Un ideario democrático y liberador

 

Manuel Belgrano es una de las figuras más cautivantes de nuestra primera historia Patria. No obstante y casi paradójicamente en líneas generales y a nivel popular se conoce poco de su vida personal e incluso de su preclaro pensamiento y su copiosa obra intelectual. Sí en cambio se lo identifica y relaciona claramente con nuestra identidad como Nación desde el primer momento de la gesta revolucionaria.

A través de sus escritos ricos y variados, se comprenden su idea y su modelo a partir de una positiva experiencia en la Europa de la Ilustración y como aquellas proposiciones y modelos que abrevan en su inteligencia son el motor de su acción dirigente cuando regresó al Virreinato y se puso a trabajar en torno a problemas como la economía, la educación y la ciencia.

PROTECCIONISMO

Desarrolla desde la secretaría del Consulado y como doctrinario de los primeros estudios económicos una clara prédica de protección de la industria nacional e identifica a la agricultura como fuente de generación de riquezas, pero el destino de ésta no debía ser la mera y simple exportación de materias primas sin agregarles valor. En su visión la economía debía basarse en un desarrollo armónico y éste requería de la interacción de los tres ejes estratégicos clave agricultura, industria, comercio. Escribe: “Todas las naciones cultas se esmeran en que sus materias primas no salgan de sus estados a manufacturarse, y todo su empeño es conseguir, no sólo el darles nueva forma, sino en atraer las del Extranjero, para ejecutar lo mismo y después vendérselas. La importación de mercancías que impide el consumo de las del país, o que perjudican al progreso de sus manufacturas y de su cultivo lleva tras sí necesariamente la ruina de una nación”.

Toda su trayectoria pública en lo socioeconómico y en lo político estuvo signada por la convicción patriótica y americana que lo encontrará inmerso en el proceso de emancipación y organización en torno a la construcción de la nueva nación sobre bases de libertad, de progreso y de justicia.

LA EDUCACION

Más aún, Belgrano consideraba a la educación como un elemento central para el desarrollo tanto económico como social. Entendía clave a la educación en la formación para el trabajo y es pionero en proponer que la educación sea pública, gratuita, obligatoria y para mujeres y varones. Dispuso así la creación de las escuelas de dibujo técnico, matemática y de náutica, y propuso la creación de otras, entre ellas la de agricultura.

Había tomado clara conciencia de la importancia de fomentar la educación y capacitar al pueblo para que aprenda ciencias, técnicas, arte y oficios y puedan aplicarlos al desarrollo nacional.

Hombre de leyes y estudios, afrontó con convicción y valentía el deber encomendado de asumir el mando militar (para el que carecía de formación específica) y enfrentar a las tropas realistas que pretendían retrotraer la situación de estas tierras americanas a una realidad pre revolucionaria que ya era imposible sociológicamente y para él inaceptable desde todo punto de vista.

En esa noble causa de asegurar los principios libertarios e independentistas de estas tierras puso toda su inteligencia y su sacrificio personal en juego. La bandera que hizo confeccionar para alzar al tope de nuestros ejércitos y que le ocasionó no pocos sinsabores, es testimonio elocuente del sentido que impuso a su plan.

No en vano, el general San Martín, estadista y genio militar libertador del continente lo define con justiciera certeza como “lo mejor que tenemos en nuestra América”.

Las tristezas en torno a su solitario final que incluyen el cuestionamiento por los poderosos de turno y el despojamiento de honores y reconocimientos de los que era merecedor, así como las desventuras económicas que lo hacen padecer privaciones paradójicas en sus horas finales son harto conocidas y no necesitan ser otra vez enumeradas. 

Preferimos detenernos a señalar la extraordinaria actualidad y vigencia de sus trabajos intelectuales que nos llegaron del fondo de la historia. Porque aun siendo grande y honroso el haber tenido la lucidez y mérito de la creación de nuestra enseña patria, nos ha legado un ideario democrático y liberador que aún es un plan estratégico para la nacionalidad. Conservar la memoria del esfuerzo intelectual y material que la presencia decidida, conmovedora y desinteresada de Manuel Belgrano en el liderazgo primigenio de la idea de una nueva Nación es un hito de nuestra formación ciudadana.