Volvió la Opera de Cámara del Colón

'Le convenienze ed inconvenienze teatrali ¡Viva la mamma!'. Farsa lírica de G. Donizetti. Dirección musical: J. Mas. Dirección escénica: P. Maritano. Escenografia: N. Boni. IIluminación: V. Alcoba. Cantantes: Víctor Torres, Marina Silva, Luis Gaeta y otros. Ciclo de la Opera de Cámara del teatro Colón en el Centro Cultural 25 de Mayo, el jueves 1º

El retorno de la Opera de Cámara fue auspicioso en la temporada del Colón en trascurso, luego de su extenso silencio motivado por la pandemia. Regresó a su sede de entonces, el Centro Cultural 25 de Mayo de Villa Urquiza, un escenario propicio por su refuncionalización y escala.­

Presentó en la ocasión una creación singular de Gaetano Donizetti, más propiamente una farsa lírica que a los treinta años, en 1827, compuso para el Teatro Nuovo de Nápoles como su producción número veinticinco, de las más de setenta que llevó a cabo en su exitosa carrera. Luego de revisarla la presentó en Milán, en el Teatro della Cannobiana, con su segunda parte añadida, tres años mas tarde.­

Basada en textos de Antonio Simeone Sografi que hablan de las conveniencias e inconveniencias teatrales precisamente, el título que adoptó el compositor, y con libreto de Domenico Gilardoni, supo llevar a cabo una producción animada y amena, que quien esto escribe pudo apreciar y conocer en La Fenice de Venecia hace años, y poco después en el Colón mismo en su única realización con dirección de Juan Emilio Martini, puesta de Giuseppe Di Tomasi y un recordado reparto en su época.­

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CAMBIO DE ROL­

Este retorno refresca la idea donizettiana de una pieza pocas veces ofrecida hoy día y que toma como complemento de título de '¡Viva la mamma!' por el travestido rol de un barítono en el papel titular de Donna Ägata Scanagalli, que aquí asumió con autoridad Víctor Torres, en esa curiosa narrativa que refiere a una compañía de ópera que en su intento de ensayar una obra nueva, titulada 'Rómulo y Hersilia', muestra el afán divístico de cantantes, generando resultados cómicos y entretenidos, siempre con la música comunicativa y peculiar del maestro bergamasco.­

Todo termina, tras las complicaciones suscitadas (a las que alude bien el título) en que el financista del evento decidió no poner más dinero y todos coinciden en escaparse ante la idea de Biscroma, el compositor (asumido con gracejo vocal y actoral por Luis Gaeta).­

En conjunto, una realización musical prolija y atildada del joven director orquestal Javier Más, a cargo de los veinte integrantes del orgánico camarístico, y una puesta dinámica, entretenida y simpática de Pablo Maritano, detenida en los detalles, el movimiento y los planos, con acertados gags en el manejo de personajes y movimientos de las escenas solistas y concertantes donizettianos. Colaboró con ello un marco escénico muy propicio y colorido de Nicolás Boni, un vestuario elaborado para cada escena y personaje por María Emilia Tambutti y también la iluminación que aportó Verónica Alcoba.­

Los cantantes hicieron lo suyo con eficacia, acorde al carácter farsesco pero musical también, con la veteranía y sapiencia del citado Gaeta (el compositor) más la participación de Marina Silva, Alejandro Spies, el ya citado Torres en el dominante papel de La Mamma; Florencia Burgardt, Iván Maier, Gustavo Gibert, Alejo Alvarez Castillo y Estefania Cap, todos en su justa caracterización, además de la pianista Cecilia Fracchia y el brevísimo coro de integrantes.­

Los gags estuvieron bien matizados, a la vez que gustó el curioso agregado del relato de 'Lohengrin' de Wagner, 'In fernem Land', y el dueto 'Mira o Norma' de la ópera de Bellini en la parte de los momentos de ensayos, que el público reconoció y aplaudió.

Un positivo retorno entonces, luego del dilatado silencio de la pandemia, de la siempre recurrente Opera de Cámara, que tiene su compromiso y su necesaria presencia en el rescate de obras de su amplio y rico repertorio.

­Calificación: Muy bueno­