Crítica: "El planeta de los simios: Revolución", apela a la técnica en su máxima expresión
Un César, de verdad,inolvidable
La película advierte sobre los peligros de los experimentos genéticos, subraya los excesos de la conducta humana, la injusticia y el alevoso uso del poder de los más fuertes sobre los débiles y los diferentes.
Ficha técnica:
"El planeta de los simios: Revolución" (Rise of the planet of the apes). Estados Unidos, 2011. Dirección: Rupert Wyatt. Guión: Rick Jaffa y Amanda Silver, sobre la novela "La planéte des singers" de Pierre Boullé. Fotografía: Andrew Lesnie. Música: Patrick Doyle. Actores: James Franco, Freida Pinto, John Lithgow, Brian Cox, Tom Felton, David Oyelowo. Presenta: Fox. Duración: 104 minutos. Calificación: Para mayores de 13 años.
De fines de los "60 data la película original, llamada "El planeta de los simios", interpretada por Charlton Heston, que arrasó con la taquilla y dio origen a series televisivas y filmes afines, fácilmente olvidables. El caso es que esta nueva película se encargó a un inglés de menos de cuarenta años, educado en el exquisito Winchester College, miembro de un "colectivo" de filmes que apoya obras "under".
En esta película, Will Rodman es un joven especialista en ingeniería genética, cuya empresa se sirve de animales como "conejillos de India", en este caso, simios. Cada vez más presionado por el Alzheimer de su padre, el investigador prueba en él una droga en desarrollo.
LAS DROGAS
La agresividad de los animales ante las drogas empleadas determinan la suspensión del experimento en la empresa y la desaparición de los monos, uno de los cuales, en este caso, un bebé chimpancé (César) es llevado a la casa de Will.
El nuevo habitante del hogar Rodman, muestra una inteligencia superior atribuida al contacto de su madre con la droga experimental. Pero la historia se va a complicar, cuando César tenga que vivir un tiempo con sus congéneres, ellos sí en estados de animalidad. Allí aparecerá la guerra por el poder, con alcances poco imaginados.
Si el argumento, en general, no sale de lo convencional, esta versión de "El planeta de los simios" sorprende por la progresiva tensión y violencia que su director mantiene, ayudado por verdaderos navajazos musicales, pesadilla de críticos de culto. La vorágine animal en la escena del Golden Gate y el preanuncio de su llegada por la caída de hojas en zonas urbanas, ante despreocupados paseantes son escenas, pocas veces vistas en la historia del cine de aventuras.
TECNICA ESPECIAL
La técnica de "motion capture" (captura de movimiento) en cine, parece haber llegado a un grado de perfección tal que permite ensamblar ficción y realidad y lograr que uno crea absolutamente en sus creaciones. Así esos simios que van cerrando cuerpo sobre cualquier humano cercano en escenas de masacre total, alcanzan un verismo sorprendente. Pero la perfección llega al máximo con el mono César, interpretado por Andy Serkis, especialista en esta técnica, ya visto en películas como "El señor de los anillos", verdaderamente merecedor de un premio en la próxima entrega de los Oscar.
Los gestos, las dudas hamletianas del animal, ese impresionante "No" de rebeldía ante la injusticia humana, son momentos en la historia del cine, donde la tecnología y la realidad se suman en la aparición de nuevos significados.
La película advierte sobre los peligros de los experimentos genéticos, subraya los excesos de la conducta humana, la injusticia y el alevoso uso del poder de los más fuertes sobre los débiles y los diferentes (escenas de sadismo en el refugio). Pero por lo que será recordado "El planeta de los simios: Revolución" es por "el capo lavoro" de su personaje principal César y por esas impresionantes escenas de masa, donde el horror se apodera de la humanidad hasta que el Paraíso final, el bosque de sequoias, parece aplacar el horror y finalmente pacificar el caos.
Calificación: Muy buena