Un verdadero escarnio

Por José María Giudice *

Hace más de un mes una manifestación de activistas a favor del aborto generó una parodia de procesión llevando una imagen de la Virgen María hasta el Centro Cultural Haroldo Conti, en Av. Libertador 8151, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires donde quedó en exposición vestida con un pañuelo verde dándole a estas supuesta obra de arte el nombre de "Virgen Abortera".

Sin dejar de señalar el agravio que constituye tal manifestación hacia el sentimiento religioso cabe señalar que nos encontramos frente a un verdadero escarnio, en sentido semántico de la palabra cuya definición es burla humillante y dañina.

Cuando Juan Bautista Alberdi diseñó lo que sería el futuro institucional de nuestra república su obsesión era atraer grupos migrantes para poblar el territorio. De allí su famosa frase "gobernar es poblar".
Para ello era necesario asegurar principios elementales básicos de convivencia social a saber la libertad de expresión y la libertad de culto consagrados en el art. 14 de nuestra Carta Magna.

Del delicado equilibrio de estos dos principios devienen la paz y la armonía del tejido social que pueden garantizar el crecimiento y la prosperidad de un país.

Al amparo de estos derechos un flujo inmigratorio incesante quintuplicó en menos de cuatro décadas la población nativa generando un verdadero mosaico de nacionalidades con su bagaje cultural y religioso.
En ese marco de tolerancia y respeto creció y se desarrolló nuestro país, siendo una de sus características más positivas la nula conflictividad religiosa.

EQUILIBRIO EN RIESGO

Lamentablemente el hecho consignado en el inicio es demostrativo de que ese delicado equilibrio tiene riesgos de romperse dando paso a la intolerancia no solo por la actividad de grupos radicalizados sino fundamentalmente por la pasividad y hasta en cierto modo complacencia de las autoridades.

No puede escapar al conocimiento de dichas autoridades que el pacto de San José de Costa Rica, que tiene rango constitucional, prescribe: "Estará prohibida por la ley toda propaganda en favor de la guerra y toda apología del odio nacional, racial o religioso que constituyan incitaciones a la violencia o cualquier otra acción ilegal similar contra cualquier persona o grupo de personas, por ningún motivo, inclusive los de raza, color, religión, idioma u origen nacional".

No resulta pues difícil colegir la gravísima ofensa que la seudo obra de arte ha causado. Por ello y habida cuenta de lo expresado se debería sancionar a los responsables de violentar las normas básicas de la convivencia ciudadana y ofender gravemente el sentimiento religioso de quienes tienen un respeto o devoción a la Virgen María.

* Integrante de Abogados por la Vida.