Un Sandro moderno expande su legado

Con el afán de dar a conocer al artista a las nuevas generaciones, debuta un music hall dirigido por Ana Sans y Julio Panno. No se trata de una obra biográfica sino de una propuesta que intenta recuperar la magia del ídolo popular y reinterpretar cómo serían hoy sus presentaciones.

En el año en que se conmemora el octogésimo aniversario de su natalicio, por primera vez la familia de Sandro avala un espectáculo que le rinde honores al ídolo popular y que se propone dar a conocer su figura y expandir su legado entre las nuevas generaciones. “En un primer momento, la inspiración estuvo puesta en los musicales de Michael Jackson y Tina Turner, artistas con vidas muy conflictivas y que generan cierta morbosidad en la gente. Pero en Sandro no hay nada de eso, más que sus vicios. Entonces, ¿de qué íbamos a hablar’”, plantean Ana Sans y Julio Panno sobre el primer interrogante al que se enfrentaron al sumarse al proyecto en el rol de guionistas y directores generales.

Es así que la idea original decantó en un music hall al que bautizaron ‘Sandro. El gran show’, que protagonizan Alan Madanes, Nacho Pérez Cortés, Sofía Val y Malena Rossi, y que este jueves debuta en el teatro Coliseo. Aquella duda inicial mutó, pues, en otra que dio pie a la creatividad: ¿cómo haría hoy Sandro uno de sus conciertos?

“Sabemos que Roberto (Sánchez) estuvo siempre a la vanguardia en todo lo que hacía, desde lo tecnológico y en lo artístico. Fue pionero en muchos aspectos. Entonces nosotros también debíamos hacer un show muy moderno”, sostiene Panno, dramaturgo y director de espectáculos musicales como ‘Una película sin Julie’, ‘Casi normales’ y ‘El gran final’, y de la muy exitosa ‘Personas, lugares y cosas’, que reestrenó anoche en la sala Sarmiento.

“Es por eso que este show tiene una gran incidencia técnica en cuanto al contenido de pantallas, luces, escenografía. Son muchos los aspectos que debimos atender, además de los ensayos con el elenco, porque esta propuesta no tiene un antecedente, no es que viene formateada de otro lado. La hemos desarrollado nosotros junto con (José Luis) Pepe Pagán en la dirección musical y Vero Pecollo, la directora coreográfica, con la que tenemos muy buen feeling. Hemos ido generando contenido con una estética que cubre el espacio escénico y que va diciendo cosas en concordancia con la coreografía, la música, la actuación y el vestuario”, explica.

 

COMPLEMENTARIOS

“Nada nos vino dado, todo lo creamos”, interviene Ana Sans, pilar fundamental de esa compañía emblemática del music hall argentino que fue Botton Tap en los años ‘80 y ‘90 del siglo pasado. “Con Julio ya nos conocíamos, trabajamos en el ámbito privado muchas veces. Diría que somos complementarios, aunque es cierto que es nuestra primera vez juntos en teatro”.

-¿Quién llamó a quién?

(J. Panno) -Ana me llamó.

(A. Sans) -Es que me encanta trabajar con él, lo hacemos muy bien juntos, somos afines. Y todo lo que se genera hacia abajo, a nivel comunidad, tiene que ver con esa impronta que nosotros generamos. Nos gusta armar equipos, trabajar con buena onda, saber que estamos construyendo algo que es beneficioso para todos.

(JP) -Al principio, cuando uno arma el guion, tiene más tiempo. Pero al momento del montaje es importantísimo coincidir en las miradas; eso ahorra muchas horas. Nuestro encuadre es muy similar y eso es muy importante para una obra como esta, en la que tratamos de generar una estética diferente.

-¿Cómo es esa mirada de la que hablan?

(JP) -Si bien abreva un poco en lo vintage, encierra una renovación, sobre todo a partir del ensamble, que hace un trabajo coreográfico muy técnico. Desde el primer momento la idea fue hacer algo muy vinculado al movimiento coreográfico actual.

(AS) -Y hacerlo desde la especificidad de Sandro, que bailaba aunque no lo hiciera, dado que tenía un cuerpo muy dispuesto a jugar con la musicalidad. Ese fue el punto de partida, y desde allí soñamos hacer algo que verdaderamente fuera difícil para los bailarines. Casi nunca hay tiempo para eso, pero en este caso teníamos dos meses de ensayos por delante y fue posible.

Alan Madanes, Sofía Val, Malena Rossi y Nacho Pérez Cortés encabezan el elenco de esta propuesta que debuta en el Coliseo.

VERSION 2025

-¿Qué aspectos de Sandro creen oportuno traer a este presente?

(JP) -Ese fue un debate que tuvimos desde el inicio, con los productores y con la familia. Al comienzo se pensó en hacer un musical que contara su carrera hasta el primer concierto en el Madison (Square Garden); una etapa juvenil de Sandro. Pero nosotros dos coincidimos en que no queríamos hacer nada biográfico ni tampoco poner a Sandro sobre el escenario.

(AS) -Los dos habíamos visto el musical que se hizo acá en 2012 (‘Por amor a Sandro’). Yo trabajé bastante con Héctor Cavallero, que fue el productor de aquello, pero le dije: ‘vos quedate tranquilo porque el musical de Sandro ya se hizo, y muy bien. Esto es otra cosa’.

(JP) -No es difícil encontrar a alguien que imite bien a Sandro porque, de hecho, hay muchos imitadores. Pero encontrar a alguien que encarne verdaderamente a Sandro es casi imposible. Si esto fuera cine quizás sería más sencillo porque el relato es otro y uno cuenta con elementos técnicos diferentes para llegar a trasladarle al espectador lo que significaba Sandro. Pero en el escenario debemos contar con algo más referido a la particularidad, a la energía de los ídolos de su talla. Y es casi imposible de conseguir porque si no ya habríamos descubierto otro Sandro, y no lo hay.

-¿Cuánto de eso encontraron en los actores y actrices que protagonizan este show?

(AS) -Tuvimos que reunir a cuatro para hacer uno (risas).

(JP) -En realidad, la responsabilidad mayor la tienen Alan y Nacho. Por lo general, el music hall contiene una idea, un tema o un personaje, y a la par, una historia de ficción que hace de nexo para marcar un camino; sin darle demasiado peso a la ficción, más que el de potenciar el show. Es así que generamos una historia que nos ubica en el show mismo, ficcionado, y aún antes, cuando se realiza una audición buscando al artista y se lo elige a Alan, que es el anti-Sandro. Recién cuando delante del espejo él se convence de que si lo eligieron es por algo, su propia imagen se desdobla en otra (Nacho) y afloran los miedos de lo que debería ser, cuestiones propias del trabajo del actor.

 

CON TODOS

-Entiendo que están convencidos de que el público que sigue a Sandro de toda la vida va a entrar en este juego, ¿verdad?

(JP) -Los seguidores siempre acompañan todo lo referido a Sandro; en algún punto son un público cautivo. Nuestro desafío mayor es sumar a la gente joven, que la propuesta pueda abarcarlos a todos. Extender el legado de Sandro, que es un poco lo que quiere la familia, va atado a poder llegar a nuevas generaciones para que ese legado no se pierda con la gente mayor.