Un viudo, con hijos y nietos, será ordenado sacerdote para cumplir una promesa hecha a su esposa antes de su muerte
Carlos Salica, de 66 años, explicó que se había comprometido con su mujer a iniciar la carrera sacerdotal si ella fallecía antes que él. El hombre, que era docente en un colegio de la congregación de los padres lourdistas, decidió respetar su palabra y "consagrarse enteramente a Dios", por lo que será ordenado el 22 de noviembre en la catedral tucumana por el arzobispo Alfredo Zecca.
Un hombre de 66 años, padre de tres hijos y con tres nietos, será ordenado sacerdote en Tucumán, para cumplir una promesa que le hizo a su esposa fallecida y luego de obtener un permiso especial de la Santa Sede.
Carlos Salica estuvo casado durante 46 años con Rosa Chávez y dedicó su vida a los ministerios -con excepción de la celebración de la misa y la confesión- que pueden ejercer los laicos, mientras desempeñaba su profesión docente en un colegio de la congregación de los padres lourdistas.
Tras el fallecimiento de su esposa el 16 de septiembre de 2011, Salica decidió cumplir la promesa que le había hecho y "consagrarse enteramente a Dios", por lo que será ordenado sacerdote el 22 de noviembre en la catedral tucumana por el arzobispo Alfredo Zecca.
"Antes de morir, me preguntó qué iba a hacer si ella se iba primero. Yo le repregunté qué pasaría si era al revés, pero ella dijo que Dios no lo quería porque yo era útil aquí. Entonces le respondí: 'No voy a soportar no estar juntos, pero sé que te voy a encontrar junto a Cristo en el altar, por lo que voy a entregar toda mi vida a Dios'", dijo.
Salica reconoció que en su camino vocacional hubo "muchos obstáculos, porque donde anda Dios también anda el diablo", aunque aseguró que la vocación ministerial siempre estuvo latente en él.
Mientras estaba casado el hombre atendió comunidades parroquiales de la zona rural tucumana, se formó en la escuela de ministerio y en 1997 fue ordenado diácono permanente, etapa eclesial en la que bendijo el matrimonio de una de sus hijas y bautizó a sus nietos.
Al quedar viudo, Salica decidió completar su formación sacerdotal y pedir la autorización a la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que finalmente fue concedida.
"Mis hijos están felices y esperan ansiosos la fecha de la ordenación, lo consideramos como un regalo inmenso de Dios", aseguró.
Salica dijo que el cáliz que utilizará una vez que reciba la ordenación presbiteral tendrá especiales características, dado que llevará los anillos del compromiso nupcial fundidos "como testimonio de amor".
Asimismo, anticipó que como sacerdote se dedicará "a los que sufren, están abandonados, han perdido la fe, están alejados de Dios o han perdido la esperanza".
El caso de Salica no es el primero en el país, aunque sí en Tucumán.
En 2005, el cardenal Jorge Bergoglio, hoy papa Francisco, ordenó sacerdote a Rolando Hugo Trinchero, arquitecto, de 70 años, viudo y padre de dos hijas.
Por su parte, en mayo de este año en Bahía Blanca el arzobispo local, monseñor Guillermo Garlatti, confirió el orden sacerdotal a Juan Carlos De Piazza, de 73 años, también padre de familia y abuelo.