Opinión
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Adicciones en las sociedades actuales
Jorge, abogado de alrededor de 50 años, espera en el hall de la institución y pide su internación por consumo de cocaína. No se levantará de su sillón, dice, hasta tanto no tenga un lugar en la comunidad terapéutica.
La cocaína se lo estaba por “llevar puesto” haciendo cierto el dicho “si no dejo las drogas estas me van a dejar a mi”. Estar con nosotros, lo que el llamará su “segunda casa” es quizás su último acto de Salvación. Aunque para esto deba sortear 30 años de consumo en donde su cerebro quedo en estado de disfunción en el control de impulsos, entre otras funciones dañadas, con hijos abandonados y una pareja rota desde hace años, profesión también abandonada; mientras tanto la madre sola y agotada apela a un cerco judicial ante tantos robos a los fines de comprar drogas.
Oscar, rondando los 60 años, se aferra a una botella de whisky y una tras otra lo dejan en estado pre-comatoso, pero llama a un amigo para que el servicio de emergencias lo lleve a una terapia intensiva y hoy trata de atender su adicción con una depresión muy fuerte de base.
Sus hijos están fuera del país, su mujer lo dejo; es un empresario exitoso, pero deja todo en manos de su socio desde hace años. Puede más la botella que todo. Paradojas de las adicciones. Mundo de soledades masivas detrás del alcohol y las drogas parecen mostrar estos hechos. Tratar hoy es desentrañar detrás de estas soledades masivas la noción del tiempo; la frustración, el dolor, la espera que no se puede instalar y es el famoso “tiempo del ya” que Luca Prodan ídolo musical en su momento lo designo con este apotegma: “no sé lo que quiero, pero lo quiero ya”. El final trágico del ídolo mostraba los efectos de esta falta de espera que es una falta de esperanza.
Ya en el Eclesiastés bíblico se nos narraba la dimensión temporal de la existencia: “todo tiene su tiempo” y la “Psicología Evolutiva” incorpora el concepto de maduración en donde el factor tiempo es un elemento central en la Integración de la personalidad y en la consolidación de la Identidad.
EL TIEMPO DEL “YA”
¿Qué instala el “tiempo del ya?”: la no existencia del otro, la aniquilación del otro como compañía transformándose en enemigo en lugar de acompañante-orientador y las “ganas” suplantan al deseo tal cual nos enseñó Unamuno en sus escritos (marco de lo impulsivo en hacer lo que “me da la gana” ocluyendo el tiempo y al otro en mi existencia). Progresivamente hay un eclipse de los deberes que de suyo no existen y nos encerramos en un individualismo que nos sigue aniquilando con un crepúsculo de la Ley que es el verdadero camino para crecer.
Todas estas soledades masivas en el tiempo del “ya” instala el tema de los vínculos y máxime paradójicamente en una civilización hiperconectada desde pantallas y por Internet, pero débilmente entrelazada en vínculos: debilidad de las transmisión entre generaciones con una familia que tiende cada vez más a debilitarse, la escucha queda suplantada por la sordera del Ego , la inestabilidad de las relaciones como base de la maduración humana falla y así ante las crisis la creatividad humana muestra sus déficits. Tratar hoy pareciera hacer emerger la humanidad y detener la marcha de la muerte. La violencia hacia si y hacia los otros se ha vuelto loca. El “homo sapiens” parece haberse convertido en “homo demens” cuyo lenguaje en el campo de las drogas se expresa en el lenguaje de la “mega- muerte”.
No son solo problemas de ciertos individuos, sino que atacan al propio tejido social que nos convoca a generar nuevas relaciones sociales y resucitar vínculos familiares perdidos y que parecen formar ya parte de “Altri tempi”.
MARCO QUE RODEA A LAS ADICCIONES
A) El individualismo como hecho evidente en donde se degradan las antiguas solidaridades que atomizan a las personas, la fragilidad de las relaciones humanas y de las parejas, hijo que crecen solos, “errancia” de los amores que junto a las soledades masivas fomentan una masificación de las adicciones. La masividad de las dependencias adictivas transforma este problema en político (la “polis “o sea la ciudad) luce herida y con multitud de seres en la calle mendigando un dinero para alimentos pero que en muchos casos es para lograr un consumo), así van surgiendo “ghettos”, “barras bravas”, etc.
B) Mundo de pantallas y de la tecnociencia junto con un marketing poderoso que alimenta ideales identificatorios en seres vacíos de Identidad. Las pantallas reemplazan al vínculo entre personas e incrementado las soledades. C) Monetarización de la existencia en donde todo es transable disminuyendo el papel de las amistades, la fraternidad y el servicio gratuito (los dones).
D) La sociedad que pretendía ser del Bienestar se transforma en una sociedad del malestar en donde lo antisocial parece reinar (estafas, violación, distribución de drogas, ladrones de “guante blanco”), parecieran unirse la “maldad moral” con la locura y sorprende la indiferencia con que estas personas desprecian la vida y entonces va progresando la marginación y por ende las enfermedades sociales que por ser toxicas se transforman también en somáticas.
E) La barbarie en las urbes nos muestra el fracaso de la Ley Ética en la interioridad del ser humano, no llega ahí la cultura. La violencia se transforma en epidémica explota en “ghettos”, desmembramiento familiar, caída de la vida escolar, plusvalía explotando la esclavitud adictiva, impunidad por doquier con fallas de los representantes de la Ley. Se ha interiorizado la violencia como forma de relación por ejemplo en la casa se golpea, en la escuela la indisciplina y en la sociedad la caída de la Ley.
F) Supra estados nacionales manejados por intereses de la droga, el juego y las diversas perversiones que reciclando dinero superan el poder de los Estados Nacionales transformándolo en simples marionetas de un Poder supremo.
SOCIEDADES COMPLEJAS
Las adicciones mientras tanto se dan en el marco de sociedades cada vez más complejas, globalizadas, con un gran margen de incertidumbre y sumamente abiertas: 1) El riesgo frente a las sociedades cada vez más complejas es que exista una inteligencia ciega para concebir los conjuntos ya que todo problema debe ser contextualizado, en donde los diferentes elementos inter-retroactuan y para ello debemos acoger estas realidades en el marco de una gran comunicación y con una gran empatía. Todo problema es eco-organizacional en donde lo interior está vinculado a la organización del medio. Por ello frente a estas realidades hay que trabajar sobre los conjuntos humanos, los vínculos y las redes de contacto.
2) La globalización creciente de los problemas humanos nos lleva a pensar que las patologías no dependen solo de fenómenos individuales, sino que debemos tener una mirada desde los conjuntos. Los problemas se transmiten por “virosis miméticas” ante las crisis de los vínculos humanos en las sociedades tecnológicas dando lugar a vacíos identificatorios y a crisis de identidades individuales. El marketing dentro de la cultura publicitaria origina un cautiverio de la subjetividad y la transformación del sujeto en objeto. Se forman verdaderos fenómenos de “hipnotización” social. La respuesta frente a los fenómenos de globalización debe ser un fuerte trabajo local en municipios, barrios y en distingos módulos institucionales.
3) Los contextos nos marcan incertidumbre y sobre esto Edgard Morin nos enseña “… la vida es navegar sobre un océano de incertidumbres con islotes de certeza”. El vacío y la angustia nos pueden invadir, pero es la comunión, la empatía, la poesía, el amor y los valores nuestras vacunas que dan una cierta seguridad. Esto parece faltar. Las patologías de hoy se dan dentro de un marco de intemperie social, cambio del lugar de la ley, procesos de severa desvinculación afectiva y crisis de la noción del futuro lo cual lleva al problema antropológico de la esperanza.
Debemos, sin embargo, confiar en las capacidades de autoorganización de las sociedades porque estas no se suicidan. También debemos promover los liderazgos.
4) Vivimos en sociedades abiertas en donde los peligros suelen estar en la perdida de la identidad, la falta de pertenencia a una genealogía, la perdida de las intimidades y los encuentros. Así nos encontramos: A. Patologías del estar o sea las ausencias de figuras significativas desde la infancia. B. Patologías de los vínculos que llevan a la formación de manadas y de tribus urbanas. C. Patologías de los limites generándose en masa “jóvenes invisibles” (no se visibilizan en una esperanza y en un futuro), familias inexistentes, abuso infantil e incluso incesto. Nuestros pacientes quizás reflejen esto.