Vida y muerte de un caudillo americano
El historiador Enrique Ayala Mora revisa en su obra la figura de Gabriel García Moreno, el Rosas ecuatoriano quien fue asesinado hace 141 años. Ensaya una visión histórica actualizada sobre un gobernante católico que fue a la vez autoritario y modernizador.
En América del Sur, las décadas que sucedieron a la independencia del Imperio Español se caracterizaron por la inestabilidad política y los violentos conflictos de poder y soberanía. Ecuador no fue una excepción. Luego de disolverse, en 1830, la Gran Colombia, el proyecto anhelado por Bolivar vigente desde 1819, nació la República de Ecuador que tardaría varias años en estabilizarse y organizarse.
En este contexto surge la figura más controvertida de la historia de Ecuador: Gabriel García Moreno (1821-1875). Convertido en un mito sagrado o diabólico según sus seguidores o detractores, a 141 años desde su asesinato, el dos veces presidente de la República de Ecuador, sigue despertando el interés de los historiadores tanto ecuatorianos como de otras partes del mundo.
Recientemente salió a la venta en Ecuador una nueva investigación histórica: García Moreno. Su proyecto político y su muerte. Su autor es Enrique Ayala Mora (1950) -doctor en Educación por la Universidad Católica del Ecuador; Maestría en Historia, Essex, Gran Bretaña, y Doctor en Historia, Oxford- quien actualmente se desempeña como Profesor de Historia de América Latina de la Universidad Andina Simón Bolívar (sede Ecuador).
El destacado historiador y catedrático, también candidato a presidente y diputado nacional durante varios períodos por el Partido Socialista Ecuatoriano, dialogó con La Prensa desde la ciudad de Quito sobre su nuevo libro. A continuación los conceptos más destacados de la entrevista.
-¿Qué lo motivó a publicar el libro?
-Me pareció que debía dar a imprenta una caracterización de García Moreno y el garcianismo que en los años ochenta fue pionera, junto con un reciente estudio sobre el "tiranicidio" y otro dedicado a revisar la literatura producida dentro y fuera del país desde los años "70 del siglo pasado. Me pareció que la obra así integrada podía ser un aporte. Así debe ser porque ha sido un éxito editorial.
-¿Quién fue Gabriel García Moreno?
-Fue un caudillo civil que controló el poder en el Ecuador entre 1860 y 1875, en que fue asesinado. Su régimen fue la expresión de una alianza entre fracciones dominantes orientada a una racionalización de la estructura social y política del país y una articulación de las desparramadas regiones en cierto marco de unidad. En los estudios comparativos de América latina se ha estudiado los regímenes de varios dictadores o "déspotas ilustrados", entre ellos Rodríguez de Francia, Rosas y García Moreno. Aunque con características específicas, todos ellos se caracterizaron por un estilo de gobierno autoritario y modernizador.
CENTRALIZACION
-¿Representa al nacionalismo ecuatoriano?
-No precisamente, ya que el nacionalismo fue en el Ecuador un fenómeno del siglo XX. Pero el programa garciano refleja el carácter de esa alianza de consolidación estatal. Logró centralizar y administrar con mayor eficiencia las rentas públicas. Con el impulso al desarrollo de los bancos se controlaron las emisiones monetarias, poniéndose al mismo tiempo las bases del endeudamiento del Estado. Las obras públicas se construyeron por primera vez en forma planificada y su crecimiento fue notable. Se crearon escuelas, colegios, institutos especializados, la Escuela Politécnica Nacional y el Observatorio Astronómico. El Ejército fue reorganizado y modernizado. El Ecuador comenzó a ser un país organizado, mejor comunicado y con un creciente nivel de escolarización. Pero estos cambios no podían efectuarse sin la protesta de los grupos populares afectados. Por eso, el programa garciano se llevó adelante en las condiciones de represión más duras de nuestra historia. El fusilamiento, los azotes, la cárcel, la repatriación fueron cosa de todos los días.
-¿Existen diferentes corrientes de historiadores en Ecuador a la hora de estudiarlo?
-Gabriel García Moreno y su régimen han sido desde hace muchos años motivo de debate y enfrentamiento en el Ecuador. Su asesinato es uno de los crímenes políticos mas famosos de nuestra historia. Su imagen igual ha servido como epítome del buen católico o del déspota. Pero, para bien o para mal, invariablemente se la ha asociado con el poder, la fuerza y la represión.
Las explicaciones sobre la acción de García Moreno y sobre lo que significó el garcianismo no han sido las mismas. Sus seguidores lo han visto como un providencial hombre de Dios que sacó al país del caos, conteniendo el crimen, civilizando al pueblo y construyendo obras. Los extremistas de derecha se empeñaron en que el Papa canonizara a García Moreno. Sus detractores lo llamaron "el santo del patíbulo" y lo consideran un tirano déspota y sanguinario que se ensañó con dolor ajeno, aunque a veces no han negado su esfuerzo constructor. La figura de García Moreno, con la de Eloy Alfaro, el caudillo liberal en el otro extremo, enfrentaron a la historia conservadora con la liberal y polarizaron la interpretación histórica del país por décadas.
-¿Qué lugar ocupó la religión en su proyecto político?
-El se dio cuenta de que la Iglesia podía ser el más eficaz instrumento de consolidación político-ideológica de su programa centralizador y modernizante. De allí su empeño en la importación de frailes y monjas que venían a "reformar" religiosos nacionales. Estableció el monopolio del clero sobre la educación, la cultura y la prensa. Pero el programa garciano no era el de un maniático que quería regresar a la Edad Media, sino el de un político lúcido que entendió que necesitaba un sustento represivo e ideológico en la Iglesia Católica. Para ello fueron necesarios el Concordato con el Vaticano y la "reforma" del clero. El dictador puso a la Iglesia al servicio de su proyecto y la convirtió en eje central de la construcción nacional. Su régimen no era monárquico ni democrático republicano, sino un caudillismo latinoamericano decimonónico. Articuló al máximo el Estado con la Iglesia en el marco de una dictadura autocrática.
-¿Cuál fueron las causas de su asesinato?
-Fue asesinado a medio día en el pretil del Palacio de Gobierno, frente a la Plaza Mayor de la capital por un grupo de radicales y un talabartero colombiano. Pero los autores intelectuales del hecho no se aclararon del todo. Las causas son complejas. En realidad, para su asesinato confluyeron varias acciones. Por una parte, la de los jóvenes radicales que quería derrocar a la "dictadura perpetua", como la llamó Juan Montalvo. Por otro lado, un resentido que creyó que eliminándolo el régimen conservador iba a caer. En efecto, paralelamente a los planes del asesinato se preparó un golpe de estado militar que fracaso. Se ha dicho que los masones tramaron su muerte, pero parece más verosímil pensar que el crimen lo planearon algunos de sus colaboradores.
-Luego del crimen, ¿hubo intentos por iniciar una causa para canonizarlo como mártir de la fe?
-La canonización se propuso en 1939, pero aunque un sector del clero la promovió con entusiasmo, nunca fue muy popular. En los años setenta el proyecto ya no siguió. Pero García Moreno tiene aún muchos admiradores por su honradez, su militancia católica y su "gobierno fuerte".
-¿Sigue siendo el personaje más controvertido de la historia del Ecuador?
-García Moreno es el personaje más polémico de nuestra historia. Aunque se superó el debate confesional, aún hoy causa duros enfrentamientos, tanto por la naturaleza de su régimen, como por lo brutal de su muerte.
-En la actualidad ecuatoriana, ¿está presente su figura?
-A veces los adversarios del actual régimen han comparado a García Moreno con (el presidente Rafael) Correa. Pero la mayoría de los analistas lo rechazan, porque las diferencias son muchas. Quizá en lo único que se parecen es en el autoritarismo y la represión. En todo caso, ya no hay una fuerza política que reivindique a caudillo decimonónico. El Partido Conservador desapareció en la última década del siglo XX y la nueva derecha neoliberal no es confesional católica.