Sian Proctor: la primera astronauta en pilotear una nave comercial de SpaceX

La científica destacó las oportunidades que existen en la industria espacial para los argentinos e instó a no renunciar a los sueños de juventud de quienes quieran conocer el espacio.

"El espacio es para todos. No se trata solo de astronautas y cohetes, se trata de inspirar a la próxima generación de exploradores, científicos y artistas”, destacó la doctora Sian Proctor, que hizo historia al ser la primera artista en ir al espacio en la misión SpaceX Inspiration4 en 2021. La cita fue un encuentro organizado en la Ciudad de Buenos Aires por el Instituto de Investigaciones Biomédicas (BIOMED) de la Universidad Católica Argentina (UCA) y con el auspicio de la Embajada de los Estados Unidos en Argentina.

Apodada “Leo” por sus compañeros debido a su faceta pionera en vincular el espacio y el arte, la astronauta y embajadora científica del Departamento de Estado de Estados Unidos pasó por la ciudad de Buenos Aires y dio una charla con su lema “Space2inspire: una perspectiva orbital de la Tierra" donde alienta a las personas a aprovechar sus fortalezas y pasiones únicas para inspirar a quienes las rodean y más allá.

Con 54 años, Proctor no es solo una astronauta. Es geocientífica, artista, educadora y una apasionada defensora de la Tierra. Desde su nacimiento en Guam, una isla ubicada en la parte occidental del Pacífico, hasta convertirse en una pionera espacial, su historia es inspiradora de perseverancia, creatividad y un profundo amor por la exploración.

“Esta es la era más increíble de la historia de la humanidad, porque se logró que viajar al espacio sea para todos. Los Estados Unidos se han comprometido a volver a la Luna, pero no vamos a ir solos como con la Estación Espacial Internacional. Nosotros estamos poniéndonos en contacto con socios en el mundo para que nos acompañen en este viaje, y una de las formas de hacerlo es a través de los acuerdos Artemis, del que la Argentina es parte. Es un momento muy emocionante para todos a nivel global”, enfatizó entusiasmada la primera mujer afroamericana en pilotear un vuelo espacial comercial. Su disertación duró poco más de una hora, pero para los oyentes encandilados con su historia de vida y sus experiencias, fue un lapso en que sus propios sueños los trasladaron al espacio exterior.

 NACIDA PARA VIAJAR

Nacida pocos meses después del alunizaje del Apolo 11, Sian Proctor estuvo rodeada por la magia del espacio desde su nacimiento. Su padre trabajaba como técnico para la NASA en la estación de seguimiento de Guam durante las misiones Apolo.

A pesar de su temprana fascinación por el espacio, el camino de Proctor hacia las estrellas no fue directo. Estudió geociencias en la Universidad Estatal de Arizona, obteniendo una maestría y un doctorado en la materia. Su interés por la geología planetaria la llevó a investigar la conexión entre la Tierra y otros planetas, un tema que sigue siendo central en su trabajo.

Su pasión por la educación la llevó a convertirse en profesora de geociencias en el South Mountain Community College en Phoenix, Arizona, donde inspiró a sus estudiantes a explorar el mundo que los rodea.

Su impulso también se sintió durante su disertación cuando, frente a los estudiantes que participaron del encuentro, Proctor les explicó que “hay que pensar en cómo y con qué rapidez estará creciendo la industria espacial de un billón de dólares para el fin de esta década. Entonces, ¿qué significa esto para nosotros a nivel global? ¿Cómo podemos asegurarnos de que todos esos desarrollos económicos y bienestar no queden concentrados en pocos países, sino que se distribuya, se propague al mercado global? Y la forma en la que lo hacemos es a través de la educación y las oportunidades. Cuando pensemos en los campos que se proyectan, en donde se va a dirigir el crecimiento económico, oportunidades económicas, van a ser los campos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM)”.

ANALOGO

A pesar de su exitosa carrera como geocientífica y educadora, el sueño de ir al espacio seguía latente en Proctor. En 2009, formó parte del proceso de selección de astronautas de la NASA, alcanzando la fase final. Si bien no fue seleccionada en esa ocasión, su determinación permaneció intacta al participar en cuatro misiones análogas para la preparación para el espacio. Estas iniciativas son una herramienta fundamental para la exploración espacial, ya que permiten simular las condiciones de vida y trabajo en el espacio aquí en la Tierra. Básicamente, son como ensayos generales para las misiones espaciales reales y se llevan a cabo en diferentes lugares del mundo, incluyendo la Antártida.

“Los astronautas análogos son un término nuevo que está surgiendo en las en las últimas décadas para hablar de cómo podemos en estos sitios similares a la Luna o Marte podemos entrenarnos”, señaló la artista durante su disertación.

En enero de 2020, Proctor salió de su última misión análoga para encontrarse a las pocas semanas con otro tipo de aislamiento: la pandemia. “Una de las cosas que aprendí como astronauta análoga es que yo necesito cosas nuevas todo el tiempo para no aburrirme por hacer las mismas cosas una y otra vez”, destacó la geocientífica que ese año cumplía cincuenta años y había estado ideando un viaje para festejar su medio siglo de existencia. En vez de eso se encontró con la necesidad de buscar algo para hacer y esto le permitió encontrar una nueva vocación en su vida: el arte y la poesía espacial. Sin querer, esta nueva faceta sería la que le conseguiría, unos meses después, su boleto dorado para lograr su máximo sueño.

 AL ESPACIO

En 2021, Sian fue seleccionada para participar en la misión Inspiration4, la primera misión espacial totalmente civil organizada por SpaceX a bordo de la nave espacial Crew Dragon Resilience que contaba con dos plazas disponibles. Una se otorgaba por generosidad, donando a un hospital infantil. La otra, por prosperidad, a través de un concurso en Twitter donde se debía explicar en dos videos por qué se merecía ir al espacio. Luego de hacer casi 50 veces su video, la artista envió el suyo recitando su poema "Space to Inspire" y una semana después quedó seleccionada para ocupar uno de los asientos.

Luego de seis meses de entrenamiento, Proctor y sus tres compañeros de tripulación viajaron al espacio. “Nunca me hubiera imaginado que iba a despegar desde la misma plataforma de lanzamiento que envió a los astronautas de la NASA a la Luna. Imagínense estar ahí en esa pequeña capsulita que estaba dentro de este esta nave espacial rumbo al espacio, destacó la astronauta. Después agregó que “luego de 10 minutos ya estábamos en el espacio, así de rápido. Esta mucho más cerca de lo que uno piensa”.

Los cuatro tripulantes orbitaron la Tierra durante tres días, realizando experimentos científicos y capturando imágenes impresionantes del planeta. "Ver la Tierra desde el espacio fue una experiencia transformadora", confesó Proctor que agregó que "La fragilidad de nuestro planeta, la delgada capa de atmósfera que nos protege, se vuelve evidente desde esa perspectiva. Es un recordatorio poderoso de la importancia de cuidar nuestro hogar"

El tan esperado contacto con el espacio exterior transformó la perspectiva que la científica tiene actualmente de mirar las cosas de la vida. “Ir al espacio fue descubrir cosas nuevas sobre mí que no sabía. A pesar de ser geocientífica, lo que descubrí en ese momento en el espacio es que toda la luz que recibía en mi rostro era de la tierra. Sabemos sobre la luz del sol, de la luna, pero nunca aprendimos sobre la de la tierra. Esta es la más transformadora que existe y si no existiera en la tierra la vida no prevalecería. Nuestro planeta toma la luz del sol y elimina la radiación perniciosa para que nosotros podamos sobrevivir y prosperar. Volví con esta percepción de nuestro planeta que nunca había experimentado antes”, confesó. Otro aspecto que también cambió en su vida luego del viaje fue que “ya no sueño despierta. Antes lo hacía todo el tiempo, pero ahora vivo más en el presente”.

 LA TIERRA

La experiencia de ver la Tierra desde el espacio profundizó el compromiso de Proctor con la protección del medio ambiente. "Resolver el espacio es resolver la Tierra", declaró con convicción y señaló que "Las tecnologías que desarrollamos para la exploración espacial pueden ser aplicadas para abordar los desafíos que enfrentamos en nuestro planeta, como el cambio climático y la escasez de recursos".

Consultada sobre la importancia de la colaboración internacional para el futuro de los viajes espaciales, la astronauta señaló al trabajo conjunto como clave para el futuro de los viajes al espacio. “Es imperativo que tengamos socios internacionales a medida que avanzamos en los vuelos espaciales tripulados y vamos a la Luna, Marte y más allá. No podemos hacerlo solos y todos lo sabemos. Para mí, es emocionante porque finalmente estamos avanzando hacia esa idea de lo que yo llamo un espacio J.E.D.I., es decir, un espacio Justo, Equitativo, Diverso e Inclusivo para toda la humanidad”, destacó la astronauta.

Mientras se esperan nuevas noticias sobre el espacio, la empresa SERA, que está avanzando en la exploración e investigación espacial, se asoció con Blue Origin para enviar personas comunes al espacio. Así, en el sitio www.sera.space/astronauts se pude visualizar la actual convocatoria para viajar al espacio exterior.

En tanto, Sian Proctor es un modelo a seguir para las nuevas generaciones. Su historia de perseverancia, su pasión por la ciencia y el arte, y su compromiso con la Tierra la convierten en una figura inspiradora tanto para jóvenes cómo para personas que crean que ya es tarde para concretar sus sueños.

"Nunca dejen de soñar en grande", enfatizó y señaló que "El futuro está lleno de posibilidades, y ustedes tienen el poder de crear el mundo que desean".