Zelaya regresó a Honduras y convocó al diálogo
El depuesto presidente de Honduras, quien fue derrocado el pasado 28 de junio, pidió "iniciar un diálogo nacional e internacional que permita a los hondureños volver por los fueros del respeto a la soberanía del pueblo".
Tegucigalpa - El depuesto presidente hondureño, Manuel Zelaya, expulsado del país por el Ejército y destituido por el Congreso el pasado 28 de junio, apareció hoy en la embajada de Brasil en Tegucigalpa, desde donde llamó al diálogo y pidió a sus seguidores acudir para protegerlo.
Zelaya, tras enfrentarse a la mayor parte de los poderes del Estado por la celebración de un referendo con miras a una reforma constitucional, fue trasladado a Costa Rica a la fuerza por los militares y el Legislativo nombró en su lugar de forma interina al que era hasta entonces presidente del Legislativo, Roberto Micheletti.
El gobernante de facto, cuya legitimidad no ha sido reconocida por la comunidad internacional, ha rechazado el clamor mundial para restituir en el poder al presidente depuesto y ha afirmado en varias ocasiones que si regresase al país sería juzgado por traición.
El presidente de facto, Roberto Micheletti, que negaba que Zelaya se encontrara en Honduras a pesar de la confirmación del Departamento de Estado estadounidense, prometió poner a Zelaya tras las rejas si pisaba el territorio hondureño bajo varios cargos.
"En el momento que sepamos que ha entrado al país vamos a proceder de inmediato a su arresto. Tenemos equipos de búsqueda y captura para proceder a su arresto", expresó poco antes de que se confirmara la presencia de Zelaya.
"Estoy aquí en Tegucigalpa, gracias a Dios, gracias al pueblo y gracias a la comunidad internacional", dijo Zelaya tras retornar hoy a Honduras sin que todavía se revele el lugar dónde se encuentra y la forma cómo ingresó.
En este contexto, en diálogo telefónico con el canal multiestatal Telesur, Zelaya llamó a un "diálogo nacional e internacional" sobre la situación de su país.
Zelaya, quien fue derrocado el pasado 28 de junio, pidió "iniciar un diálogo nacional e internacional que permita a los hondureños volver por los fueros del respeto a la soberanía del pueblo".
"Mi presencia aquí es para desempeñar el mandato que el pueblo me dio en las urnas electorales, para reconstruir la democracia", dijo Zelaya en la embajada brasileña en Tegucigalpa, donde se encontraba refugiado, después de haber hecho un largo viaje de 15 horas para llegar a la capital.
Agradeció a "la Embajada de Brasil, que me ha dado el apoyo de una manera tan honesta, tan sincera", así como al presidente de ese país, Luis Inácio Lula da Silva, y al canciller brasileño, Celso Amorim.
"Soy un hombre pacífico, dialogo, practico la no violencia", proclamó, y añadió: "he venido a dialogar de frente".
"Pacíficamente vamos a buscar un diálogo" con todos los sectores, "ese es mi plan, iniciar internamente el diálogo", que le permita retomar el poder del país.
Pidió a sus simpatizantes "que se vengan aquí a los alrededores" de la embajada brasileña para organizarse, "protegernos, cubrirnos, para evitar cualquier malentendido", y también porque "reconstruiremos la democracia".
"El poder del pueblo sirve para hacer las grandes transformaciones", enfatizó el depuesto mandatario hondureño, quien, sobre cómo regresó a Honduras, se limitó a comentar que hizo "mil proezas" y un periplo de unas quince horas.
Luego de hablar con los periodistas, Zelaya se asomó por una terraza de la embajada de Brasil y saludó a miles de sus seguidores que coreaban "¡sí se pudo!", entre otras frases.
Zelaya pidió a los militares que no vayan a utilizar la fuerza contra la población que se está manifestando en su apoyo e insistió en que ha venido en busca del "diálogo" para superar la crisis política que vive su país desde que fue derrocado.
SE RESPETE SU VIDA
"Quiero hacer un llamado a la calma a los actores involucrados en este proceso y señalar a las autoridades del Gobierno de facto que deben hacerse responsables de la seguridad del presidente Zelaya y de la Embajada de Brasil", dijo el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.
Por su parte, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, confirmó la presencia de Zelaya en Tegucigalpa y pidió al gobierno de facto que respete su vida.
"Pedimos respeto a la vida de Zelaya y sus familiares", dijo Chávez desde una escuela en Caracas, mientras sostenía un teléfono celular con el que afirmó tuvo una conversación con Zelaya y su esposa Xiomara desde Honduras.
El venezolano indicó que Zelaya llegó a Honduras "por tierra, cruzando ríos, arriesgando su vida con apenas cuatro compañeros, logró llegar a la capital de Honduras y está en Tegucigalpa".
En este contexto, centenares de seguidores de Zelaya se congregaron frente la sede de la ONU en Tegucigalpa, donde se encontraría el dirigente tras volver secretamente del exilio.
"Sí se pudo", coreaban los manifestantes en alusión al regreso, aún no confirmado, del mandatario depuesto y expulsado del país tras el golpe de Estado del 28 de junio.
ASILO CONFIRMADO
El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Celso Amorim, confirmó hoy en Nueva York la presencia de Zelaya, en la embajada de su país en Hondura.
Amorim, que está en Nueva York para asistir a la Asamblea General de la ONU, señaló que el mandatario depuesto llegó a la misión diplomática brasileña en Honduras por medios "propios y pacíficos", al tiempo que subrayó que Brasil desea encontrar "una solución pacífica y rápida a la situación actual".
El canciller de Brasil afirmó que el depuesto presidente está ahora bajo la protección de su país y que no cree que el Gobierno de facto de Honduras "haga una flagrante violación del derecho internacional" en contra de la misión diplomática en la capital hondureña.
Explicó que tuvo conocimiento de que Manuel Zelaya se encontraba en la embajada de su país nada más llegar a Nueva York y que el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se encontraba de viaje hacia esta ciudad cuando se recibió "por sorpresa" la noticia.
"Ahora tenemos una nueva evolución de la situación y la comunidad internacional confía en el buen sentido de las autoridades de facto para favorecer una solución rápida y pacífica".
Las autoridades brasileñas se han puesto en contacto con la Organización de Estados Americanos, la administración estadounidense y otras autoridades internacionales que tengan relación con el Gobierno de facto de Honduras para pedirles que "sean sensatos", informó el canciller brasileño.
Amorim dijo "no tener detalles" de cómo llegó Zelaya hasta la sede diplomática brasileña, pero insistió en que fue por "medios propios y pacíficos".
Brasil, aseguró, siempre defendió una "solución rápida con el retorno de Zelaya" a Honduras y apuntó que las elecciones presidenciales y legislativas del próximo 29 de noviembre deben ser conducidas por el presidente constitucional del país.
Mientras tanto, señaló que no sabe el tiempo que Zelaya permanecerá en la sede diplomática, que le ha brindado "abrigo y protección".
Zelaya, que fue expulsado del poder con un golpe de estado el pasado 28 de junio y sustituido por Roberto Micheletti, iba a intervenir ante la Asamblea General de la ONU este miércoles.