En la tierra de los campeones del mundo del suelo parecen brotar, solas, las cosechas que seguirán poblando el bosque albiceleste de piernas ágiles, veloces, indescifrables cuando llevan la pelota de un lado para el otro. El futuro luce venturoso en el fútbol argentino. Por lo menos, a nivel selecciones. Y hasta puede parecer paradójico, porque el local deja que desear. Pese a todo, es posible afirmar que hay vida después de Lionel Messi.
Este Seleccionado que tocó el cielo en Qatar y defiende ahora el título en la Copa América que se disputa en los Estados Unidos, promete seguir brillando blanco y celeste, más allá del torneo continental que empieza a ilusionar otra vez a los hinchas argentinos. El argumento es el de siempre, aunque a muchos, ya nostálgicos, se les haga un nudo en la garganta pensando que Leo, algún día, dirá basta. La ilusión tiene que ver con la inagotable materia prima y el gran trabajo que hacen Lionel Scaloni y compañía desde el cuerpo técnico de los mejores del planeta.
Hay futuro porque hay renovación constante. Hay esperanza porque el DT y sus colaboradores siempre miran más allá. Hay ilusión porque los que están hoy en la pelea, en la diaria, saben que la competencia dentro y fuera es insobornable. El plantel que está a punto de quedarse con el primer puesto del Grupo A del Copa cuenta con doce jugadores menores de 30 años: Valentín Carboni y Alejandro Garnacho tienen 19; Enzo Fernández 23; Julián Álvarez 24, Exequiel Palacios y Alexis Mac Allister 25; Nahuel Molina, Cristian Romero, Lisandro Martínez, Nicolás González y Lautaro Martínez 26; Gonzalo Montiel 27; Lucas Martínez Quarta y Giovani Lo Celso 28 y Leandro Paredes 29.
La Selección argentina afronta la Copa América con un plantel compuesto por jugadores que tienen mucho futuro por delante.
El resto supera las tres décadas, pero no por eso está fuera de carrera ni mucho menos pensando en las competencias que vendrán: Guido Rodríguez y Rodrigo De Paul recién llegaron a los 30; Nicolás Tagliafico y el Dibu Martínez apenas tienen 31. Mientras que Gerónimo Rulli, Germán Pezzella y Marcos Acuña cumplieron 32. Los demás, sacando al gran capitán rosarino, quien el lunes festejó los 37, pero es extraterrestre y solo el tiempo y su indescifrable amor propio le pondrán un freno, parecen casos más cercanos al retiro del Seleccionado que a una continuidad, por breve que sea. Nicolás Otamendi, de 36, y Franco Armani, de 37, podrían estar cerrando sus ciclos con Argentina en esta competencia. Di María (36) ya avisó que se va…
Entonces hay que pensar en los que no están en Estados Unidos, pero podrían haber estado. Y las estrellas en ciernes parecen crecer por debajo de las baldosas. Claro que muchas promesas suelen ser apenas eso. Sin embargo, el buen augurio es que no son pocos los que ya se manifiestan como una realidad. Incluso, hubo tres que quedaron fuera del plantel ahora por una cuestión de corte natural. El DT no podía llevar a 70 jugadores…
El número no es caprichoso. Entre los últimos que debieron bajarse del avión que voló a buscar una nueva Copa estuvieron los exBoca Valentín Barco (de 19 años) y Leonardo Balerdi (25) y Ángel Correa, de Atlético Madrid. El exSan Lorenzo, ya más grandecito (con 29), suele ser actor estable del elenco. Scaloni contó hasta último momento con 29 jugadores, pero sabe que tiene a muchos más a su disposición y que pueden estar a la altura de competir con los mayores... Hay, como mínimo, 40 más.
Lionel Scaloni tiene apuntados en su libreta nombres que integran las Selecciones comandadas por Javier Mascherano y Diego Placente.
Leandro Brey, Kevin Zenón, Ezequiel Fernández, Cristian Medina (todos de Boca), Pablo Solari y Claudio Echeverri (River), Marco Di Cesare y Juan Nardoni (Racing), Luciano Gondou (Argentinos), Bruno Amione (Santos Laguna, de México), Lucas Esquivel (Paranaense, de Brasil), Alan Varela (Porto, de Portugal), Lucas Beltrán (Fiorentina, de Italia), Gonzalo Luján (San Lorenzo), Santiago Castro (Bologna, de Italia), Kevin Lomónaco (Tigre), Santiago Hezze (Olympiacos, de Grecia), Thiago Almada (Atlanta United, de Estados Unidos, pero que acaba de ser comprado en 20 millones de dólares por el grupo Eagle Football que lo llevaría al Botafogo, de Brasil), Fabricio Iacovich (Estudiantes), Giuliano Simeone (Alavés, de España), Joaquín García, Damián Fernández y Thiago Fernández (Vélez) son todos cracks. Y representarán al Seleccionado nacional que conduce Javier Mascherano en los Jugos Olímpicos de París que comenzarán el 13 de agosto. Con cualquiera de ellos, todos menores de 23 años, también puede contar el entrenador de la mayor…
Pero hay más. Hace dos semanas, el propio Mascherano probó junto a uno de sus socios, Diego Placente, a los chicos del Sub 20. El conjunto que dirige el exlateral de Argentinos y River disputó un amistoso frente a Estados Unidos en el predio de Ezeiza. Fueron titulares ese día Jeremías Martinet; Gerónimo Heredia, Juan Giménez, Tobías Palacio, Julio Soler; Milton Delgado, Lautaro López, Franco Mastantuono; Álvaro Montoro, Agustín Ruberto y Jerónimo Domina.
Mastantuono ¡de tan solo 16 años! junto con el Diablito Echeverri, quien tiene 19 y ya fue vendido al Manchester City en más de 20 millones de euros), son los grandes diamantes del torneo argentino que ya jugaron varios partidos en el River irregular de Martín Demichelis y no dejan de asombrar al mundo del fútbol. Y Delgado debutó en el Boca de Diego Martínez y en la Ribera lo ven como un diamante para nada bruto.
Franco Mastantuono y Claudio Echeverri, los pibes surgidos en River con un promisorio porvenir en celeste y blanco.
Scaloni los conoce a todos. A los que están acá y a los Europibes también. Esos chicos que nacieron en el Viejo Continente, pero tienen padres argentinos y están saliendo de sus adolescencias a pura gambeta. Todos ellos son observados con lupa por buscadores de talentos que trabajan en una sede de la AFA estratégicamente ubicada en España. Y todos tienen chances de subirse a La Scaloneta en cualquier momento. Porque el Seleccionado tiene un presente increíble y hay que disfrutarlo ya, ahora. Pero también un futuro impredecible y no es descabellado soñar con varios años de supremacía albiceleste en la elite del fútbol mundial.