“V8 es la piedra fundacional del metal argentino”

La Prensa entrevistó a Gustavo Rowek, historico baterista de la banda.

V8 no murió, esa frase hecha que se encuentra grafiteada en varias paredes del país, es toda una declaración de principios de quines se resiten a olvidar esta banda tan importante del metal nacional. 
E imagínese la importancia que tuvo, que a casi 40 años de su disolución, y con sólo tres discos de estudio (“Luchando por el metal”, “Un paso más en la batalla” y “El fin de los inicuos”) sigue siendo parte ineludible del metal nacional, a tal punto que de su separación nacieron cuatro de las más importantes banda del heavy metal nacional, Rata Blanca, Hermética, Logos y Horcas.  
De la mano de Gustavo Rowek, ex baterista de la banda, el Tributo V8 anuncia su nueva formación: Beto Ceriotti (bajista de Almafuerte, El Reloj y Logos) y Javier Knario (cantante de Plan 4), que junto a Sergio Berdichevsky (en guitarra) y a Gustavo Rowek (en batería), volverán a los escenarios este sábado 20 de julio en El Teatrito, donde tocarán los clásicos que hicieron vibrar a generaciones enteras de metaleros.

ROWEK
Hablar de Gustavo Rowek es nombrar una parte de la historia del metal nacional. Nacido el 11 de febrero de 1961, tiene en su historial haber sido el baterista de parte nada más y nada menos que de la influyente banda de heavy metal V8,  formando parte de los primeros dos álbumes, "Luchando por el Metal" (1983) y "Un paso más en la batalla" (1985), contribuyendo con su estilo potente y técnico al sonido característico de la banda. 
Después de separarse de V8, fue cofundador de otra banda emblemática del metal nacional, Rata Blanca, donde participó desde 1987 hasta 1997, y grabó  álbumes importantes como “Rata Blanca” (1987), "Magos, Espadas y Rosas" (1990) y "Guerrero del Arco Iris" (1991).
Además de su trabajo con V8 y Rata Blanca, Gustavo Rowek ha formado parte de Nativo y actualmente está abocado a su banda ROWEK, War Pigs Argentina (tributo a Black Sabbath) y Entre el Cielo y el Infierno (con excompañeros de Rata Blanca) y da clases de bateria. 
Rowek siempre ha sido reconocido por su habilidad técnica y su contribución al desarrollo del metal argentino.  

TEATRITO
En la previa a la presentación en El Teatrito, La Prensa tuvo oportunidad de charlar con Gustavo Rowek, quien no sólo hablo de los comienzos de V8 y sus influencias, sino también de la separación de la banda y el tributo que preparan para este sábado 20, 
-Sos uno de los fundadores de V8 ¿tomás conciencia lo que significas para el metal
argentino?
-Si claro, tengo absoluta conciencia de lo que significa V8 para el metal argentino
porque la historia y la gente te lo hacen saber todo el tiempo y todo lo que vino
después se desprendió de ahí. Claramente V8 es la piedra fundacional de todo un
movimiento.
-Se van a cumplir 40 años de la separación de V8 y su leyenda se acrecienta con el
tiempo ¿qué los convirtió en leyenda?

-La banda en si misma con su actitud, sus letras, su impronta y su estética forjaron
una identidad donde el metalero se sintió identificado y su actitud combativa, acorde
al momento en el que se vivía, creo la leyenda,
-Ustedes vinieron a romper los esquemas musicales que había en el país ¿cuáles
fueron sus influencias?

-Nuestras influencias eran lo que se denominaba el nuevo heavy metal ingles de ese
momento, Judas, Iron Maiden, Motorhead, Saxon, más Accept y otras muchas
bandas que ibas escuchando.
-¿Qué recuerda de los comienzos de la banda y en qué momento decidiste dar un
paso al costado?

-Los comienzos fueron como siempre, los mejores momentos porque éramos una
unidad y el final creo que fue muy caótico y había mucha locura en el medio.
Cuando fuimos a Brasil a tratar de expandir nuestra música, la relación de Beto
(Zamarbide) y Ricardo (Iorio), por un lado, y Osvaldo (Civile), por el otro, era
insostenible. Cuando yo llegue Beto y Ricardo me plantearon que ellos se volvían,
que era imposible continuar con Osvaldo y me preguntaron qué hacía, y yo me
quede con él que estaba tan loco como yo (risas), que era Osvaldo. Así terminó mi
ciclo en V8 pero ya habíamos dejado una huella profunda en la música y en la
historia.
-¿Cómo surgió la idea del tributo a V8 y cómo elegiste a quienes te van a
acompañar?

-El tributo lo venimos haciendo desde el 2011, la idea siempre fue hacerlo federal, es
decir que vayan rotando los músicos y la consigna era o que tengan que ver con
algunos de los integrantes o que sean pesos pesado de la escena metalera. Así entre
los años 2011 al 2015 la primera formación fue con el Tano Romano, Walter Meza y
el Topo Yáñez. Despues se fue el Tano e ingreso Sergio Berdichevsky, quien sigue
actualmente. En el año 2015 finalizó la gira y volvimos a hacerlo en el Luna Park en
junio de 2023 y desde entonces giramos hasta marzo, que Meza y el Yáñez hicieron
los últimos shows. Entonces a la hora de elegir a los nuevos integrantes no dude y
pensé en Beto Cerioti, bajista que compartió mucho con V8, sin contar además que
es un músico excelente y fue bajista de Almafuerte, Logos y El Reloj, entre otros, y 
en la voz se cumple la otra consigna ya que el Knario es un gran frontman y un
cantante muy aguerrido, siendo además el nexo entre las nuevas y las viejas
generaciones ya que es el cantante actual de Plan-4.
-Viendo la actualidad musical ¿crees que ser metalero es seguir yendo contra el
sistema?

-Todo eso suena a esta altura a frase hecha, pero creo que el género se nutre de eso,
ir contra la injusticia y gritarla a viva voz.
-¿Qué nos tienen preparado para el show en El Teatrito?
-Una descarga adrenalinica única, con el agregado de dos nuevos integrantes que le
van a poner su sello personal y su impronta a las canciones que marcaron el corazón
metalero por siempre, más una gran puesta en escena para que la fiesta sea completa
La cita para poder revivir los clásicos de la primera banda de  heavy metal argentino será este sábado, a partir de las 19 horas, en El Teatrito, sito en Sarmiento 1752 de la Ciudad de Buenos Aires. Las entradas ya están a la venta por www.passline.com.