Platense y Boca compartieron sus limitaciones y empataron sin goles en el inicio de la Copa de la Liga
Un partido muy duro para los ojos
Fue un tiempo para cada uno. El Calamar le quitó la pelota a la visita en la primera etapa. El Xeneize mejoró en la parte final, pero, no estuvo fino para la definición.
Pasó poquito, casi nada en Vicente López. Es que Platense y Boca disputaron un partido que pareció de pretemporada. Con mucha fricción, sobre todo en la etapa inicial. Con buenas intenciones que no llegaron a transformarse en situaciones reales de riesgo Y que, como no podía ser de otra manera, finalizó igualado sin goles.
Diego Martínez aportó por un mediocampo con Pol Fernández, Campuzano y Ramírez, que estuvo lejos de funcionar. Y puso como enganche a Bullaude, para que asistiera a Merentiel y Langoni.
Pero no funcionó. Es que el Xeneize tuvo serios problemas para hacer pie en la zona media, especialmente en la primera etapa. Encima, Fabra y Advíncula rara vez pudieron abrir la cancha con sus desbordes. Y por eso, la anemia ofensiva fue muy marcada.
Por el lado local, Grazzini sorprendió al ubicar a Rius –es delantero-, como lateral derecho para tratar de aprovechar al máximo la banda. Eso, más las trepadas de Lozano por la izquierda y el buen trabajo de presión que realizó su mediocampo le permitió poner el encuentro lejos de su arco.
Recién en el período final, la visita exhibió algo de la idea que tiene su DT: Y lo hizo a partir de las entradas de Zenón y de Janson. Y un importante repunte en el nivel de Campuzano. Entró más en juego Fabra a la hora de atacar y de esa manera, logró tener un dominio territorial.
A esa altura, el Calamar se conformaba con el empate. Y reforzó esa postura con los ingresos de Pellegrino, Valdivia y Villalba, con la intención de refrescar la defensa.
Así, el camino hacia la igualdad fue inexorable, Por la impotencia visitante, que buscó de forma permanente la forma de quebrar la paridad.
El último intento para quedarse con los tres puntos fue la entrada de Benedetto, a 8 minutos del final. Entonces, el elenco de la ribera pasó a jugar con doble 9. Aunque, ni así, llegó a preocupar a Cozani.
El conjunto de Vicente López, en tanto, ya e había conformado con el punto. Y terminó desdibujado en su rendimiento, y con problemas físicos en varios de sus jugadores, como producto del desgaste que realizaron en el comienzo del encuentro. En definitiva, fue un partido muy duro para los ojos.