Libros

Atrapados en la red de redes

 

Internet no es lo que pensamos

Por Justin Smith

Fondo de Cultura Económica. 230 páginas

 

La humanidad ha quedado atrapada en la red de redes. Atravesada, envuelta, cobijada, expuesta, penetrada, impulsada, contenida, atacada, desnudada. Nadie o casi nadie puede hoy en día pensar la vida por afuera de este esquema global operativo y de relaciones.

Podría decirse que, en buena parte, Internet ha venido a facilitarle la vida a la gente pero, como siempre, existe también el lado oscuro de la luna. Entonces, todo lo bueno que la autopista virtual venía a otorgarle a la sociedad global empieza a mostrar grietas. Hay, lo sabemos, claros indicios de manipulación.

Correr este pesado telón no es tarea sencilla pero el estadounidense Justin Smith, docente de la Universidad de Columbia, se dedicó a eso en su último libro titulado Internet no es lo que pensamos. La obra es, ante todo, una advertencia. Una trompada en la mandíbula de los ingenuos.

Se da un juego de opuestos desde lo conceptual. La gran puerta abierta al mundo es, sin embargo y de manera paradójica, según el autor, una jaula. El sistema genera una peligrosa adicción que recorta de manera inevitable la libertad del usuario. “Internet es hoy un sistema de vigilancia universal”, enfatiza.

Smith funda una noción reveladora: la de Internet como una actividad extractiva que, al igual que la minería, succiona la información, los datos de la humanidad que navega por el ciberespacio de manera indolente.

Casi todo lo que le ocurre a la humanidad, ocurre sobre las arenas de la red de redes. “La mayoría de nuestras pasiones y frustraciones, de nuestros lazos y enemistades, de nuestras responsabilidades y adicciones, se concentran ahora en nuestras pantallas digitales…”, describe el académico.

Ni siquiera el desarrollo de las redes sociales vino a cambiar el esquema, sino más bien todo lo contrario. El usuario, sujeto a sus cuentas, va dejando en su camino las huellas de su personalidad, las miguitas de lo que consume. Internet, atenta, captura los datos y contragolpea. Toma información y ofrece productos para el consumo. Vigila, controla.

Tal vez la noción más preocupante que deja el autor en las páginas de su libro es que “la situación no tiene retorno”. El mundo ha quedado encerrado en una red a la que cree utilizar pero que en realidad lo mantiene sujeto. 1984 se hizo realidad.