Una reflexión sobre el futuro del mar

Por CN (RE) Dr. Javier Valladares *

A la mayoría de las personas les resulta sencillo desde el presente recordar el pasado. Pero en cambio la reflexión hacia el futuro demanda un esfuerzo diferente, requiere orden para proyectar escenarios posibles, relacionar conocimientos para dimensionar las incertidumbres, valor para afrontar los riesgos y una voluntad que no siempre tenemos.

Para ayudarnos en esta marcha hacia el futuro nos podemos valer de las probabilidades; de ocurrencia de nuevos fenómenos, de repetición de determinadas circunstancias, que si se calculan con profesionalismo pueden ser utilizadas como una buena herramienta para afrontar el futuro con cierto nivel de objetividad.

Mi intención en este artículo es proyectar futuros posibles, en relación con estos temas: I energías, II alimentos, III tecnología, y IV cambio global; analizar cualitativamente sus posibles impactos en la problemática geográfica en particular en ámbitos marinos.

ENERGIAS

Minimizar el impacto negativo de la prospección, explotación y uso de algunos tipos de energías sobre el ambiente; condición esencial para la sostenibilidad del planeta.

En el transporte marítimo, ya se están tomando medidas de cambio, abandonando/ minimizando paulatinamente el uso de los combustibles fósiles para la propulsión; pero aún no se tiene un pleno consenso sobre la mejor alternativa para su uso. Seguramente habrá un período en que convivan múltiples formas de energía que demandarán una logística e infraestructuras complejas para el reaprovisionamiento de embarcaciones en los puertos.

Además, quienes administran las reservas de combustibles fósiles procurarán agotarlas antes de afrontar los costos de migrar de energía.

ALIMENTOS

El mar es un escenario, especialmente a través de la pesca, de apropiación de recursos sin inversión previa, más allá que las embarcaciones y artes de pesca; en aguas jurisdiccionales puede ser administrado por los estados costeros o insulares que ejercen dichas jurisdicciones, pero en la alta mar fuera de las aguas jurisdiccionales es toda la humanidad la que debe velar por su racional utilización. El reciente acuerdo realizado en Naciones Unidas para la protección de la diversidad biológica más allá de las aguas jurisdiccionales es un primer paso para asumir esta responsabilidad de tipo global.

Podemos decir sin dudas que el mar es un ámbito que siempre ha estado educando a la humanidad, pues bien, este es un ejemplo; nos está obligando a ejercer una administración conjunta e inteligente de sus recursos que, aunque muchos por desconocimiento los califiquen como ilimitados, bien sabemos que son limitados y deben ser gestionados con criterios sostenibles y sustentables.

TECNOLOGIA

Hoy en día tenemos tecnología en casi todas las actividades de nuestra vida cotidiana. Incluso en el mundo académico se esbozan algunos formatos de índices, donde se pretende apreciar comparando la presencia o incidencia de la tecnología en las actividades más habituales, en comunidades, ciudades, países, regiones; incluso sus cambios con el devenir temporal.

* Vida urbana: Esta intrusión tecnológica de los últimos años se hace notoria también en el concepto de ciudades inteligentes, la gran mayoría de ellas ciudades puerto o asociadas con grandes nodos de comunicaciones.

La tendencia a este modelo de ciudad es ofreciendo más y mejor confort, por medio de un escenario urbano generalizado como “más amigable” o “más humano” que:

minimiza el movimiento urbano, entre hogar y trabajo, o ámbito educativo, o espacio de esparcimiento, incentivando un transporte público y privado de mínimas o nulas emisiones (ejemplos: vehículos eléctricos, bicicletas),

gestiona los residuos incrementando el reciclado y su trazabilidad en su disposición final, incrementa y mejora los servicios públicos (luz, agua, gas, cloacas, sanidad, seguridad), minimizando/penalizando la pérdida de agua dulce o el mal uso de la energía.

* Alta conectividad informática, con sus dos variantes extremas: 1) sobreinformación, abriendo la posibilidad que la información tendenciosa proveniente de múltiples redes sociales y cadenas de noticias construya relatos, diferentes con la realidad, tutelados sectorialmente y así se pretenda incidir en las decisiones comunitarias. 2) por el opuesto manipulando el acceso a la información, y así controlar también la opinión pública.

La tendencia a ciudades inteligentes rompería el paradigma que en su momento planteo Marc Augé, al asociar las ciudades con “lugares” donde se desarrollaban procesos culturales que daban identidad; y que estas se interconectaban por espacios de movimiento (rutas, ferrocarriles, aviones, ríos y el mar) que podemos denominar como “no lugares”, donde lo global acompañado por lo tecnológico funciona como el vínculo entre las múltiples identidades locales.

Las ciudades normalizadas tecnológicamente, denominadas inteligentes, correrían el riesgo de ser absorbidas por lo global subordinando su identidad local por una de escala superior nacional, regional, o global.

La tecnología lentamente va rompiendo las fronteras físicas, pero también las culturales. Esto abre un desafío para el individuo del futuro: encontrar el adecuado balance entre preservar su identidad comunitaria con la incorporación paulatina hacia una sociedad globalizada.

Vehículos y embarcaciones no tripulados ya recorren el planeta, sistemas robotizados producen todo tipo de piezas, equipos y brindan múltiples servicios.

Cuando la rutina domina la actividad, la automatización seguramente será la respuesta adecuada, pero cuando existan incertidumbres la presencia de un humano apoyado por inteligencia artificial resultará sin dudas la mejor opción a implementar.

El ser humano lentamente irá abandonando las tareas que puedan ser automatizadas y su gran virtud el libre albedrío, acompañado de conocimiento y apoyado con inteligencia artificial será la principal calificación laboral. Por lo tanto, educación será la principal demanda para la inserción laboral en el futuro.

Por otro lado, la exploración, el trabajo, e incluso la vida en lugares extremos térmicamente, en grandes profundidades marinas o en el espacio serán nuevos posibles escenarios para este ser humano intencionalmente manipulado que se asoma en el futuro.

* Identificación y certificación de la condición de humano: será menester poder diferenciar al ser humano de la inteligencia artificial que seguramente acompañará (mediante múltiples dispositivos) a cada individuo.

Así como en el pasado un arma fue una inseparable compañera de los hombres y hoy lo son los teléfonos móviles, ya está comenzando a ser indispensable disponer de acceso permanente a una inteligencia artificial para ayudar en los procesos de toma de decisiones complejas.

Así como Sancho Panza ayudaba al Quijote a bajar de sus sueños fantásticos, seguramente la inteligencia artificial irá corrigiendo los errores propios de la falibilidad humana. Pero si esta simbiosis se generaliza, será imprescindible desarrollar procedimientos o herramientas que permitan conocer cuando es el hombre o una ecuación lógica/matemática la que está contestando o haciendo una pregunta.

El individuo del futuro, sin ninguna duda deberá desarrollar más y mejores capacidades para interpretar su entorno; y lo podrá hacer: a) optimizando su educación y sociabilización; b) sumando condiciones ofrecidas desde la tecnología, como se trató en el punto anterior; c) haciendo simbiosis con la tecnología, idea en desarrollo en este punto; d) incrementando el diálogo entre los géneros y las distintas generaciones de la especie humana y para esto el mejor camino resultaría ser a través del amor tal como lo pregonan la mayoría de las religiones.

Considero fundamental comprender que la tecnología ayuda y complementa la actividad humana no la reemplaza.

CAMBIO GLOBAL

Las islas de plásticos, la acidificación del agua, el aumento del nivel del mar, los procesos de gran escala en los océanos, son hechos que requieren atención inmediata y coordinada de toda la humanidad.

Esa atención se logra reforzando los sistemas de observación con continuidad temporal y espacial. Disponer de datos de indicadores adecuadamente seleccionados permitirá mejorar la identificación de los cambios e incluso ofrecer pronósticos de las tendencias que se van registrando.

Este es otro ámbito donde la tecnología está optimizando y permitiendo, por ejemplo, con: sensores descartables y vehículos no tripulado, la expansión de estas observaciones a escenarios inimaginables unas décadas atrás. En el mar es imprescindible que estas observaciones no se discontinúen en fronteras jurídicas, son evidentes los beneficios de la información compartida con cooperación interdisciplinaria e internacional.

Con ese enfoque moderno interdisciplinario, dos grandes programas internacionales atraen la atención: la gestión costera integrada y la planificación espacial marina.

Sobre las costas, y en la ribera de los grandes ríos y lagos están la mayoría de los grandes centros urbanos del planeta, la gestión de sus costas y riberas es fundamental, y no puede ser hecha en forma sectorial, la sostenibilidad ambiental trasciende las jurisdicciones políticas.

La planificación espacial marina es uno de los caminos posibles de gestionar las aguas más allá de los espacios jurisdiccionales, trascendiendo los intereses de los países costeros y proyectando sustentabilidad y sostenibilidad para la diversidad biológica del ambiente marino en escenarios considerados como de responsabilidad de toda la humanidad.

 

* Academia Browniana y Academia del Mar