Una sorpresa tenebrosa e inteligente

Hay de todo. Chalecitos inofensivos en algún barrio del conurbano, inesperadas voces en la rejilla de la cocina, una joven señora ya cadáver que no puede parar de golpearse mientras se desliza por el riel de la cortina de baño y varios investigadores especialistas en fenómenos paranormales que parecen ellos mismos paranormales. ¡Ah! Y un comisario medio sordo que se apoya en su segundo, un tal Jano, tan particular como su nombre. Y por supuesto está el muertito, el que imprimió sus manitas en la fachada de uno de los chalets.

Cuando todo esto se desencadene, se arme como un siniestro rompecabezas del horror y los efectos especiales, lo que dice el título no abandonará al espectador hasta el final. Porque hay suspenso, sorpresa, magnitud sonora y, verdaderamente, terror.
Personajes pintados con pocos rasgos pero los suficientes para convencer: una pareja de investigadores atípicos que reúnen miedo y solvencia en una dupla imperdible (Jano y Funes), una experta en fenómenos paranormales que da miedo (la Onetto) y un aquelarre imposible que invade casas del conurbano con impunidad. Rosentock, el gringo canoso de acento imposible da ciertos toques de humor con sus salidas, como los diálogos que mantiene con su colega la doctora Albrec.
Thriller psicológico imperdible que consagra a un director con el nombre indicado para el terror, Demián Rugna. Director de estilo propio, imprevisible, con imaginación, singular manejo de la narración cinematográfica y del sonido. El sonido, verdadero protagonista del filme.
Con un excelente manejo de actores, un miedo sólido que parece enquistarse en cada escena con exacto uso del plano secuencia y de los cortes inteligentes, "Aterrados" es indudablemente "la" película de terror argentina que los fanáticos del género esperaban.

Calificación: Muy buena