Agustín Aristarán brilla en el Gran Rex como protagonista de ‘School of Rock’
“Siento que soy un principiante”
El tanque de estas vacaciones de invierno ingresa en su última semana de funciones y ‘Rada’ celebra el éxito mientras se prepara para encarar nuevos desafíos.
La comodidad y Agustín Aristarán parecen no ir de la mano. Quizás sea justamente esa la clave de su carrera, que está en constante mutación y se supera día a día. Cuando uno creía haberlo visto dando todo en ‘Matilda, el musical’, interpretando a la temible Tronchatoro, ‘Rada’ fue por más. Y este año, además de formar parte de la biopic de Cris Miró con un personaje distinto de los que suele hacer, se luce arriba del escenario dándole vida al personaje de Dewey Finn en ‘School of rock’.
“Cuando comienzo a sentirme muy cómodo con lo que estoy haciendo me empiezo a aburrir y a angustiar un poco porque no me desafía. Lo hago porque soy un privilegiado y porque tengo la suerte de vivir de lo que me gusta, y encima puedo elegir dentro de todo el abanico de cosas qué es lo que me gusta”, dice Aristarán mientras toma un café y se prepara para subir al escenario del Gran Rex donde se presentará -hasta el próximo domingo- junto a Angela Leiva, Sofía Pachano, Santiago Otero Ramos, Germán Tripel y una banda de talentosos chicos, con este musical que está dando que hablar.
GRAN MOMENTO
-¿‘School of rock’ es el mayor desafío de su carrera?
-No lo sé. Eso me lo preguntan mucho, pero no sé si ponerlo como el mayor; sí es uno bisagra y súper importante. Uno que sin dudas me cambió las reglas del juego para todo: en lo profesional, en lo personal, pero no sé si es el más grande, sería injusto con los demás desafíos que tuve, que fueron muchos. Desde la primera vez que fui a hacer una fiesta infantil y tenía un nivel de nervios enorme, hasta las presentaciones en el Luna Park o los Gran Rex que he hecho con mi unipersonal, o la gira por Europa; sería injusto con ellos.
-A medida que va haciendo cosas nuevas va dejando su propia vara muy alta, ¿cómo lidia con eso?
-Me encanta que vean eso. Yo lo vivo como un nuevo desafío, ir por más y sentir que siempre estoy empezando. De verdad tengo esa sensación: me siento un principiante en la actuación, por más que ya haya hecho muchas cosas. Una vez aprendí una frase que usan los japoneses que dice que siempre hay que tener mente de principiante. Me copó mucho y la adopté a rajatabla. Soy un principiante en cada cosa que arranco, uno con mucha experiencia, pero principiante al fin. Todavía hoy sigo queriendo mejorar cada una de las escenas, cada uno de los chistes que digo en ‘School…’. ¡Y ya llevamos más de treinta funciones hechas!
-¿Esa necesidad de sentirse como un principiante es lo que hizo que su carrera fuera mutando?
-Soy un privilegiado de poder vivir de lo que me gusta. Siempre quiero hacer cosas que me desafíen, que me dé cagazo hacerlas, y poder estar un poco en tensión, en el mejor de los sentidos de la palabra: estar aprendiendo todo el tiempo cosas nuevas. Cuando me empiezo a sentir muy cómodo con lo que estoy haciendo me empiezo a aburrir y a angustiar porque no me desafía. Lo hago porque soy un privilegiado y porque tengo la suerte de vivir de lo que me gusta, y encima puedo elegir dentro de todo el abanico de cosas qué es lo que me gusta. Pero confieso que me aburro rápido. La actuación es muy cambiante todo el tiempo porque siempre hay cosas nuevas para hacer, desde ponerle la voz a un mono como en ‘Chueco’ a hacer un drama como ‘Cris Miró (Ella)’ o ‘El reino’. O una comedia musical como ‘School...’. Eso me mantiene en constante movimiento y aprendizaje.
-¿Qué queda en usted del artista callejero de sus comienzos?
-Todo: la sorpresa, el desafío, el agradecimiento de que la gente me elija también; porque al artista callejero, el que pasa caminando elige quedarse a verlo, elige poner en pausa su vida o su trayecto para regalarle un rato de su tiempo, y después encima le da plata. Acá es un poco lo mismo: la gente decide ir a verme, o ir a ver el espectáculo (porque no me van a ver a mí solamente). Pero en mis shows sí deciden comprar una entrada porque estoy yo. Es un poco lo mismo.
-¿Qué lo baja a tierra?
-Mi hija, sin lugar a dudas; mi pareja (Fernanda Metilli), mi familia, los amigos, mi perro, mi casa. Tengo la suerte de no tener ni una hija, ni una pareja, ni una familia ni amigos fans. Mi hija no tiene historia en decirme “estás haciendo cualquiera, es una pelotudez”, o “no seas ridículo, ya tenés cuarenta años”. Yo confío mucho en la mirada de ella, tiene mucha cabeza. Igual que Fernanda; automáticamente me van a bajar de un hondazo.
GIRA Y MAS
-¿Va a volver a trabajar con el ilusionista Luis de Mattos?
-Sí, me voy un mes y medio con él. Vamos a hacer una gira de 48 funciones por varias ciudades de Portugal; una locura. Es un desafío que tiene que ver con el mundo de la magia, una mega producción. El me insistió varios años para que vaya y este año dije: “bueno, vamos a hacerlo porque tengo ganas de vivir la experiencia de irme a un país en el que ni siquiera hablan mi idioma y estar un rato viviendo allá”. No hablo portugués, pero ya estuve trabajando varias veces y entienden perfecto el castellano. Además, mecho algunas palabras en un inglés muy rústico, muy gracioso, que funciona muy bien.
-¿Tenía ganas de volver a hacer magia?
-Sí, me gusta mucho. Yo soy mago esencialmente, y el mundo de la magia me encanta. Por suerte me amigué, estaba bastante peleado y ahora, con este espectáculo que estoy haciendo estoy muy contento.
-En la serie de Cris Miró se lo ve en un personaje distinto, ¿quedó conforme con esa experiencia?
-Me re gustó. Flasheé al verme ahí, porque además físicamente estoy muy diferente, muy prolijito. Fue una experiencia hermosa, con un equipo de laburo maravilloso. Es otro código, otra historia, y la verdad es que quiero seguir haciendo dramas.
-Si cierra los ojos y piensa su carrera hacia atrás, ¿imaginaba conseguir todo esto?
-Desde que soy muy chico trabajo mucho para que sucedan cosas muy lindas y muy grandes, pero nunca me hubiera imaginado una cosa así, no. No soy mucho de pensar adónde quisiera llegar, pero las cosas que me pasan están muy por encima de lo que alguna vez se me habrá cruzado por la cabeza.
-¿De qué tiene ganas?
-De actuar mucho más. Me encantaría protagonizar una película o una serie, seguir laburando en teatro, desafíos como ‘School of Rock’, cosas más chicas o más grande. No sé qué me gustaría específicamente, pero voy por todo.