamericana (nombre oficial de la popularmente llamada Intercontinental) se definiera en suelo italiano. Por eso la sede fue el Estadio Olímpico de Roma, donde el equipo de Roberto Pipo Ferreiro contó con el aliento de la tripulación de la Fragata Libertad.

UN TRIUNFO HISTÓRICO

El conjunto turinés no desplegaba el juego revolucionario del Ajax, pero era actor protagónico en el fútbol europeo. Contaba con un arquero de una seguridad fabulosa como Zoff, defensores firmes como el veterano líbero Sandro Salvadore, Luciano Spinosi y Claudio Gentile (el mismo que en España ´82 le pegó sin piedad a Diego Maradona), todos integrantes del seleccionado italiano.

La squadra azzurra se nutría con jugadores del equipo del checo Cestmir Vycpalek como los mediocampistas Antonello Cuccureddu y Francesco Morini, un atacante habilidoso y versátil como Franco Causio y los goleadores Pietro Anastasi y Roberto Bettega (autor del tanto del triunfo italiano contra Argentina en 1978). Todavía derramaba las últimas gotas de su talento José Altafini, un delantero nacido en Brasil que, con el apodo de Mazzola, había sido campeón del mundo en 1958 junto con Pelé y Garrincha.

Independiente transitaba los primeros años de su triunfal ciclo internacional que arrojó victorias en la Copa Libertadores en 1972, ´73, ´74 y ´75 y la Interamericana del ´73, ´74 y ´76. Todo gracias a un arquero muy confiable como Miguel Ángel Pepé Santoro, una defensa que combinaba la jerarquía del Zurdo Miguel Ángel López con la firmeza de Francisco Pancho Sá (ganó cuatro Libertadores con el Rojo y dos con Boca) y el Chivo Ricardo Pavoni, el despliegue en el medio de Rubén Galván, la inteligencia de Raimondo y los goles de Eduardo Maglioni como soportes de la genialidad de Bochini y la potencia de Bertoni.

Más allá de las cualidades de uno y otro equipo, la final resultó muy pareja. Empezó mejor Independiente, manejando la pelota y tratando de acercarse a Zoff, Le costó muchísimo porque el cerrado entramado defensivo de Juventus le cerraba los caminos.

Los turineses se fueron acomodando en el campo y cuando asumieron el protagonismo chocaron con la última línea roja y con los reflejos de Pepé Santoro.

La paridad en el marcador estuvo a punto de desvanecerse no bien comenzó el segundo tiempo. El árbitro belga Alfred Delcourt cobró un penal para Juventus que Cuccureddu pateó por encima del travesaño. Esa acción cambió drásticamente el desarrollo.

La Vecchia Signora pareció sentir el impacto de la oportunidad perdida y le cedió la pelota a su adversario. Independiente, en cambio, recibió un decisivo envión anímico para ir en busca del triunfo. Dominó la pelota y empezó a repiquetear con mayor insistencia sobre la valla de Zoff. Pero pasaban los minutos y el gol no llegaba.

Entonces llegó el magnífico encuentro de Bochini y Bertoni y el triunfo se hizo realidad. Independiente se transformaba en el mejor equipo del mundo gracias a esos dos pibes que conformaban una sociedad diabólica que le hizo tocar el cielo con las manos.

LA SÍNTESIS

Juventus 0 - Independiente 1

Juventus: Dino Zoff; Claudio Gentile, Luciano Spinosi, Sandro Salvadore, Gianpietro Marchetti; Antonello Cuccureddu, Francesco Morini, José Altafini; Franco Causio, Pietro Anastasi, Roberto Bettega. DT: Cestmir Vycpalek.

Independiente: Miguel Ángel Santoro; Eduardo Commisso, Miguel Ángel López, Francisco Sá, Ricardo Pavoni; Rubén Galván, Miguel Ángel Raimondo, Ricardo Bochini; Agustín Balbuena, Eduardo Maglioni, Ricardo Daniel Bertoni. DT: Roberto Ferreiro.

Incidencias

Segundo tiempo: 2m Cuccureddu (J) desvió un penal; 29m Silvio Longobucco por Spinosi (J); 29m Fernando Viola por Bettega (J); 35m gol de Bochini (I); 38m Alejandro Semenewicz por Bertoni (I).

Estadio: Olímpico (Roma). Árbitro:Alfred Delcourt, de Bélgica. Fecha: 28 de noviembre de 1973.