SE PUBLICA EN ESPAÑOL ‘THEODOROS’, LA MAS RECIENTE NOVELA DE MIRCEA CARTARESCU

Tierra alucinada entre la fantasía y la historia

La obra se reparte en los cuatro universos interconectados que transita el protagonista. Es otro ejemplo de lo “real maravilloso” que siempre ha fascinado al escritor rumano.

El escritor rumano Mircea Cartarescu no carece de ambición literaria. Sus obras no sólo suelen ser extensas; también son vastas construcciones oníricas y alucinadas que desbordan de imaginación y creatividad, una versión remozada y balcánica del “realismo mágico” que hace tiempo quemó sus últimos cartuchos en Hispanoamérica pero que todavía agita algunas pasiones en la vieja Europa.

Basta pensar en la incomparable Solenoide (2015 en la versión original) o en la gigantesca trilogía Cegador, cuyas tres partes, El ala izquierda, El cuerpo y El ala derecha, se publicaron en español en 2018, 2020, 2022, respectivamente.

La más reciente expresión de ese empuje creativo fuera de serie puede encontrarse en Theodoros (Impedimenta, con traducción de Marian Ochoa de Eribe) novela de 2022 que este mes empezará a distribuirse en español.

Se trata de “una obra de fantasía de carácter seudohistórico”, según la definió el propio autor. “Es lo mejor que he leído de él”, aseguró tiempo atrás Enrique Redel, el responsable del sello español Impedimenta que publica toda la obra del rumano.

La trama se desarrolla en cuatro universos interconectados: Valaquia, el Archipiélago griego, Etiopía y Judea durante el reinado del bíblico rey Salomón.

En medio de estos mundos aparece el personaje principal, Theodoros, quien comienza su vida como Tudor, evoluciona a Theodoros y culmina convertido en Thewodro.

Es un personaje complejo, un supuesto sirviente desaparecido de Ghergani que, después de una serie de aventuras, se autoproclama Emperador de Etiopía. Su viaje y las transformaciones que experimenta son el núcleo de la obra.

Las críticas que mereció la novela tras su publicación en Rumania destacaron una vez más la capacidad de Cartarescu para guiar al lector a través de estas realidades divergentes sin confundirlo en la complejidad de la trama.

ELOGIOS

El autor teje una telaraña literaria que se mueve entre la Judea de Salomón, donde la reina de Saba, Makeda, visita Israel, y la relación de Theodoros con su madre, Sofiana. Esto se entrelaza con hechos históricos, como la llegada de la jirafa nubia Zarafa a Europa en 1827 y la invención de la pluma por Petrache Poenaru.

“Es una novela de 600 páginas escrita en segunda persona. Es lo mejor que he leído, no solo de él. Ni Pynchon, ni Joyce, nadie ha escrito este libro”, exageró un Redel entusiasmado. “Es mejor que Borges”.

Para la editorial Impedimental, Theodoros es la “culminación estelar” de la “ingente” producción de literaria de Cartarescu (Bucarest, 1956), el más importante escritor rumano de los últimos tiempos, y uno de los más elogiados hoy por hoy a escala internacional.

En el libro “Cartarescu entrelaza lo histórico, lo fantástico y lo filosófico con relatos prodigiosamente hermosos para crear un universo que se extiende hasta nuestros días y que se aventura incluso más lejos: hasta el juicio final”, agregó el sello español.

Cartarescu es poeta, narrador y ensayista, así como doctor en Literatura Rumana por la Facultad de Letras de la Universidad de Bucarest.

Su trilogía Cegador (1996-2007 en la edición original), que en años recientes pudo conocerse en versión española, significó su consagración literaria y lo encaminó a la obtención de premios respetados, como el Gregor von Rezzori o el Thomas Mann. En 2018 le concedieron el Premio Formentor de las Letras y en 2022 el Premio Fil de Literatura en Lenguas Romances.

La monumental Solenoide (Impedimenta, 2017) se consideraba su proyecto más maduro hasta la aparición de Theodoros. Fue incluido en el listado de los mejores libros del año por la prensa cultural española e iberoamericana.

LO MARAVILLOSO

Cartarescu se juzga ante todo como un poeta y se define a partir de la estética de lo “real maravilloso”. De ahí la vinculación, no del todo inexacta, con el “realismo mágico”.

Según Redel, sus fuentes de inspiración han sido numerosos escritores latinoamericanos. “Cartarescu se considera un heredero de esos escritores: de Roa Bastos, de Sabato, de Fuentes, porque ha crecido leyendo Terra Nostra o Pedro Páramo. En este sentido, Cartarescu siempre ha dicho que es un escritor latinoamericano nacido en el corazón de Centroeuropa”, declaró el editor español.

Aparte de Sabato, Cartarescu ha mencionado en alguna entrevista sus lecturas de Ezequiel Martínez Estrada (Radiografía de la pampa), Bioy Casares, Silvina Ocampo y Julio Cortázar, del que se definió como “gran admirador” y cuyas obras aprendió “casi de memoria” ya que fueron “muy importantes para mi desarrollo como escritor”.

Desde luego, Borges encabeza sus preferencias. “Borges es la mayor constelación de mi panteón literario -aseguró durante su visita a nuestro país en 2023-. Lo leo y lo vuelvo a leer. Y siempre encuentro algo nuevo. Las pocas parábolas que quise hacer en mi obra, están construidas según su modelo. Toda la modernidad le debe muchísimo. Después de Kafka, es el autor más importante de parábolas”.

Lector “omnívoro”, la curiosidad de Cartarescu excede el ámbito literario. Ha leído mucho de ciencia, en especial biología y física cuántica. También navega por la filosofía, la metafísica, el misticismo, las tradiciones herméticas, el esoterismo, aspectos todos que pueden detectarse en su obra.

LOS INICIOS

Cartarescu se inició como poeta en la Rumania aplastada por el totalitarismo comunista. Publicó siete libros de poesía hasta que descubrió la “aventura” de la prosa, que es su “mayor alegría” en el ejercicio de la literatura.

Como Vargas Llosa o Juan Manuel de Prada, Cartarescu mantiene el hábito de escribir a mano, todos los días por las mañanas. Así ha escrito su diario personal, que empezó en 1973, cuando tenía 17 años. Es un diario “kafkiano” en tanto se compone de anotaciones personales pero también de resúmenes de lecturas, ideas, bocetos de cuentos o novelas.

La escritura a mano lo obliga a trabajar con paciencia y dedicación, sin apuros. En el caso de la trilogía Cegador la fue escribiendo a lo largo de 14 años hasta completar las 1400 páginas que la integran.

Cartarescu asegura que nunca planifica lo que escribirá. No toma notas, ni se documenta, ni prepara gráficos ni cuadros sinópticos con los personajes y la trama. Simplemente se larga a escribir sin saber muy bien dónde terminará.

La única condición para abocarse a la tarea es la de trabajar cando está inspirado. Porque en contra de lo que suelen decir la mayoría de sus colegas, Cartarescu se define como un creyente en la “inspiración”.

El oficio literario, que de todos modos considera un “trabajo”, no le produce angustia ni ansiedad. Por el contrario, lo vive como una dicha libre de cualquier forma de miedo o pánico ante la página en blanco.

Compara el papel del escritor con el de un jockey que monta un caballo: el que corre y gana las carreras es el caballo, no el jockey. Cambiando de metáfora, opina que su función como artista de la palabra no es tanto “escribir” sino “descifrar” un texto que ya está escrito.

Después de Theodoros, en los planes de Impedimenta también está prevista la publicación de Melancolía, un libro de relatos que lleva por título uno de los temas con los que suele asociarse al escritor nacido en Bucarest.

Redel no oculta su fascinación por el que tal vez sea el nombre más notable de su fondo editorial.

“Cartarescu es, sin duda, uno de los grandes autores vivos, a todos los niveles -opinó tajante-. Alguien comprable a Kundera, Rushdie o Pynchon. Un autor del que sólo nace uno cada generación, capaz de expandir el terreno de lo ‘expresable’, como en su momento ocurrió con Kafka o Joyce. Escritores visionarios, geniales, disruptivos, que cualquiera querría tener en su catálogo”.