Gabriel Carrizo, el sindicado líder de "la banda de los copitos", fue detenido por pedido de la jueza federal María Eugenia Capuchetti, en el marco de la causa que investiga por el fallido atentado contra la vicepresidenta Cristina Kirchner.
De esta manera, Carrizo es el cuarto detenido por el intento de magnicidio contra la ex presidenta, tras ser apresados Fernando André Sabag Montiel, su novia Brenda Uliarte y Agustina Mariel Díaz, una amiga de ella. La magistrada tomó la decisión a partir de nuevas pruebas encontradas y aportadas a la investigación, que se relacionan con hallazgos en el peritaje del teléfono celular de Carrizo.
El pasado 5 de septiembre había declarado como testigo, después de la detención de Uliarte, pero se le incautó el teléfono celular para ser peritado. El 2 de septiembre, el día posterior al ataque, encabezó junto a la novia de Sabag Montiel y el resto de su grupo un móvil de Telefé para decir que no tenían nada que ver con el intento de asesinato. También estaban Miguel Angel Castro Riglos, Sergio Orozco, Leonardo Volpintesta y Lucas Acevedo.
Carrizo se había presentado en su declaración testimonial como jefe del grupo porque era el dueño de la garrafa que alimentaba la máquina de hacer copos de azúcar.
Hoy le avisaron desde el juzgado que podía pasar a buscarlo y cuando lo hizo por el tercer piso de tribunales le dijeron "queda detenido". En el peritaje del aparato aparecieron elementos concretos que lo vinculan con el intento de homicidio. Justamente Carrizo fue el que puso en su estado de WhatsApp, un rato después del ataque a la vicepresidenta: "¡Seguro el próximo sos vos, Alberto! ¡Tené cuidado! "El Gobierno es vulnerable, y espero que les quede claro... Nosotros somos los que mantenemos estos parásitos ahí arriba, van a juzgar a una persona que le estaría haciendo un gran favor a toda la Nación Argentina", añadió en el mensaje.
QUÉ DIJO ULIARTE
En tanto, los mensajes de WhatsApp compartidos entre los detenidos confirman la voluntad de concretar un magnicidio y, dentro de ese intercambio, sobresale uno que en el que Uliarte afirma sin rodeos: "Mandé a matar a Cristina''.
Díaz buscó con su declaración indagatoria despegarse de su amiga, que la tenía agendada en su celular como `Amor de mi vida', al asegurar que no creía que fueran ciertas las menciones que le hacía a su deseo de asesinar a la ex mandataria. "Yo nunca participé de esto y no tuve nada que ver con esto'', aseguró Díaz en distintos pasajes de su indagatoria en la que calificó a Uliarte como una "manipuladora'' y "muy fantasiosa''.
"Mandé a matar a Cristina, no salió porque se metió para adentro'', dice un mensaje de WhatsApp que Uliarte le mandó a Díaz el 27 de agosto de este año, según surge del expediente judicial y de la prueba que ayer se le exhibió a la tercera detenida del caso.
"Una bronca, te juro la tenía ahí. Los liberales ya me tienen re podrida yendo a hacerse los revolucionarios con antorchas en Plaza de Mayo, basta de hablar, hay que actuar. Mandé un tipo para que la mate a Cristi'', le dijo Uliarte en el mismo intercambio.
"Hoy me convierto en San Martín, voy a mandar a matar a Cristina... Me re pudrí de que hablen y no hagan nada. Yo sí voy a hacer. Se me metió el espíritu de San Martín en el cuerpo... Qué hija de puta, se metió adentro antes de que le meta el tiro'', dicen los diálogos.
Luego, Díaz le indicó a Uliarte que borrara de su teléfono todo lo que pudiera vincularla al ataque. "Che, pero qué onda que falló el tiro. No practicó antes ¿o le falló la adrenalina del momento? ¿Vos dónde estás? ¿No sería conveniente que vayas a tu casa?'', le preguntó Díaz a Uliarte el 2 de septiembre después del ataque fallido contra la vicepresidenta.
``En lo de una amiga. No, boluda andá a saber si me allanan'', le respondió Uliarte, a lo que Díaz le devolvió, en cuatro mensajes consecutivos: ``Tenés que deshacerte del celular. Y cambiar el número. Borrar tu cuenta, todo''.