ES CLAVE EL DIALOGO, ASEGURA EL DOCTOR GUILLERMO LASCANO QUINTANA
“Vivimos un punto de inflexión en nuestra historia como país”
El Pacto de Mayo, firmado en Tucumán, está en la dirección correcta. En cambio el Pacto de la Moncloa tuvo otros antecedentes (el fin del franquismo), y otros alcances, pero sustenta propósitos similares, recalca el jurista.
“Es interesante reflexionar sobre lo que puede acontecer en nuestro país, teniendo en cuenta su pasado y la nueva realidad mundial. Y, sobre todo, la irrupción de un nuevo gobierno que ha generado, hasta ahora, apoyos y rechazos, críticas y elogios…”.
Los conceptos fueron expresados por el doctor Guillermo V. Lascano Quintana durante una disertación brindada ante una selecta concurrencia en la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, con sede en la Avenida Alvear 1711 de esta Ciudad. Lascano Quintana fue presidente -desde octubre de 1994 hasta octubre de 1996, y desde esta última fecha hasta agosto de 1997- del Club del Progreso, histórica entidad fundada por Justo José de Urquiza, después de la batalla de Caseros.
Aparte de los años señalados, Lascano Quintana estuvo con posterioridad al frente del Club del Progreso entre 2013 y 2019, y sigue actualmente vinculado a esa institución. En el ámbito universitario se desempeñó como profesor de Derecho Constitucional (UBA), en la cátedra del Dr. Segundo V. Linares Quintana. Litigó como abogado en el fuero Comercial, y a su vez en la esfera de la Justicia Civil y Comercial Federal. En su tarea profesional se especializó en Derecho de Seguros y Reaseguros.
DESCRÉDITO DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS
En opinión del disertante, es necesario el diálogo, en los momentos actuales, no sólo como instrumento que facilite la conversación, sino -esencialmente- como el vehículo para llegar a plasmar acuerdos. Ese diálogo y eventuales acuerdos deben darse no sólo en el ámbito social,
cultural y económico, sino -y esto es fundamental para asegurar un resultado enriquecedor- también en el seno de los órganos deliberativos previstos en la Constitución Nacional.
“El descrédito y casi desaparición de los partidos políticos, y la prescindencia de la discusión -de buena fe- entre sus representantes, es uno de los obstáculos que deben superarse”, destacó el doctor Lascano Quintana, al exponer en el Instituto de Filosofía Política e Historia de las Ideas Políticas, perteneciente a la prestigiosa academia.
“Si no contamos con legisladores probos, preparados para dialogar y acordar, todos los esfuerzos que se hagan para mejorar lo que alguna vez fue una nación pujante, que recibió a millones de inmigrantes, les dio educación y trabajo, continuará su declinación”, sostuvo el jurista.
En cambio, si “se sigue el derrotero de la conversación y la concordia, entraremos en una nueva etapa de desarrollo y crecimiento. Es por ello por lo que todos debemos confiar en el diálogo al que ha convocado el gobierno nacional, a pesar de los exabruptos agresivos del presidente de la República, y las réplicas consiguientes”, añadió Lascano Quintana.
“LA HORA DEL PUEBLO”
El orador mencionó, como antecedente relevante, una de las pocas ocasiones en que “el diálogo y el compromiso consecuente fue acordado y cumplido”. Concretamente, aludió a “La Hora del Pueblo”. Ese acuerdo político, firmado en noviembre de 1970, fue el resultado de la voluntad de (Juan Domingo) Perón, -en el exilio- y (Ricardo) Balbín en representación de los partidos Peronista, Unión Cívica Radical del Pueblo, el Partido Socialista, el Conservador Popular y el Bloquista. Todas estas agrupaciones políticas exigieron elecciones.
El resultado fue la remoción del entonces presidente (Roberto) Levingston y su reemplazo por el teniente general (Agustín) Lanusse. Con aquel marco histórico como telón de fondo, La Hora del Pueblo posibilitó las elecciones del 11 de marzo de 1973.
UN CAMBIO COPERNICANO
Para Lascano Quintana, estamos “ante un punto de inflexión en nuestra historia como nación”. Además, por primera vez desde que se instauró la república constitucional, en 1983, fue elegido presidente un “outsider”. Es decir, un ciudadano sin una extensa trayectoria en el campo de la política proselitista. Y que, además, no tuvo una organización experimentada que lo acompañara.
Recordó el disertante que, al momento de comenzar la contienda electoral el año pasado, nuestro país estaba al borde de la catástrofe, con índices de inflación, desocupación, inseguridad y pobreza alarmantes. “En ese escenario el ahora presidente (Javier) Milei propuso un cambio copernicano para nuestra nación, al propiciar la libertad casi absoluta para la ciudadanía, y cuestionar no solo a los gobiernos de los últimos años, sino también a otros, del pasado”, puntualizó Lascano Quintana.
“Muchos años de vida y de compromisos políticos e intelectuales, me han servido para aprender que las sociedades humanas rara vez coinciden unánimemente, pero que las veces que lo hacen consiguen los objetivos que se proponen. Eso mismo sucedió en la Argentina cuando los fundadores de la república abrieron sus puertas para que vinieran a habitarla hombres y mujeres de todo el orbe”, consignó el orador.
CONSTITUCIÓN Y COMPENDIO DE DOCTRINA
Guillermo V. Lascano Quintana es descendiente directo del brigadier general Wenceslao Paunero, uno de los hombres que “en lo militar primero y en lo político y diplomático después” coadyuvó a la Organización Nacional. Desde el análisis histórico, el disertante enfatizó que “nuestra Constitución no es solo un código de procedimientos. Es, por sobre todas las cosas, un compendio de doctrina política: la de la libertad. Esa palabra, tan usada y tan gastada tiene, en nuestra norma fundamental, un sentido muy claro: el del respeto irrestricto a sus atributos; libertad para expresar ideas y profesar credos; libertad para ser propietario de bienes materiales; libertad para asociarse o no; y libertad personal”.
Ponderó seguidamente, en cuanto concierne a los fines de la Nación Argentina, que los postulados que la hicieron grande y próspera tienen su fundamento “en esa libertad, que ha sido conculcada y es conculcada, por demasiado tiempo”.
Según pone de resalto Lascano Quintana en uno de sus libros -La Argentina, ¿ilusión perdida o nueva ilusión? (Editorial Lumiere. Buenos Aires, 2005. Pág. 57)- esa conculcación de la libertad se originó al obligar el Estado
a los ciudadanos a asociarse compulsivamente, a contribuir con sus aportes tributarios a “solventar emprendimientos contrarios al interés público, disfrazados de obras y empresas del Estado”. Entre tanta confusión, el
Estado desatiende áreas a las que debería prestar atención prioritaria: educación, investigación, salud, seguridad.
LAS BANDERAS DE LA REBELDÍA
Para ampliar cuestiones liminares -“temas capitales que angustian a los argentinos”- desarrollados o conectados con la conferencia efectuada en la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, La Prensa mantuvo con el doctor Lascano Quintana, el siguiente diálogo:
-¿Nos podría explicar la razón por la cual, según el enfoque de distintos autores, las banderas de la rebeldía, tradicionalmente en manos de los movimientos de izquierda, se convirtieron -principalmente en países europeos, y a fines del siglo XX-, en patrimonio de las nuevas corrientes de derecha?
-No creo que realmente sea una cuestión de movimientos de izquierda o de derecha. A mi juicio, los gobernantes argentinos, hasta diciembre del año pasado, se caracterizaron por ser muy poco comprensivos de la situación mundial y local. Quisieron aplicar ideas o proposiciones que habían fallado ya en muchas partes del mundo. Y además lo hicieron con un propósito de enfrentar al adversario, que supuestamente era la derecha. En realidad, lo que a mi juicio sucedió es que la sociedad se cansó de la estupidez de nuestra clase dirigente. Y no sólo de la clase dirigente, sino de la clase preponderante: los sindicatos, los empresarios, muchos intelectuales, y también algunos medios de difusión. Como consecuencia apareció un señor (Javier Milei) que sintetizó, ante todo, el reclamo de los jóvenes. Curiosamente, muchos de ellos son de escasos recursos. Y hartos de la situación del país optaron por el cambio. (N. de la R.: El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, indicó –a mediados de junio último- que los recortes al gasto público impulsados en la Argentina por el gobierno de Javier Milei “afectan particularmente a los más marginados”, o sectores de menores recursos)
ACUERDOS QUE FACILITEN LA CONVIVENCIA
-En su alocución en la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, Usted habló de la necesidad de lograr consensos o acuerdos básicos de convivencia. ¿En qué ámbitos debería instrumentarse esa propuesta?
-Si no consensuamos, si no hacemos acuerdos que faciliten la convivencia, el crecimiento, y el desarrollo en el ámbito industrial, económico, militar e internacional de la Argentina, estamos perdidos. Cuando digo consensos, no quiero significar que todos nos pongamos de acuerdo en todo. Eso es imposible, porque el ser humano sólo pudo lograrlo después de miles de años. Pero sí que las aseveraciones de una de las partes, no signifiquen la anulación de la otra. Que se pueda lograr cosas sobre la base de acuerdos. El diálogo y el acuerdo es imprescindible para obtener el consenso.
-La reciente firma del Pacto de Mayo en la Casa de Tucumán, ¿se inscribe en esa dirección ó voluntad de consenso? A su vez, ¿qué similitudes o diferencias pueden inferirse entre la convocatoria de (Javier) Milei a los gobernadores y el histórico Pacto de la Moncloa, suscripto en España, en épocas de fuerte turbulencia?
-El Pacto de Mayo, firmado en Tucumán, está en la dirección correcta sobre la búsqueda de consensos. En cambio el Pacto de la Moncloa tuvo otros antecedentes (el fin del franquismo) y otros alcances. Pero sustenta propósitos similares. (N. de la R.: Formalmente, el Pacto de la Moncloa consistió en la suscripción de dos documentos. Uno de carácter político bajo el nombre de “Acuerdo sobre el programa de actuación jurídica y política”, y el otro de índole económica conocido como “Acuerdo sobre el
programa de saneamiento y reforma de la economía”. Fueron firmados en el Palacio de la Moncloa, sede de la Presidencia del Gobierno de España, el 25 de octubre de 1977, entre los representantes de los principales partidos
políticos, asociaciones empresariales y sindicatos).
PARTICIPACIÓN DE LOS CIUDADANOS
-¿Considera Ud. que en los últimos tiempos creció o, antes bien –a diferencia de lo acontecido en otras décadas- disminuyó el grado de participación o compromiso de los ciudadanos, en el plano político y social?
-Lamentablemente, los partidos políticos han desaparecido tal cual los conocí. Cuando yo era joven, hace sesenta años, había locales partidarios en toda la ciudad de Buenos Aires, y en cada pueblito de la República Argentina. Esos locales aglutinaban a los socialistas por un lado y a los radicales por el otro. A su vez actuaban, en sus respectivos ámbitos, los demócrata-cristianos, los conservadores, y demás agrupaciones políticas. Los locales partidarios eran centros de elaboración de consensos y de propuestas. Eso ha desaparecido, salvo la Unión Cívica Radical que tiene todavía una Convención Nacional como autoridad superior partidaria…
-En cuanto a la gestión del actual gobierno, hay un punto que llama la atención: la excesiva cantidad de viajes del Presidente al exterior (once en los primeros seis meses de ejercicio de su cargo, donde Estados Unidos fue el destino más frecuente). Con este raid internacional (44 días fuera del país, a los cuales se suma el viaje a Francia, para la inauguración de los Juegos Olímpicos), ¿la política exterior de la Argentina, está mejor que en otras épocas?
-En algunos períodos la política exterior argentina fue un modelo a seguir para otros países de la región y del mundo. Por ejemplo, Marcelo Torcuato de Alvear supo capear una conflagración (en referencia a la Primera Guerra Mundial), de la cual la Argentina no participó. Pero ahora la política exterior argentina, llevada adelante por el presidente Milei y la poca gente que lo acompaña -pues me parece que necesitaría más colaboradores-, está alineándose en una democracia liberal. Pero además con gente que pueda facilitar las inversiones necesarias y no interfiera políticamente en el concepto de la formulación de la política exterior. Por ejemplo esta relación que él piensa establecer con China, apunta -ante todo- a los beneficios de la inversión china en la Argentina, y de la inversión argentina en China, pero no me parece un alineamiento con la política socialista o comunista. Es, por el contrario, una actitud muy pragmática…
ESCASO APOYO EN EL CONGRESO
-¿Cómo ve en estos momentos la tarea del Congreso de la Nación? ¿Está actuando conforme a su investidura o, por el contrario, es un organismo (parlamento bicameral) que adolece de algunas fallas?
-El Congreso está constituido, en general, por gente que aceptó muy a regañadientes la presencia de los libertarios mileístas. Eso ocurrió, sobre todo, con los ex peronistas (Unión por la Patria). Realmente no colaboraron
nada en la elaboración de las propuestas que les envió el Presidente. Creo que los diálogos son muy pocos, y lo que hay son concesiones. Una parte cree que (esas concesiones) las tiene que hacer a la otra, y ésta las acepta un poco a regañadientes. Pero finalmente admiten que lo que está propuesto, con algunas modificaciones, se materialice. Lo vimos bien claro en la “Ley de Bases” (promulgada el lunes 8 del mes actual, junto con el paquete fiscal, y en forma previa a la firma del Pacto de Mayo, en Tucumán). La “Ley de Bases” tenía 664 artículos (más anexos), y finalmente los que aprobó la Cámara de Diputados (con aceptación de los cambios propuestos
en el Senado) fueron 238. Este fue el resultado, no de un diálogo, sino, según me parece, de algunas concesiones que hicieron las dos partes -el Gobierno, por un lado, y la oposición ultra por el otro-, para posibilitar el consenso.
-Por último, ¿cómo evaluaría, en las actuales circunstancias, el funcionamiento del Poder Judicial, cuya tarea específica es –de acuerdo con la forma republicana de gobierno-, interpretar las leyes y hacerlas cumplir mediante la aplicación de sus sentencias?
-El Poder Judicial ha ido sufriendo un deterioro que no sé si es consecuencia de los mismos jueces, o de lo que uno espera de los jueces. O de lo que los abogados hacen, o de lo que el público hace. Los jueces tienen
que ser hombres muy serenos, muy poco públicos, expresarse solo por escrito, o verbalmente, cuando corresponda desde el punto de vista procesal, y nada más. A veces también los jueces pueden ser profesores de Derecho. Pero no necesariamente eso los hace mejores. Por eso creo que la decadencia que ha sufrido la sociedad argentina en los últimos años, sobre todo desde los 60 en adelante, ha hecho que los jueces no tengan el
prestigio que tuvieron en alguna época.
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La foto del Pacto de Mayo, firmado en Tucumán. Sería la piedra fundamental del país que el Gobierno busca construir.
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“La sociedad se cansó de la estupidez de nuestra clase dirigente. Y también de la clase preponderante: sindicatos, empresarios, muchos intelectuales y también algunos medios de difusión”, manifestó Guillermo V. Lascano Quintana.