TEATRO: ‘Ciegos entre ciegos', basada en una obra maestra de Maeterlinck
Una singular experiencia artística en la Iglesia San Pedro Telmo
‘Ciegos entre ciegos’ Dirección: Laura D'Anna, Eduardo Graham. Música/sonorización: Manuel Brener, Adrián Tronco. Diseño de luces: Giorgio Zamboni. Asesoramiento coreográfico: Blanca Rizzo. Asistencia de dirección: Fernanda Mariela Armella, Susana Tedesco. Intérpretes: Graciela Angelinetti, Marcela Brito, Fernando Broussalis, Beto Ferreira Benítez, Roberto Langella, Laura Ledesma, Vivian María, Charo Poggio, Emma Rivera, Carlos Vilaseca, Carlos Vignola, Giorgio Zamboni. En la Iglesia San Pedro Telmo (Humberto 1° 340). Duración: 60 minutos.
En 1891, Maurice Maeterlinck (1862-1949) estrenó ‘Los ciegos’, pieza teatral que ha sido definida como una obra maestra del simbolismo.
Así resumen en Internet el argumento: doce ciegos (seis hombres y seis mujeres, una de ellas desquiciada) esperan y desesperan por un sacerdote que los condujo a un lugar inhóspito de una isla donde se encuentran confinados. Están lejos del hospicio y hace mucho frío. El grupo no se percata de que el sacerdote está ahí en escena, muerto. Se acerca un perro, huele al sacerdote, parece que algo va a suceder pero finalmente se retira. Viene alguien y también se va. Los no videntes descubren que el sacerdote ha muerto. El bebé que está en escena empieza a llorar. Mira hacia un lugar que los ciegos no pueden ver y nosotros lectores/espectadores tampoco. La criatura mira y no puede hablar. Observa lo sagrado, el misterio. Llora horrorizado pero no puede dejar de mirar.
‘Ciegos entre ciegos’ se representará de nuevo el próximo fin de semana en un lugar muy especial de Buenos Aires: la Iglesia San Pedro Telmo, cuya construcción comenzó en 1794 con los jesuitas. La acústica es perfecta para las voces poderosas del elenco; las pocas luces y muchas sombras del templo también emanan sugestión. ¿Ha visitado alguna vez una Iglesia de noche, a oscuras? Tremenda experiencia.
El párroco Eduardo Graham es uno de los dos directores de esta particular propuesta escénica.
Uno de los dos directores de la obra es nada menos que el párroco Eduardo Graham, un pastor atento tanto a las necesidades espirituales de la grey como a sus inquietudes artísticas. En este diario, habíamos presentado y elogiado un tesoro pictórico de trescientos años que atesora la sacristía de San Pedro Telmo: El Misterio de las Sibilas (1).
La otra directora es Laura D'Anna. Recibe a los espectadores en una de las hermosas salas contiguas al templo (arquitectura colonial) y les advierte que deberán colocarse un barbijo cuando se sienten en una nave lateral de la Iglesia. ¡Pero en los ojos! Si los ciegos no pueden ver mientras caminan en el inhóspito confín de la isla, nosotros tampoco. Es un fascinante juego imaginativo, por cierto muy común ahora en el ambiente teatral de Buenos Aires. Hay que destacar que sólo la mitad de los intérpretes son actores profesionales; el resto son feligreses.
Tres cuartos de la obra la vemos con los ojos tapados. Alguien nos avisa con un toquecito en el hombro que ya podemos quitarnos la venda y pasar a la nave central de la Iglesia. Allí disfrutamos el final de ‘Los ciegos’, más fragmentos del poema ‘East Coker’(Cuatro cuartetos), de T.S. Elliot, y de la obra musical ‘Sara tenía noventa años’, de Arvo Part. La yuxtaposición, se sabe, es otra seña de identidad del arte posmoderno.
Escuchamos arrobados:
"Debes ir por el camino de la desposesión.
Para llegar a lo que no eres
Debes ir por el camino en que no eres.
Y lo único que sabes es lo que no sabes.....
Y lo único que posees es lo que no posees
Y en donde estás es en donde no estás".
SIMBOLOGIA
Hay que destacar que se han encontrado en ‘Los ciegos’ símbolos de la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo. Los no videntes son doce, como los apóstoles. Y vagan en la ignorancia y el desamparo cuando el Maestro no está. ¿Qué es lo que ve el bebé? Estamos ante lo que George Steiner -el mejor crítico literario del siglo XX- llamaba una “presencia real”. La presencia de lo trascendente en la conciencia de la tragedia.
‘Ciegos entre ciegos’, como se dijo, repite este fin de semana, el viernes 1 y el sábado 2 a las 21.30. Las localidades son limitadas, por lo que hay que reservar lugar en el WhatsApp 11-3208-7410. La entrada es gratuita, pero al final se pasa la gorra. Vale recordar que una entrada de teatro independiente oscila entre los 6.000 y 8.000 pesos. Aquí es dinero muy bien gastado. Mecenazgo del arte.
Calificación: Muy buena