PUBLICAN UNA ANTOLOGÍA DE RELATOS DE LA POETA
Un viaje a las facetas más desconocidas de Pizarnik
Figura esencial de la poesía en español del siglo XX, los trabajos en prosa de la argentina Alejandra Pizarnik son menos conocidos y es en esos textos en los que se centra Una traición mística, una antología de sus relatos que la editorial Lumen acaba de publicar en España, Chile y Colombia.
La obra llegará en diciembre a Argentina, y en el primer cuatrimestre de 2025 a México, Uruguay y Perú.
Se trata de un total de 27 relatos que proponen un viaje por las facetas más desconocidas de la obra de Pizarnik (Buenos Aires, 1936 - 1972), en la que los géneros se transgreden constantemente.
Allí se encuentran desde sus juegos palimpsésticos -versiones y revisiones de textos clásicos de Valentine Penrose, James Joyce o el Marqués de Sade-, a su humor sexual o escenas de su viaje por España.
"Empeñarse en decir que esto no es poesía, ya lo verán, sería bastante discutible. (...) Sus pequeños cuentos alucinados son largos poemas. Su teatro es una escenificación de su ritmo poético. Sus relatos largos o crónicas esconden todas las trampas y los trucos de su poesía", señala en el prólogo del libro la editora Luna Miguel, de Penguin Random House.
Una traición mística es, en definitiva, un viaje asombroso, lúdico y a ratos delirante por el universo narrativo de la escritora.
Pizarnik es "un mito literario más vivo que nunca", resalta la editorial en un comunicado lanzado la semana pasada, en el mismo día en el que se cumplieron 52 años de la muerte de la argentina.
"No existe en el mundo nada más excitante y aterrador que releer a Pizarnik. Desearía que las prosas selectas de Una traición mística fueran leídas en clave de aventura, en clave de yincana y, a su vez, en clave de revelación", agrega Luna Miguel.
CLAVE DE SU OBRA
Para Mariana Enriquez se trata de una de las escritoras en español más influyentes de la literatura de nuestro tiempo. Es la creadora de una escritura, en sus propias palabras, "densa y peligrosa".
La escritora, poeta y gestora cultural argentina Gabriela Borrelli Azara señala en el epílogo que leer a Pizarnik es una de las experiencias "más revolucionarias que podamos encontrar". Se trata de una revolución que es interna y profunda, y su movimiento conduce al enigma.
La autora del epílogo señala que con estos relatos se entienden las claves de su obra: "la visión irónica y burlesca de la realidad y de sí misma, la reflexión sobre el lenguaje, la muerte, así como los límites entre la cordura y la locura".
“La prosa de Alejandra -dijo también Borrelli Azara- fue la gran explosión de una acumulación creativa que tenemos el privilegio de leer. [...] Un manifiesto a favor de su tartamudeo pensante, su voz de "susurro orgásmico" o la risa que despertaba en sus amigos”.
Pizarnik es, según la editorial, "una inspiración para generaciones nuevas de lectoras y lectores, de escritores, de estudiantes, de filósofos. Es un personaje de la cultura popular. Es una influencia para buena parte de los autores más reconocidos del presente, que la homenajean y referencian en sus obras".
DESCUBRIMIENTO
Es una influencia clara en la literatura hispanoaméricana desde hace décadas y que ahora ha calado también en la industria editorial anglosajona, que ha descubierto la obra de la autora argentina en el siglo XXI.
En 2017 se reeditó Extracting the stone of madness ('Extracción de la piedra de la locura'), una obra publicada originalmente en 1968, y que en este nuevo lanzamiento en Estados Unidos recibió el Premio al Mejor Libro Traducido de Poesía.
Alejandra Pizarnik nació en Buenos Aires en 1936, en una familia de inmigrantes judíos de origen ruso y eslovaco.
Fue considerada una ”poeta maldita” porque, como alguien señaló, tuvo ese andar cruento y ruin de los poetas decimonónicos que la historia reconoce como tal gracias al término erigido por Paul Verlaine. Y también se han visto en ella grandes influencias del surrealismo.
Su obra es vasta, pese a que vivió sólo 36 años. Entre 1955 y el año de su muerte escribió 13 obras entre poemarios, una obra de teatro y La condesa sangrienta, un relato histórico brutal que narra la vida de Isabel Báthory.
Pizarnik comenzó a publicar sus primeros poemarios antes de cumplir los veinte años. Su primer libro, titulado La tierra más ajena, se publicó en 1955. Le siguieron La última inocencia, en 1956, y Las aventuras perdidas, en 1958.
Entre 1960 y 1964 se instaló en París y allí colaboró en distintas revistas y diarios.
En la capital francesa entabló amistad con Julio Cortázar, Rosa Chacel y Octavio Paz, quien prologó su cuarto poemario, titulado Árbol de Diana (1962). Entre sus amistades y camaraderías figuró también Oliverio Girondo. Estando del otro lado del Atlántico tradujo a figuras como Antonin Artaud y Aimé Césaire, influenciada, según se ha dicho, por escritores como Proust, Mallarmé, Michaux o Joyce.
En 1964 regresó a Buenos Aires y publicó sus obras más conocidas: Los trabajos y las noches (1965), Extracción de la piedra de locura (1968) y El infierno musical (1971). Es a partir de esos volúmenes, según sostienen algunos, que se creó con más intensidad una suerte de sacralidad en torno a su figura triste de poeta bohemia y opaca, pesimista.
Desde 1954 en adelante, Pizarnik fue redactando sus Diarios, publicados por Lumen en 2013 y que la acompañaron hasta los últimos días de su vida. En esos diarios se ve a la escritora de cuerpo entero, por mucho que sus albaceas intentaran esconder a esa “Flora” sin filtro, entregada y transparente, que escribía con todo el cuerpo sobre su sexualidad y sus deseos, sus dolores y heridas hondas, pese a las exigencias socioculturales de la época que obligaban a la discreción.
Ya instalada en Buenos Aires, y después de recibir las prestigiosas becas Guggenheim (1969) y Fullbright (1971), Pizarnik comenzó a tener graves problemas de salud, y murió el 25 de septiembre de 1972, tras ingerir una sobredosis de barbitúricos.